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Roberto Giacomelli
•Cerca de la entrega de los diplomas, los estudiantes de la escuela secundaria McKinney se dirigen a un parque de atracciones para celebrar el evento. La atracción principal está representada por "Devil's Flight", un complejo monumental de montañas rusas. Mientras un grupo de jóvenes está a punto de tomar asiento en los vagones del vuelo del diablo, Wendy tiene una premonición en la que asiste a su muerte debido a un fallo en las vías. La chica se dispone a bajarse del vagón y advierte también a los demás pasajeros: algunos la siguen, otros creen que solo quiere llamar la atención. Pero el desastre ocurre y los jóvenes que escaparon de la muerte, morirán uno a uno de "accidentes" atroces.
Corría el año 2000 y los pasajeros del vuelo 180 con destino a París, que escaparon del trágico accidente anunciado por uno de ellos, encontraron la muerte, o mejor dicho, la Muerte los encontró, a pocos días de distancia. Año 2003: la historia se repite y los supervivientes del accidente de tráfico de la carretera estatal 23, cerca de la salida 180, quedan muertos por extrañas y mortales coincidencias.
A tres años del último encuentro con la Muerte, los creadores de la primera película lo intentan de nuevo y ponen en marcha la misma estructura narrativa de los episodios anteriores, con la variante del accidente inicial que esta vez tiene lugar en un parque de atracciones (aunque sería más correcto hablar de dos accidentes) y la técnica que usan los protagonistas para prevenir las muertes. Naturalmente, como en las películas anteriores, hay que saber captar las señales para escapar de la muerte, pero esta vez serán unas simples fotografías las que sugieran a los protagonistas las horribles muertes que tocarán a los supervivientes. El espectacular accidente inicial, por desgracia, no aguanta la comparación (en espectacularidad y ferocidad) con el puesto en escena en la segunda película de la saga, pero se defiende bastante bien, sobre todo gracias a la originalidad de la situación.
"Final destination 3" es una simple operación comercial surgida de los excelentes resultados de los capítulos anteriores, por lo que los creadores de la película, conscientes de esto y del hecho de que bastaba ya la primera película para explicar la historia de manera adecuada, se han lanzado de cabeza a la coreografía y a la originalidad de las muertes, consiguiendo distraer al espectador de un argumento pobre y repetitivo. De hecho, aquí está el límite de "Final destination 3": una historia nada original, que no hace más que recorrer a grandes rasgos la de las dos películas anteriores sin innovaciones evidentes (los productores habrán pensado: ¿por qué alterar un formato ganador!). Sin embargo, en este caso también se nota una total superficialidad de los personajes y un desarrollo demasiado apresurado de la trama, seguramente más ocupado en la puesta en escena de los accidentes mortales que en la delimitación psicológica de los protagonistas. Pero no nos engañemos a nosotros mismos: ¿qué espectador elige ir a ver el tercer capítulo de "Final destination" con la intención de asistir a una historia original y a un desarrollo de los personajes? Más bien se espera asistir a una matanza truculenta basada en accidentes improbables a costa de personajes estúpidos y antipáticos; y eso ocurre puntualmente. Los accidentes puestos en escena en "Final destination 3" son simplemente geniales, logran exacerbar la situación hasta lo inverosímil para concluir, a menudo y voluntariamente, con muertes muy sangrientas.
La dirección ha vuelto a las manos de James Wong, ya ocupado detrás de la cámara del primer episodio; mientras que el guion es obra de Glen Morgan (director de "Willard") y del mismo Wong. Entre los intérpretes se pueden ver solo rostros desconocidos y jóvenes actores, entre ellos Mary Elizabeth Winstead, en el papel de la protagonista, y Ryan Merriman.
En conclusión, "Final destination 3" es un simple y esencial splatterstick horror, poco original pero extremadamente divertido. Recomendado sobre todo a quienes buscan noventa minutos de entretenimiento absoluto.
Curiosidad. El actor Tony Todd, conocido del público de terror por haber dado vida al personaje de "Candyman" y a Ben en el remake de "La noche de los muertos vivientes", se había convertido en una presencia fija también en la saga de "Final destination", en los papeles de un misterioso tipo que da consejos e información sobre la Muerte. Pero en este tercer capítulo, dado que la acción se traslada a otra ciudad, se ha preferido no incluir a su personaje. Sin embargo, para crear continuidad con la saga y para hacer felices a los fans, el actor aparece igualmente, prestando su voz al gigante diablo que atrae a los clientes en el "Devil's flight".