Red Eye (El tren del Horror) backdrop
Red Eye (El tren del Horror) poster

RED EYE (EL TREN DEL HORROR)

레드 아이

2005 KR HMDB
febrero 18, 2005

Varias personas viajan en el tren que hace el último trayecto de Seúl a Yesou. La azafata Mi-sun ha cambiado su turno con el de su compañera. Hoy es su cumpleaños y desea estar allí, en ese último viaje. Algunos vagones pertenecen al convoy que hace unos años sufrió un terrible accidente sin explicación aparente, en el que murieron miles de personas. También hoy, casualmente, es el aniversario de este trágico suceso. Tras una parada de 10 minutos, el tren arranca de nuevo. Pero nada volverá a ser como antes: comienzan a desencadenarse una serie de extraños acontecimientos... (FILMAFFINITY)

Directores

Kim Dong-bin

Reparto

Jang Shin-young, Kwak Ji-min, Lee Dong-kyu, Kim Hye-na, Lee Eol, Hyeon-suk Kim, Lee Dae-yeon, Park Won-sang, Song Il-gook, Park Hyo-ju
Horror

RESEÑAS (1)

GG

Giuliano Giacomelli

Es el primer día de trabajo para Oh Mi-sun: su tarea es distribuir, en los vagones de un tren, provisiones alimentarias a los pasajeros. Su primer turno laboral ocurre durante un viaje nocturno que dará lugar de inmediato a situaciones inusuales. Mi-sun no tardará en notar que algo perturbador está sucediendo en ese tren, algo que parece estar relacionado con el trágico accidente ferroviario ocurrido años antes en la misma línea. Todas las almas de quienes encontraron la muerte en ese trágico accidente parecen, ahora, decididas a cruzar el umbral entre el mundo de los vivos y el de los muertos. No hay mucho que decir ni grandes sermones introductorios que exponer para comentar "Death Train" ("Redeu-ai"), una película de terror coreana de 2005 dirigida por Dong-bin Kim, la única cosa que se puede decir fácilmente y con certeza es que se trata de una película en la que, durante la visualización, los minutos pasan lentos... realmente muy lentos. El terror japonés, en sus primeros estrenos en Italia, nos había ilusionado con que sería capaz de ofrecer nueva savia y nuevas fronteras a nuestro género preferido, pero, con el tiempo, hemos tenido la oportunidad de constatar que el cine oriental es un cine, la mayoría de las veces, enormemente sobrevalorado por dos razones: en primer lugar, sufre de una falta total de fantasía (al menos según la sustancial parte de obras que llegan a nuestro continente) que hace que las películas sean todas horriblemente iguales y predecibles; además, es un cine particularmente pretencioso que tiende, la mayoría de las veces, al hermetismo, a crear situaciones que se complican innecesariamente y que solo tienen el propósito de dejar al espectador perplejo, confundido y obligado a encontrar una interpretación lógica (una interpretación que, con buenas probabilidades, ni siquiera existe). "Death Train", desafortunadamente, no se diferencia de la masa de los Asian Horror mediocres y no hace nada, absolutamente nada, para aumentar el respeto y la confianza en los terrores asiáticos. Hay que partir del hecho de que, en "Death Train", todo parece ya visto gracias al uso (debería decir al mal uso) de una trama que tenía buenas cartas a su favor (una ubicación diferente a la habitual para empezar) pero que decide jugarlas de la peor manera tomando un camino que ya ha sido recorrido millones de veces y que no es capaz de suscitar ningún interés. Pero como si eso no fuera suficiente, se decidió hacer todo aún más indigesto gracias a una lentitud narrativa alucinante que hará que la película sea una especie de tortura psicológica para el espectador que logre terminar la visualización (siempre que lo logre) con sufrimiento y golpeado por innumerables bostezos (es necesario informar al lector que, durante los "primeros" 85 minutos, no sucede absolutamente nada importante para la trama). Además, hay una total ausencia de suspense y tensión: las apariciones de los fantasmas son muy raras y, cuando se presentan, resultan apagadas y aburridas porque carecen de ese cierto pathos esencial para una película de terror, especialmente si se trata de una ghost story. La guinda del pastel, la película tiende a concluir en la confusión total: todo se vuelve repentinamente complicado, se introducen situaciones ilógicas a mansalva solo para cargar el conjunto, dado que luego serán rápidamente ignoradas o poco profundizadas; además, no faltan escenas finales herméticas que chocan con la lógica y la inteligencia del espectador. Esta vez, el hermetismo, o el sinsentido, que se genera al final no es una elección dictada por la voluntad del autor, sino por la incompetencia que ha manifestado en la exposición de los hechos: las explicaciones están ahí, pero aparecen confusas y mal ensambladas. La única cosa que puede resultar mínimamente salvable es la dirección de Dong-bin Kim, que, en resumen, es bastante diligente e intenta encontrar encuadres buscados o movimientos de cámara extraños; pero, por supuesto, la dirección sola nunca podrá salvar de la reprobación completa una película como esta. En conclusión, "Death Train" es la película oriental habitual con los fantasmas vengativos (un tema también del todo intruso en este caso) que, nunca como esta vez, parece terriblemente soporífera, confusa y desconcertante. Un verdadero caso en el que, al final de la visualización, ningún nudo se resuelve. Absolutamente para evitar.