RG
Roberto Giacomelli
•Nueva Orleans. Un cuerpo carbonizado, encontrado colgado de una cruz, es transportado a la morgue. Los dos jóvenes médicos de turno de noche que reciben el cadáver descubren pronto que se trata del cuerpo de un vampiro y deciden ocultarlo con la intención de estudiarlo, para encontrar un suero de inmortalidad fantasmagórico. Pronto, los dos jóvenes son contactados por un individuo misterioso que, a cambio del cadáver, les ofrece una suma considerable de dinero, pero los jóvenes deciden avisar a sus amigos de la facultad de medicina, así como a uno de sus profesores, para llevar a cabo investigaciones en privado. Reunidos en una vieja villa, el grupo intenta devolver la vida al vampiro; pero mientras tanto, un hombre de iglesia misterioso y ambiguo se pone tras sus pasos. Producido únicamente para el mercado del video doméstico, "Dracula 2" es la secuela del poco entusiasta "Dracula's Legacy", una película de acción vampírica producida por Wes Craven en 2000. Hay que dejar claro una cosa: "Dracula 2 – Ascensión" es la primera parte de un díptico que encuentra su conclusión en "Dracula 3 – Legacy", pero esta última aún no ha sido distribuida en nuestro país. Por lo tanto, aventurarse a ver "Dracula 2" sin tener la posibilidad de asistir, en un futuro inmediato, a su conclusión, es una acción que tiene como consecuencia una sensación inevitable de "amargura en la boca". Sin embargo, este sentido de insatisfacción va más allá de la incompletud real de la obra (es bastante cierto que Buena Vista Italia distribuirá pronto el tercer capítulo), porque también implica la calidad misma de la obra en cuestión. El director es el mismo que el de "Dracula's Legacy", Patrick Lussier (montador de confianza del financiero de la obra, Craven), que no se defiende mal detrás de la cámara, también gracias al apoyo de una fotografía elegante, a veces gótica, que pone mucha importancia en los cromatismos antagónicos: se pasa de los tonos fríos azules/grises alternados con el rojo vivo de otras situaciones. Sin embargo, el reparto está compuesto por un grupo de actores bastante mediocres, empezando por Jason Scoot Lee ("Mowgli – El libro de la selva"; "Talos – La sombra del faraón"), un actor cuya expresividad es comparable a la de una cebolla, en los improbables papeles de Padre Uffizi (?). Todos los personajes carecen por completo de caracterización psicológica, son simples caricaturas al servicio de una historia anémica que no hace justicia al famoso y apreciado personaje que da título a la película. Más irritante es el hecho de que Dracula no haga prácticamente nada durante toda la duración de la película, quedando encadenado a un poste en el centro de una piscina vacía, mientras los "doctores" se dedican a elaborar hipótesis médicas/folclóricas sobre su naturaleza. Solo durante unos pocos minutos al final de la película el señor de todos los vampiros será libre de desahogarse, pero demasiado poco para más de 90 minutos de película. Es inútil añadir que el actor que interpreta a Dracula en esta secuela es particularmente inadecuado para el papel y no se trata de Gerard Butler (el actor que lo interpretó en la primera película), seguramente más creíble en el papel de un vampiro, sino de un tipo atlético teñido de rubio realmente improbable en ese papel; además, la sustitución fue motivada por los guionistas con una explicación ridícula (lo que nos hace intuir que en la tercera película habrá un actor diferente nuevamente en el papel del vampiro). Naturalmente, el punto fuerte de la película anterior, es decir, la hipótesis histórico/religiosa sobre el origen de Dracula, aquí ya es una historia bien conocida, aunque los guionistas insisten en proponerla con tanta énfasis como si se tratara de una novedad. En conclusión, "Dracula 2" es un pastiche vampírico inútil y aburrido que no estimula en absoluto la curiosidad de aventurarse en un tercer y definitivo capítulo. Desaconsejado incluso para los fans más acérrimos del famoso chupasangre Dracula.