Sin Póster

6 PASSI NEL GIALLO: GEMELLE

2011 IT

RESEÑAS (1)

DF

Daniele Francardi

Angela Wyler encarga al comisario Valerio Strada encontrar a Christine, su gemela de la que no tiene noticias desde hace dos años y que, tiempo atrás, había tenido una tumultuosa relación con el policía. Valerio Strada, mientras tanto, investiga varios asesinatos que, de alguna manera, parecen estar relacionados con la desaparición de Christine; las investigaciones llevarán al comisario a descubrir una impactante verdad. "6 Passi nel giallo" es la nueva ficción de thriller de seis episodios, creada en colaboración con Sony y Mediaset, que se emitirá el próximo otoño en Canale5. En el proyecto se han involucrado dos nombres importantes como Lamberto Bava y Edoardo Margheriti, y luego Roy Bava, hijo de Lamberto y nieto del gran Mario. Tras numerosas experiencias como asistente de dirección, Roy Bava debuta en la dirección de un largometraje con este episodio de "6 Passi nel giallo", y lamentablemente se nota que es un debut: "Gemelle" es el típico telefilm inocente, simplón, mal interpretado y excesivamente predecible. Por caridad, Bava junior al final se las arregla con lo poco que se le pide, es decir, dirigir un episodio para una serie de telefilms no escrita por él y que parece formar parte de un episodio cualquiera de la serie "Ris". Mediaset ha realizado "6 Passi nel giallo" porque está harta de ser colonizada por las series de televisión estadounidenses: el objetivo establecido es hacer que Italia, por una vez, colonice el mercado extranjero. Uno se pregunta cómo convencerse de que un producto tan banal pueda atraer la atención extranjera; teniendo en cuenta que por el momento solo hemos visto uno de los seis episodios, esperamos ver qué han hecho Lamberto Bava y Edoardo Margheriti. Pero si las intenciones son esas, es mejor dejarlo estar. Roy Bava dirige un producto que no tiene nada que añadir a tantas historias que se han contado tanto en el cine como en la televisión; su "Gemelle" debería rendir homenaje a los thrillers italianos de los años setenta, pero los elementos que remiten a un cierto tipo de película se pierden por completo. La trama narrativa fluye de manera estática, los personajes son introducidos sin preocuparse por hacer demasiados análisis psicológicos-característicos y lo que podría ser la solución final de toda la historia parece tan predecible que el espectador piensa que "no puede ser así, sería demasiado banal". Sin embargo, el final no reserva ningún tipo de sorpresa, excepto una explicación sobre por qué ciertos eventos ocurrieron durante la historia. Todo fluye sin problemas, demasiado, desde el primer hasta el último minuto; no hay giros inesperados, no hay situaciones que de alguna manera contribuyan a aumentar la curiosidad del espectador, no hay atmósfera, no hay involucramiento, en resumen, el vacío total. Técnicamente, "Gemelle" está realizado de manera demasiado distante y aquí uno se pregunta cuántas restricciones se le impusieron al debutante Bava. Los actores parecen salir del set de "Centovetrine": fríos, impersonales, con esas caras de actores atormentados que no ayudan en absoluto a hacer más agradable la visión. Aquí también la culpa es de un guión, escrito por Stefano Piani y Stefano Sudriè, que no se esfuerza en absoluto por valorizar a los protagonistas de este proyecto. El protagonista Daniele Pecci ("Manuale d'amore 3", "Mine Vaganti") es un comisario tan anónimo que hace echar de menos a Richie, el primer comisario de la serie "Rex" (el del perro); Erica Durance ("Smallville") es quizás la más convincente de todo el reparto, gracias más que nada a ese sex appeal que oculta los muchos defectos de su doble personaje. Para completar el reparto están Thomas Arana y Veronica Lazar, que desde luego no contribuyen a mejorar la situación. "Gemelle" es el típico producto desechable del que no se sentía la necesidad; es una pena porque la idea de retomar, a través de una serie de televisión, un cierto tipo de cine italiano que durante años ha sido objeto de envidia extranjera, era interesante. La única esperanza es que Lamberto Bava y Edoardo Margheriti hayan realizado episodios más convincentes y más autorales que este. Y mientras tanto, el abuelo Mario se ríe... tal vez.