GG
Giuliano Giacomelli
•Kyle Fisher está a punto de dar el gran paso: debe casarse con la mujer que ama, Laura Garrety. Pero antes de que Kyle prometa fidelidad eterna, sus amigos le organizan una fiesta de despedida de soltero a base de alcohol, drogas y una stripper. Todo parece ir sobre ruedas hasta el momento en que, a consecuencia de un accidente, la stripper muere. Kyle y sus amigos deciden, para evitar comprometer las tan esperadas nupcias, hacer caso a su amigo Boyd: callar sobre el accidente y deshacerse del cadáver de la stripper. Pero la situación empeora cuando los cadáveres de los que deshacerse se convierten en dos tras la visita sorpresa del encargado de seguridad del hotel donde se aloja el grupo de amigos. Los cuerpos son así enterrados y los cinco amigos deciden continuar con su vida haciendo como si nada; mientras tanto, el día de la boda de Kyle se acerca y el accidente ocurrido aquella noche, callado por todos, tiende poco a poco a salir a la luz.
¿Qué es "Cosas muy malas"?
Es difícil encontrar un género que le venga bien, ya que parece una película un poco anómala. Sin duda, en general, parecerá una comedia muy oscura, llena, hasta los huesos, de humor negro; pero no es solo una comedia negra porque también hay aspectos tendentes al thriller e incluso situaciones dignas de aparecer en una buena película de terror. Se puede afirmar con certeza que "Cosas muy malas" es un poco el emblema de todo lo que se define con el término "grotesco".
La película, estrenada en 1999, cuenta con una buena dirección pero sobre todo con un excelente guion, ambos firmados por el mismo nombre: Peter Berg. Berg (más conocido como actor que como director) al escribir y dirigir "Cosas muy malas" hace un excelente trabajo porque logra dar vida a una película realmente muy peculiar, única en su género, capaz realmente de resultar "muy mala" y, por lo tanto, de crear un excelente equilibrio con el título.
Como se mencionó anteriormente, la película cuenta con un guion admirable que resulta, probablemente, el punto fuerte de la película porque logra ofrecer giros inesperados capaces de cambiar completamente la moneda en cualquier momento y hacer que el espectador nunca pueda predecir cómo la película tenderá a concluir o, mucho menos, predecir el próximo movimiento.
Para subrayar el trabajo diligente realizado con el guion, también está la sabia caracterización de los personajes: es increíble ver cómo Berg se divirtió jugando con los estereotipos de los personajes. Berg cambia constantemente las cartas sobre la mesa y, por lo tanto, no habrá ningún cliché, ninguna personalidad predecible o obvia, sino todo lo contrario, todos adoptan un comportamiento exagerado, impredecible, capaces de pasar muy ágilmente de ser un personaje "positivo" a ser un personaje "negativo". Para enriquecer la extravagancia de los personajes, también está el buen reparto. Todos logran meterse en el papel con suficiente soltura, pero entre ellos es justo rendir un homenaje particular a Cameron Diaz, en el papel de Laura Garrety, la futura esposa, que se mete en la piel de un personaje inusual (especialmente para sus interpretaciones) con mil matices, y a Christian Slater, quien, por primera vez en su larga y desastrosa carrera, logra ofrecer una interpretación digna de mención: interpreta a Boyd, el amigo loco del protagonista, es decir, "una mierda disfrazada de desecho de vertedero" (para usar las palabras de la película).
Por último, el nivel gore es bastante sustancial y nunca cae en el puro splatter, pero en varias ocasiones se acerca mucho (ver la secuencia en la que tienen que serrar los cadáveres y empaquetarlos o la secuencia final en la iglesia).
En conclusión, "Cosas muy malas" es una película singular y fuera de lo común; una película, por una vez, original, una característica que unida a la imprevisibilidad constituye su punto fuerte. De antología, la secuencia final angustiante y "esotérica".
Merece sin duda una visión.
Nota redondeada por exceso.