RG
Roberto Giacomelli
•Mia y John se casaron recientemente. Ella está embarazada y se mudaron a una nueva casa, una villa en las afueras. Como Mia colecciona viejas muñecas, su marido le regala un ejemplar raro de madera y tela que le sirve para completar una prestigiosa serie de tres. Durante la noche, Mia escucha un ruido proveniente de la casa adyacente y le pide a John que vaya a ver: una pareja de adeptos a una secta satánica se han introducido en el edificio, han matado a sus vecinos y ahora están listos para hacer lo mismo con ellos. ¡Pero la policía interviene a tiempo y los dos malintencionados son abatidos! La sangre de uno de ellos, sin embargo, entra en la muñeca de Mia, que misteriosamente el asesino abrazaba. A partir de ese momento, para John y Mia es una escalada de eventos inquietantes y peligrosos, hasta que la mujer se convence de que la muñeca que su marido le regaló está ahora poseída por una fuerza maligna que quiere hacer daño a ella y a su familia.
El año pasado, cuando Warner Bros. llevó a las salas de todo el mundo "The Conjuring - El Conjuro" no podía prever que el horror old-style dirigido por James Wan generaría un ingreso de aproximadamente 320 millones de dólares en todo el mundo. Una cifra "aterradora" si se considera que la película tenía un presupuesto de unos 20 millones. Una gallina de los huevos de oro lista para ser explotada a conciencia y mientras alguien piensa en una secuela en la que los esposos cazafantasmas Warren vuelvan a la acción, alguien más ya se había puesto en marcha para sacar de esa película un producto colateral que fuera al mismo tiempo un spin-off de la película de Wan y un prequel.
Así llega "Annabelle", que tiene como protagonista la inquietante muñeca maldita que en "El Conjuro" aparecía en el prólogo, mostrando, de hecho, uno de los momentos más genuinamente aterradores y logrados de la película del año pasado.
Pero si con "Annabelle" esperan una película sobre muñecas malditas/asesinas en toda regla, quedarán decepcionados. Olvídense de Chucky de "La muñeca asesina" y todos sus derivados y saquen de su mente los juguetes maléficos de "Puppet Masters", "Dolls" y "Demonic Toys"; en "Annabelle" la muñeca es el medio para transmitir el mal, pero si en su lugar hubiera habido un pato de goma o una brioche no habría cambiado absolutamente nada a los fines narrativos de la película. Más bien "Annabelle" lleva el sello de producción de James Wan y, por consiguiente, tiene consigo todas las peculiaridades de sus películas "sobrenaturales"; además en la cabina de dirección está el director de fotografía de Wan, John R. Leonetti, y las músicas son del fiel (y excelente) Joseph Bishara, que con Wan ha trabajado en casi todas las películas. Era claro, pues, esperar un producto que reflejara lo más posible el estilo de esas producciones de las que se hace evidente derivación. Pero, para sorpresa, "El Conjuro" no entra nunca en "Annabelle", a pesar de la
parentesco, y nos encontramos en cambio recordando en varias ocasiones "Insidious", al que los films de Leonetti se asemejan tanto por la estructura narrativa como por la presencia de un demonio de inquietante y oscuro look, como por la gestión de las escenas de tensión.
De hecho, el gran mérito de "Annabelle" es el de saber asustar y conseguir, por lo tanto, crear un par de escenas madres realmente efectivas, como aquella en la que la protagonista queda prisionera en el sótano o aquella en la que la muñeca en el rincón es movida por una fuerza sobrenatural. El mismo diseño de la muñeca es realmente inquietante y no nos cuesta imaginar que la silueta de Annabelle entrará de pleno derecho en el imaginario horrísono cinematográfico de los próximos años.
Lo que no convence de "Annabelle" es la manera en que Gary Dauberman ha desarrollado el guión, que parte de un punto poco
original pero interesante - sobre todo por la idea de ligar el origen del Mal a una secta estilo Manson Family - pero se pierde en redundancias y, sobre todo, un final no a la altura, que podría hacer reír a alguien.
En el reparto se distingue la buena Annabelle Wallis (nomen omen) que interpreta a Mia, mientras que no convence el inexpresivo de cara demasiado limpia Ward Horton, que es su marido John.
Loable la dirección de vieja escuela de John R. Leonetti, que se hace perdonar el "casi" imperdonable "Mortal Kombat: Destrucción total" y el anónimo "The Butterfly Effect 2".
Una película que se ve con placer, pero "Annabelle" de seguro no dejará huella.