El Depredador ha regresado, pero esta vez la caza tiene un sabor diferente. Predator: Badlands, dirigida por Dan Trachtenberg (quien ya estuvo detrás de las cámaras de Prey), promete sacudir los cimientos de una de las franquicias más longevas de la ciencia ficción y el terror. Con estreno previsto para el 7 de noviembre de 2025, la película trae un soplo de aire alienígena: por primera vez no habrá protagonistas humanos, y el punto de vista será el del propio cazador.
El protagonista es Dek, un joven Yautja – la raza de los Depredadores – marginado por su clan por considerarlo demasiado débil. Lo acompaña Thia, un androide interpretado por Elle Fanning, al servicio de la famosa corporación Weyland-Yutani, un nombre que hará que los fanáticos de la saga Alien se emocionen. Ambientada en el planeta Genna/Kalisk, conocido como "Badlands", la película se aleja de los escenarios terrestres habituales para abrazar un mundo salvaje y hostil, dominado por desiertos ácidos, ruinas alienígenas y criaturas que harían palidecer incluso a un xenomorfo.
Trachtenberg ha declarado que "no hay seres humanos en esta película", y la decisión parece de todo menos casual: al liberarse de los clichés habituales de la presa humana, Badlands se convierte en un relato de formación y supervivencia alienígena. Dek no caza por deporte ni por gloria, sino para demostrarse a sí mismo – y a su pueblo – que merece un lugar entre los cazadores. La perspectiva se invierte: el Depredador se convierte en la víctima de un mundo más cruel que él.
La curiosidad más discutida es la clasificación PG-13, algo raro para la saga. Pero quienes temen una película "suavizada" pueden estar tranquilos: la violencia sigue presente, solo que filtrada por una estética más simbólica. Sangre neón, carne sintética y mutilaciones no humanas hacen que todo sea menos explícito, pero no menos inquietante. Al fin y al cabo, incluso el Depredador puede sufrir.
En el terreno de los rumores, el productor Ben Rosenblatt ha insinuado que Arnold Schwarzenegger podría volver a interpretar al legendario Dutch. Sería un regreso espectacular, un puente nostálgico entre 1987 y el futuro de la franquicia. Y con la Weyland-Yutani en escena, la posibilidad de un crossover con Alien ya no es solo un sueño de fan.
Estéticamente, Predator: Badlands promete ser una mezcla entre épica tribal y tragedia cósmica, con efectos especiales a cargo de Wētā Workshop y un diseño visual que apuesta más por lo alienígena que por lo militar. Si Prey devolvió la franquicia a su esencia primordial, Badlands intenta llevarla más allá: una película que habla de aislamiento, identidad y monstruos interiores, disfrazados de divinidades cazadoras.
En resumen, no es el típico enfrentamiento entre humano y Depredador. Aquí la verdadera pregunta es: ¿qué queda de un monstruo cuando su propio mundo lo rechaza?