LP
Luca Pivetti
•John Wayne Gacy parece un hombre inofensivo de mediana edad, un poco regordete, con una buena familia detrás. A pesar de que en el barrio circula el rumor de su homosexualidad, el hombre no se preocupa demasiado y parece llevar una vida normal, con un negocio bien establecido y un trabajo de voluntario en el hospital donde se disfraza de payaso para alegrar a los niños. Pero detrás de la apariencia de normalidad, Gacy esconde un terrible secreto: es un terrible asesino en serie que ha matado a más de 30 personas, hombres y jóvenes, y que esconde sus cuerpos bajo su casa.
¿Es posible hacer una película decente sobre un asesino en serie que realmente existió?
¿Es posible que producciones como "Dahmer", "Ed Gein" y "Ted Bundy" sean películas de estilo televisivo totalmente incapaces de capturar la esencia de esas personas terribles y dotadas de una platitud desarmante?
Al parecer, así es y las cosas no mejoran con "Gacy", una película dirigida por Clive Saunders en 2003 pero llegada a nosotros en 2008 solo para el mercado de video doméstico.
"Gacy" resulta ser un producto de baja calidad desde muchos (casi todos) puntos de vista, comenzando por un guión chapucero y superficial demasiado centrado en la homosexualidad latente del asesino en serie (por caridad, extremadamente importante para su "formación" de asesino) sin poder ir a la raíz de este fenómeno. La eziopatogenia de sus trastornos mentales, aparte de un puñetazo miserable que le dio su padre en su tierna infancia, se omite por completo y nos encontramos de inmediato frente a un Gacy de mediana edad recién salido de la cárcel, por sodomía hacia un niño. Mala elección de guión, que de esta manera ha banalizado la figura de uno de los asesinos en serie más controvertidos de la historia moderna sin poder capturar su esencia.
De su situación familiar de niño, solo sabemos que probablemente su padre lo golpeaba (pero seguramente las cosas no se detenían ahí), mientras que de su evolución no se sabe nada y resulta bastante molesto encontrarlo directamente saliendo de la prisión: la elección de no mostrar el camino que lo llevó de la normalidad a la psicosis fue totalmente desafortunada y hace de "Gacy" una película que apunta alto pero que resulta simplemente superficial.
En casos como estos, o nos adentramos profundamente en la mente y la historia del personaje principal, tratando de dar al público un vistazo veraz e interesante de su vida, o nos inspiramos simplemente en su operación tratando de montar un thriller que al menos entretenga al espectador. "Gacy" no entra en ninguno de los dos grupos. Quiere sondear las profundidades psicológicas del asesino en serie sin poseer los medios, quiere jugar con la morbosidad de fondo pero sin tener la más mínima idea de cómo hacerlo.
Los defectos no terminan ahí: vista la realización de estilo televisivo, la película de Clive Saunders se revela como un trabajito inofensivo y todo menos perturbador, un trabajo para familias casi. Los asesinatos nunca se muestran y no se ve una gota de sangre tanto que ni siquiera se puede entender cuál era el modus operandi del asesino en serie (¿tenía uno? ¿Cómo elegía a sus víctimas? ¿Cómo las mataba?).
El guión no logra, y lo que es peor, ni siquiera lo intenta, entrar en la mente del asesino en serie, no encuentra el resorte que lo hace saltar y descuida por completo sus pensamientos y su psicología. Como si no fuera suficiente, ni siquiera se intenta jugar con la vida paradójica de Gacy, terrible asesino y al mismo tiempo payaso que llevaba la sonrisa a los niños en la vida real. En este caso también, su trabajo de voluntariado se menciona apenas a mitad de la película, casi como si fuera un detalle de poca importancia.
¿Qué queda entonces de una biografía de un asesino en serie si se eliminan su evolución y su modus operandi?
Poco o nada, si no es un hombre de mediana edad con tendencias homosexuales cada vez menos veladas y enojado con el mundo. Banal, terriblemente banal y completamente equivocado. A nivel rítmico, la película se presenta bastante plana e incapaz de atraer la atención del espectador: no hay la morbosidad necesaria en casos como estos y de la violencia físico-psicológica no se ve ni la sombra.
La realización, como se dijo antes, es de estilo televisivo, con una dirección plana y una fotografía de telenovela alemana del sábado por la noche de Rai Due. Las atrocidades son totalmente inexistentes y el director y los guionistas hacen siempre todo lo posible para hacer la película lo más correcta y ligera posible, con consecuencias, lamentablemente, desastrosas. La única nota positiva de "Gacy" es el protagonista masculino Mark Holton ("Madhouse"), que interpreta al asesino en serie de manera creíble e inspirada: lástima que, a pesar de toda su buena voluntad y su actuación de buen nivel, por sí solo no pueda compensar todas las carencias en la fase de guión y la incapacidad de Saunders para hacer el relato interesante y digno de ser visto. No queda mucho más que decir sobre esta película, si no es reafirmar simplemente que se trata de una película despreciable caracterizada por una planitud tanto formal como contenidística y una lentitud increíble y que obtiene, como único resultado, el de banalizar una figura controvertida y enigmática como John Wayne Gacy.
Si realmente quieres descubrir algo sobre él, olvida la película y sumérgete en uno de los muchos libros dedicados a los asesinos en serie.
