VISIONS

Las unidades especiales del FBI, dirigidas por radio por el Dr. Leemen, penetran en el escondite de Spider, un terrible asesino en serie que está difundiendo el pánico en la ciudad. En la habitación hay las últimas víctimas del asesino aún con vida, pero en realidad se trata de una trampa y tanto los prisioneros como los agentes especiales quedan muertos. El Dr. Leemen se considera responsable de la masacre por no haber intuido el plan de Spider, por lo que decide retirarse de su profesión de perfilador del FBI y va a trabajar como consultor psiquiátrico en un hospital. Aquí conoce a Matthew, un chico que acaba de despertar del coma y que recuerda poco de su pasado pero que, en cambio, tiene visiones sobre las acciones de Spider. Tras las primeras dudas, el doctor decide servirse precisamente de Matthew para reabrir el caso de Spider, esperando que el chico pueda ayudarle a capturar una vez por todas al asesino en serie. Sonrisa. Incertidumbre. Desaliento. La sonrisa – que a veces se transforma en estruendosa risa – es la que el espectador inevitablemente se dibuja en los labios al ver "Visions", un concentrado continuo e incesante de banalidades acompañadas de diálogos y elecciones narrativas que aseguran una comedia involuntaria. La incertidumbre, sin embargo, surge a intervalos regulares en la mente del espectador porque uno se pregunta cómo, en la manifiesta crisis del cine de género italiano, se puede apuntar y llevar a cabo películas como esta. El desaliento asalta al espectador al final de la película, porque uno se da cuenta de que esa crisis poco antes mencionada parece realmente destinada a durar si los escasos ejemplos del horror italiano actual se llaman "Visions", que no solo son en su mayoría de calidad media-baja, sino también generalmente mal distribuidas. Pero, ¿qué es lo que no funciona en la ópera prima de Luigi Cecinelli? Un poco todo, se diría, empezando por el guión desastroso de Andrea Del Monte ("En el momento justo"). Todo comienza con un improbable prólogo basado en helicópteros en CGI, SWAT y una trampa con moscas que querría resultar original pero que resulta solo tremendamente estúpida. Ya en este prólogo se nota el mal trabajo realizado en los diálogos que se extienden sobre las amonestaciones (no escuchadas) del Dr. Leemen y el respectivo (e incluso inmotivado, si se quiere) sentido de culpa del mismo, además de los duetos verbales planos e involuntariamente cómicos con el jefe del equipo. De las promesas de acción-thriller de imitación yankee se pasa a un thriller aburrido y redundante de cámara, a veces acompañado de escenas cómicas (esta vez voluntarias) que servirían para relajar al espectador pero que en realidad solo resultan irritantes. La escena "comedia" está confiada al personaje de Nick (interpretado por Jakob Von Eichel), un medio loco en cura desintoxicante que sirve de apoyo cómico al aburrido Matthew (Henry Garrett), "visionario" amnésico. A pesar de que "Visions" es, en definitiva, un thriller psicológico, el cuidado con el que se construyen y desarrollan todos los personajes es extremadamente pobre, pasando de la inutilidad de personajes como la periodista Hope (Caroline Kessler) a la verdadera caricatura de importación como Nick, hasta la unidimensionalidad de quienes deberían ser seriamente multifacéticos, es decir, Matthew y el Dr. Leemen (Steven Matthews). Contra el desarrollo de los personajes, hay que culpar sin duda también de la mala actuación de casi todo el reparto que, a excepción de Jakob Von Eichel que logra hacer frente a su personaje caricaturesco, se muestra desganado o particularmente fuera de lugar, además de los dudosos dones de actuación (Caroline Kessleeeeeeeeeer!). Mucho del fracaso de esta película debe atribuirse a la extrema improbabilidad de muchas soluciones narrativas, que sin duda habrían tenido éxito si se tratara de una parodia, pero que son del todo implausibles en un producto que se toma en serio. La escena en la que la periodista capta el "detalle" en la foto escaneada de la llave encontrada es de antología del absurdo, así como algunos engaños sobre la identidad del asesino del todo gratuitos, sin hablar de la solución final que, además de ser esencialmente muy predecible, recurre a recursos dignos de "Scooby Doo" para cuadrar todos los elementos. Pero, ¿queremos hablar del "explicación" final confiada a una voz en off y de una duración excesivamente molesta? Mejor no insistir, los defectos son realmente demasiado numerosos y macroscópicos. Entonces, ¿qué queda de bueno en "Visions"? ¿Nada? Casi. La puesta en escena es muy digna y Cecinelli ha logrado gestionar de manera increíblemente funcional el pequeño presupuesto disponible (mucho se centra en ambientes interiores) añadiendo también toques de calidad como una buena y oscura fotografía (obra de Claudio Zamarion) y algunos buenos decorados (de Maurizio Marchitelli), en particular los que se refieren a las escenas sobre los lugares de Spider. Interesante también la puesta en escena de las "instalaciones humanas" que el asesino construye con sus víctimas, lástima que no se insista casi nunca en este aspecto, limitando todo a un par de secuencias. Abundante el uso de efectos especiales en computadora gráfica, realizados por la compañía líder en Italia Proxima, a veces incluso gratuitos (ver la trampa con explosión) y no siempre impecables. Esta nueva incursión en el horror por parte de Italia deja, pues, mucho que desear. Cecinelli dirige una película sin mordiente y escrita particularmente mal, que mira al thriller moderno americano y desperdicia cada oportunidad de poder ser recordada en el tiempo.