Disclosure Day: cuando Spielberg deja de tranquilizarnos y mira al abismo
Durante décadas, Steven Spielberg nos ha enseñado a mirar el cielo con asombro. Ahora parece querer recordarnos por qué, en el fondo, siempre hemos tenido miedo de lo que hay ahí arriba.
El primer tráiler de Disclosure Day no promete aventura ni consuelo. Por el contrario, sugiere un regreso a lo desconocido más puro, aquel que no necesita mostrar monstruos para resultar perturbador. Una película sobre extraterrestres que no habla realmente de extraterrestres, sino de lo que le ocurre a la humanidad en el momento exacto en que deja de sentirse segura.
La normalidad que se rompe
El corazón del tráiler es una escena aparentemente banal: una meteoróloga en directo en la televisión, el cielo de fondo, palabras de rutina. Luego algo se resquebraja. La voz de Emily Blunt se deforma, se vuelve antinatural, casi inhumana. No hay una explosión, no hay una invasión: es el cuerpo humano el que deja de pertenecerse.
Es aquí donde Disclosure Day golpea fuerte. Spielberg no nos muestra el evento, sino el trauma. Los efectos colaterales de una presencia que nunca vemos, pero que se insinúa en los pliegues de la realidad como una enfermedad silenciosa.
La verdad no es una revelación, es una condena
El personaje de Josh O'Connor habla de verdad, de divulgación, de un secreto que debería pertenecer a todos. Pero sus palabras nunca suenan liberadoras. Al contrario, parecen una advertencia: saber podría ser peor que ignorar.
El tráiler disemina imágenes que parecen provenir de una pesadilla colectiva: animales inmóviles como en trance, círculos en los campos de trigo, miradas vacías, ojos que cambian de color. Señales, no respuestas. Símbolos de un mundo que está perdiendo lentamente su lógica.
Spielberg y el horror de lo invisible
Aquí Spielberg parece dialogar más con Signs que con E.T., más con el horror cósmico que con la ciencia ficción clásica. Los extraterrestres no son entidades espectaculares, sino fuerzas desestabilizadoras, algo que altera la percepción, la comunicación, la identidad.
Es un horror sutil, casi lovecraftiano: no es lo que ves, sino lo que intuyes y no puedes comprender. La banda sonora de John Williams, lejos de cualquier tono heroico, acompaña este desasosiego como un susurro constante, una presencia que nunca te deja solo.
No estamos solos. Y ese es el problema.
Disclosure Day llegará a los cines el 12 de junio de 2026, pero su tráiler ya ha dado en el blanco: ha vuelto a poner en primer plano un miedo antiguo, aquel que el cine moderno parece haber olvidado. El miedo a lo desconocido que no ataca, no invade, no destruye... pero observa, penetra y lo cambia todo.
Quizás Spielberg no quiera decirnos qué hay ahí fuera. Quizás solo quiera hacernos una pregunta muy incómoda: y si la verdad fuera algo que el ser humano no está hecho para soportar?