RG
Roberto Giacomelli
•El agua contaminada por los cadáveres en descomposición e infectados por el virus asesino se embotella y se transporta por todo el condado, llegando incluso al instituto local, donde se están llevando a cabo los preparativos para el baile de fin de curso. Aquí, John es atormentado por su obsesión por Cassie, de quien ha estado enamorado desde siempre, pero Cassie está con Marc, el matón de la escuela experto en artes marciales. Mientras John duda si renunciar al baile y pasar la noche con sus amigos viendo una película de terror o convencer a Cassie de ir al baile con él, el virus se está extendiendo entre los chicos de la escuela y se prepara para causar una verdadera masacre durante el baile.
Había una vez el teen movie splatter de los años 80... ¡y aún existe!
Eli Roth con "Cabin Fever" (2002) dio vida a un homenaje sentido al cine de terror de los años 70-80 mezclando "La Casa" (donde, sin embargo, en lugar de los demonios kandarianos hay una especie de virus del SIDA un poco más rápido en matar) con "Un tranquilo fin de semana de miedo" y citando "La noche de los muertos vivientes", "La última casa a la izquierda" y muchas otras cosas supercult. Ahora Ti West ("The Roost – La Tana") quiere seguir el mismo camino que su colega y, entre ironía, citas y escenas que dan asco, lo amplifica aumentando cada elemento.
Pero es necesario dar antes que nada una información
que debería ser básica: "Cabin Fever 2" debería haber llevado la firma de Alan Smithee. Este pseudónimo es adoptado en América por las producciones cinematográficas cuando el autor de la película desconoce la obra, como ha ocurrido con "Cabin Fever 2". Al parecer, la Lionsgate, que ha producido la película, no se ha considerado satisfecha del resultado, por lo que ha hecho remasterizar la película y –se dice– rodar algunas escenas, excluyendo a Ti West, que mientras tanto estaba ocupado en otros sets. Al final, poco importa, "Cabin Fever 2" se encuentra bastante en línea con el espíritu del primer capítulo, divierte y asquea, justo como debería haberlo hecho. Claro, está desordenado y, sobre todo en la parte final, se nota que hay algo que no va bien a nivel de continuidad narrativa (¿el remasterizado?), pero nadie llorará por eso (quizás a parte Ti West, obviamente).
Si "Cabin Fever" era un terror puro con gags de comedia insertadas, "Cabin Fever 2" es esencialmente una comedia con elementos de terror. En esta secuela, de hecho, se siguen las vidas de algunos adolescentes americanos enfrentados a los problemas clásicos que los
medios de comunicación de ultramar les atribuyen; y así nos sirven al perdedor de turno que ama a la rubia desde la escuela primaria pero ella solo quiere ser amiga y mientras tanto sale con el guapo un (guapo) poco imbécil. Stop. "Cabin Fever 2" no ama los estereotipos y se divierte subvirtiéndolos. El amigo del protagonista, el clásico gordo que en cualquier otra película habría coleccionado figuraciones sobre figuraciones, aquí es el único que liga... bueno, también liga la chica obesa que normalmente hace de decoración. Luego está el director decidido en las elecciones escolares y rigurosamente gay, la profesora con el labio leporino, el conserje asqueroso y "malicioso", en fin, toda una serie de personajes raros que hacen cosas raras y que normalmente no se ven en una película. "Cabin Fever 2", de hecho, está constantemente ansioso por distinguirse de la masa y a menudo para hacerlo se apoya también en el exceso. Y de exceso, sin duda, se habla cuando se ponen en escena una serie de hallazgos grotescos, uno más asqueroso que el otro. Entre penes bien visibles que eyaculan pus, una felación al herpes, un ponche a base de pipí, géiseres de vómito de sangre y tantas otras delicias, "Cabin Fever 2" se adjudica un bonito primado de escatología que raramente se ve en una producción de relevancia.
Lo que, sin embargo, no funciona en una peliculita divertida, despreocupada y asquerosa como esta es el desarrollo narrativo altanero que pronto termina en el caos y lo no resuelto. Se comienza justo donde terminaba la película de Roth y vuelve
inmediatamente el personaje del vicealcalde Winston (interpretado aún una vez por Giuseppe Andrews), aquel obsesionado con la juerga; la película luego se despliega en dos historias, por un lado está la historia de John y el baile escolar, por el otro el forcejeo del vicealcalde para encontrar una solución al desastre involuntariamente causado por su incompetencia. El problema es que la parte dedicada al vicealcalde es tratada de manera decisivamente marginal y superficial aunque parece fundamental para el desarrollo de algunos eventos, resultando al final casi intrusa. Además, la película se interrumpe de manera brusca dejando mil preguntas sin respuesta; pero en lugar de la aparición de los créditos asistimos a una larga secuencia que nos cuenta otra cosa, una porción de película no solicitada que parece útil exclusivamente para reforzar la dosis de asco con la linda vista sobre senos adolescentes cubiertos de pústulas y un beso en la boca que termina literalmente en el vómito, ese vómito amarillo y grumoso que te induce a apartar la mirada.
En resumen, si te dicen que algo en la realización de "Cabin Fever 2" ha salido mal, créelo, porque del resultado es evidente. Pero tampoco hay que desesperar, aunque desvencijado el film de Ti West divierte y posee esa docena de escenas raras necesarias para hacerlo recordar.
Voto redondeado por exceso.