Fonda y sus amigos van al bosque a pasar unos días. Sus amigos son víctimas del mutante asesino, Tres Dedos, convirtiéndose en su alimento. Mientras tanto algunos prisioneros peligrosos están siendo transferidos por Nate Wilson, un guardián de la prisión, que va a retirarse para convertirse en abogado. Durante el transporte su camión es atacado por Tres Dedos. Por lo que los prisioneros se fugan. Mientras huyen por los bosques, los prisioneros encuentran por casualidad un camión abandonado lleno de bolsas del dinero. Uno por uno Tres Dedos acaba con todos los prisioneros... Tercera y última entrega de la trilogía Km 666, lanzada (como la segunda parte) directa en DVD y Blu-Ray
Directores
Declan O'Brien
Reparto
Tom Frederic, Janet Montgomery, Louise Cliffe, Jack Gordon, Emma Clifford, Todd Jensen, Gil Kolirin, Charles Venn, Jake Curran, Tamer Hassan
HorrorThriller
RESEÑAS
(1)
LP
Luca Pivetti
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Nate Wilson es un joven guardia de prisión que recibe la tarea de escoltar a un grupo de peligrosos reclusos a una prisión de máxima seguridad. Desafortunadamente, durante el trayecto en el furgón blindado, surge de la nada una camioneta que envía a los guardias y criminales fuera de la carretera. Ambos grupos ahora se encuentran en medio del bosque y tendrán que unirse para descubrir que no están solos, que alguien los espía entre los árboles... alguien deformado y más peligroso que ellos... Mutantes malos y deformes regresan para golpear y dar cuchilladas: Acto Tres. La saga iniciada por Rob Schmidt y Stan Winston en 2003 con la excelente "Wrong Turn" y continuada con la igualmente exitosa (y divertidísima, al menos para mí) "Wrong Turn 2-Senza Via D’Uscita" de Joe Lynch llega a su tercer capítulo, nuevamente para el mercado de video doméstico. Elección distributiva acertada, si no necesaria, porque la película del señor Declan O’Brien, aunque vista (especialmente en compañía y con mucha cerveza en el cuerpo), se revela inmediatamente como el episodio más débil de toda la trilogía. Los medios disponibles se han reducido y no poco, explicando tanto la presencia de casi solo un mutante (un viejo conocido, por cierto) durante toda la película, como el uso de un CGI molesto e inadecuado para algunos de los efectos gore presentes en la película. El mismo maquillaje del mutante del bosque parece menos creíble y más gomoso de lo que debería, representando dos pasos atrás con respecto a lo hecho en la primera parte (que se jactaba de la mejor caracterización de los boogeymen de la saga) y un paso atrás también con respecto al predecesor inmediato. La película se deja ver, en ocasiones hace sonreír y el festival de la tripa está garantizado también esta vez, pero lo que deja que desear es la puesta en escena a menudo y voluntariamente aproximativa y apresurada, como si todo hubiera sido montado sin el tiempo adecuado y el cuidado necesario. El mismo guión, que parecería querer introducir algo de "nuevo y original" (nota las comillas), resulta débil y superficial: simpática la idea de un prólogo con una matanza que forma una especie de cortometraje de conexión entre la segunda y la tercera película, que ve como protagonistas a los clásicos personajes medio-locos del slasher estadounidense para eliminarlos inmediatamente y dejar espacio a un grupo de protagonistas en general menos utilizados. En el centro de la trama, y de manera similar a lo hecho en el pesado (en el sentido de aburrido) "House of Blood" de Olaf Ittenbach, encontramos un grupo de presos y sus carceleros: tampoco esta idea es muy nueva, pero en estos tiempos y en este subgénero debería ser todo lo que se pueda desear. Sin embargo, duele constatar que el juego "malo-más malo-malísimo" que quiere el guionista Connor James Delaney se desmorona rápidamente sobre sí mismo: todos quieren engañar a todos y se cae rápidamente en la repetición. No ayudan las psicologías cortadas con el hacha, entre policías demasiado buenos e ingenuos, la chica que comienza como víctima designada y luego poco a poco saca los atributos y el preso malísimo sin escrúpulos, listo para sacrificar a cualquiera para salvar su piel. Intentando evitar los clichés clásicos relacionados con los adolescentes dentro de los slasher, Connor James Delaney se ha encontrado con otro tipo de tópicos, que si no otra cosa, se ven menos dentro de nuestro género preferido. Más allá de estos defectos a nivel de escritura, "Wrong Turn 3" lleva a la pantalla una historia fluida (excepto un ralentización del ritmo a tres cuartos de la película) y a veces divertida, que ve su mayor punto fuerte en los diversos asesinatos. Hacen sonreír esas dos o tres trampas que representan una novedad dentro de la saga, pero en general el departamento de gore se revela imaginativo y difícilmente decepcionará a los amantes de la sangre a toda costa. Solo es una pena el uso demasiado invasivo de la CGI que mina la credibilidad de los asesinatos, pero hay para todos los gustos: gente cortada en pedazos, flechas que atraviesan cabezas (¡y senos!), cráneos arrancados y ganchos de carnicero por todas partes son el orden del día. La dirección y la fotografía no ofrecen elementos particularmente interesantes, limitándose a llevar a casa un trabajo de rutina, sin infamia y sin elogio, mientras que el desempeño del elenco se sitúa en los niveles medios de las producciones del género: solo Tamer Hassan, en el papel del muy malo Chavez, parece esforzarse un poco más que los demás para hacer el bastardo de la situación. En general, "Wrong Turn 3" es una película que alcanza la suficiencia, ideal para quienes se han encariñado con la saga de los mutantes deformes o para pasar una velada en compañía de amigos de confianza, pero, ya sea por una cierta superficialidad en la puesta en escena, ya sea por un guión todo menos a prueba de bombas (ah, los eufemismos), sigue siendo el punto débil de la trilogía.