GF
Gianluca Fedele
•Roy y Jessie, una pareja dedicada a la beneficencia y que sigue asiduamente su parroquia, se encuentran con que deben recorrer la Transiberiana de regreso de una misión benéfica en China. En el tren, los dos conocen y hacen amistad con la ambigua pareja formada por los jóvenes Carlos y Abby que contrabandean matrioskas. El viaje que inicialmente parece ser sereno y agradable pronto tomará un giro inesperado y peligroso.
A menudo, una película direct-to-video revela desde el principio su naturaleza, ya sea por los actores o autores desconocidos, el bajo presupuesto, o elementos que no se quieren o no se pueden llevar a una sala cinematográfica, pero « Transsiberian » » especificamos desde ya » no entra en ninguna de estas categorías, y sin embargo no ha disfrutado de pases cinematográficos, llegando a nosotros directamente en video doméstico. Además, con un retraso considerable.
« Transsiberian » es un thriller, pero es un thriller que esconde su belleza en el descubrimiento, en no hacer claros sus propósitos hasta el final, en su capacidad de llevarnos al fondo de un pasillo para luego girar bruscamente y hacernos encontrar en un espacio totalmente diferente, nuevo e inesperado.
"La vida no está hecha de matices, vivimos en un mundo de contrastes" nos dicen al principio y la película ya está allí, con su fotografía poco nítida, « ruidosa » y desaturada, desmintiendo con la imagen lo que después será puesto en discusión directamente a nivel narrativo.
Los personajes logran escapar de los estereotipos de la pareja inocente y feliz pero monótona y de la que vive al día para no enfrentar la vida, presentándonos para cada uno de ellos matices que ponen continuamente en discusión sus respectivos caracteres y personalidades. Durante los primeros 40 minutos se asiste a un drama apasionante de carácter sentimental que involucra a Julie y Carlos para luego hacer virar todo al thriller, pero el registro cambia una tercera vez para la última parte del trabajo.
Nuestras ideas sobre los personajes cambian en cada giro de trama y en cada viraje de la película, poniendo continuamente en duda sus caracteres psicológicos y sus motivaciones, sumergiéndonos en un laberinto claustrofóbico de incertidumbres. Nadie es lo que parece o mejor dicho todos lo son, pero la película nos hace continuamente pensar que estamos fuera de pista.
El director es Brad Anderson, famoso por « Session 9 » y el excelente « El hombre que no durmió », que aquí, aunque manejando todo de manera completamente diferente desde el punto de vista técnico, hace un excelente trabajo con un presupuesto limitado y con la cámara en mano, logrando captar bien ese sentido de claustrofobia e inmovilidad que envuelve y cierra a los protagonistas en el tren, espacio en el que se desarrolla casi la totalidad de la película.
El elenco artístico está compuesto por Woody Harrelson (« Los juegos del hambre », « Boulevard londinense »), Emily Mortimer (« Shutter Island »), Eduardo Noriega (« The Last Stand ») y Kate Mara (« 127 horas »), todos perfectamente en su papel y del todo convincentes. El agente es interpretado además por el siempre excelente Ben Kingsley que aquí se propone en versión ambigua e inquietante, propio en estilo de « Shutter Island ».
Cierto que algún defecto en la película es perceptible, como su excesiva duración o la repetitividad de algunas situaciones, cosa que de todas formas en su conjunto no da más de tanto fastidio.
Difícil pues entender el motivo por el cual una película de este género haya recibido tan pocas atenciones por parte de la distribución italiana a pesar de calidad, elenco y director.
En conclusión no nos encontramos delante seguramente de una obra maestra o algo completamente nuevo pero vale de todas formas la pena de recuperarlo.