THREE... EXTREMES

BOLAS DE MASA. Una ex actriz de televisión, al aparecer las primeras arrugas y para reconquistar a su marido infiel, decide pedir ayuda a la tía Mei, famosa por sus "particulares" dumplings con poder rejuvenecedor. CORTE. Un joven director de talento, al regresar a casa, es secuestrado por un loco que había trabajado como extra en sus películas. El secuestrador también ha secuestrado y atado a la esposa del director y a una niña, poniendo al hombre una terrible elección: o mata a la niña desconocida o el secuestrador cortará un dedo cada cinco minutos a la esposa del director. CAJA. Una escritora está atormentada por el sentido de culpa de haber causado involuntariamente la muerte de su hermana gemela hace muchos años. "Three…Extremes" se presenta como un intento de unir las tradiciones de tres países orientales (China, Corea y Japón) a través del lenguaje común del cine de género en episodios y todo esto es llevado a cabo por tres directores de talento indudable y una notable autoridad en el campo cinematográfico, dos de los cuales han logrado hacerse conocer y apreciar en nuestro país; se trata de Chan-wook Park ("Old Boy", "Lady Vengeance"), Takashi Miike ("The Call", "Audition") y el menos conocido Fruit Chan. Hay que decir de inmediato que "Three…Extremes" no es una operación exitosa porque la unión de tres directores autorizados en una opereta con connotaciones comercialmente marcadas no ha dado buenos frutos: cada episodio está completamente superado por el deseo de los respectivos directores de demostrarse autores y de mostrar al público cuán buenos son. Aclaramos, no es un defecto querer resaltar unas indudables cualidades artísticas por parte de los directores involucrados, pero lo ideal sería dosificar la técnica y no ponerla por encima de cualquier otro elemento, porque, al hacerlo, la película carece de participación emocional y resulta de una frialdad y una hermeticidad a veces desconcertante. Es imposible para el espectador identificarse con los diversos personajes y dejarse llevar por los eventos representados porque el vacío emocional entre lo representado y la representación es demasiado evidente y no se logra crear esa particular empatía que debería estar obligatoriamente en la base de todo proceso de retroalimentación emocional. Pero vamos a las historias. "Dumplings" está dirigida por Fruit Chan, un director ajeno al género de terror que nos proporciona, sin embargo, la historia más horripilante, cruel y políticamente incorrecta del tríptico. Se trata de una historia altamente pesimista que muestra hasta qué punto el individuo contemporáneo está dispuesto a llegar para conformarse y ser aceptado por una sociedad basada en la apariencia; todo esto se condimenta con temas caníbales e incestuosos. La historia en sí parece particularmente original y los actores se muestran totalmente a la altura, pero en más puntos se puede notar una excesiva prisa, dictada naturalmente por los tiempos restringidos para una película en episodios, y un final abrupto exento de una verdadera conclusión, que deja un ligero amargor en la boca del espectador. "Dumplings" sin duda merecía una mayor atención y quizás podría haber sido tranquilamente objeto de un largometraje. "Cut", de Chan-wook Park, es la historia más clásica (y probablemente la mejor) perfectamente en sintonía con el tiempo que requiere el mediometraje; el director se deleita con una serie de movimientos de cámara sugerentes y encuadres buscados y no nos ahorra ni una cierta dosis de atrocidad y paréntesis splatter. Sin embargo, todo el episodio eclipsa sobre sí mismo en una conclusión grotesca y caracterizada por un excesivo hermetismo. "Box", a pesar de estar dirigida por un excelente director como Miike, resulta ser el episodio más malo; muy lejos de los cánones del terror y repleto de una serie de elementos de una presunción a veces molesta, se distingue por una lentitud exasperante, una falta de clímax final y una pobreza narrativa bastante inusual si se compara con los episodios anteriores. Todo se basa en la buena fotografía y las excelentes cualidades directivas de Miike, enfrentado a una historieta predecible y exenta de una verdadera idea base. En el pasado, se intentó reunir a varios autores bajo el techo de la película en episodios, se recuerdan la colaboración entre Carpenter y Hooper en "Body Bags", Vadim, Malle y Fellini en "Tres Pasos en el Delirio" o Romero y Argento en "Dos Ojos Diabólicos", pero en todos estos casos se tuvo un resultado muy lejos del alcanzado con "Three…Extremes", gracias a una mayor capacidad para conjugar técnica y espectáculo; en "Three…Extremes" simplemente se tiene una opereta por encargo, ejemplo académico de indudable maestría directiva, pero incapaz de involucrar al espectador o de dejar en él alguna emoción que se prolongue más allá de la visión.