RG
Roberto Giacomelli
•La joven Beatriz es contratada como psiquiatra en la clínica del Dr. Sánchez Blanc, uno de los más famosos luminares en el campo de la hipnosis, que él utiliza para tratar los traumas de sus pacientes. Desde el primer día, Beatriz nota una extraña atmósfera que flota sobre la clínica y sus pacientes, como en el caso de una niña que quedó muda después de un trauma y capaz de abrirse solo con la joven psiquiatra. Un día, la niña es encontrada muerta por suicidio en una piscina y Beatriz descubre que los suicidios en esa clínica son bastante frecuentes; además, uno de los pacientes, Miquel, le confía ser un policía infiltrado para esclarecer el misterio de los frecuentes suicidios y le revela haber descubierto que en realidad se trata de suicidios inducidos por el mismo Dr. Sánchez Blanc a través de las sesiones de hipnosis. A partir de ese momento, Beatriz se encontrará viviendo una pesadilla despierta, en la que la realidad y la fantasía tenderán a confundirse. Que el nuevo milenio haya traído una evidente ola de frescura en los territorios del thriller español no lo puede negar nadie, así como nadie puede poner en duda la gran profesionalidad de directores como Alejandro Amenabar y Jaume Balaguerò que se han aventurado en este género. Sin embargo, una buena dirección y una excelente fotografía, señales ahora distintivas de este filón ibérico, no son suficientes para hacer una buena película donde falta una historia original y un buen guion que la respalde. Y es precisamente aquí donde se diferencia cualquier película de los citados Amenabar o Balaguerò del trabajo de David Carreras: "Hipnos". La película de Carreras es uno de los clásicos thrillers psicológicos de encaje que apuesta todo al asombro inducido en el espectador por la solución final, pero desafortunadamente se apoya en una historia poco original, basada en el relato homónimo de Javier Azpeitia, y en un guion, del mismo Carreras, flojo y absolutamente incapaz de despertar el interés del espectador. El mayor defecto de este "Hipnos" es, de hecho, una absoluta falta de ritmo, tanto narrativo como cinematográfico, una historia que nunca logra despegar, entrar en el meollo del asunto: el espectador asiste aburrido, en continua fase de inducción al adormecimiento, a las lentas paranoias de la protagonista, quien, entre una ducha, un baño y un paseo en ropa ligera, es el único motivo, con su presencia física, que mantiene al espectador despierto. Pero también hay que decir que los últimos minutos de la película, con la revelación final, logran sin duda hacer que todo sea mínimamente interesante; cierto, se trata de una solución que, en definitiva, también es fácilmente identificable con un poco de atención, que no hace más que juntar algunas temáticas freudianas y un poco de thriller moderno, pero al menos logra devolver al espectador al estado de vigilia. Como se decía al principio, "Hipnos" está valorizado por una excelente fotografía y una escenografía atractiva, que convierten la clínica donde se desarrolla toda la trama en una especie de ambiente onírico, caracterizado por grandes salones blanquísimos, contrastados con decadentes habitaciones iluminadas con colores oscuros, como para resaltar los planos opuestos del inconsciente de los personajes en sus diversas fases de conciencia. La dirección de Carreras también es efectiva y muy cuidada, aunque probablemente impersonal, ligeramente académica, pero respaldada por un elenco de buenos actores, entre los que destaca la bella protagonista Cristina Brondo ("El apartamento español"; "¿Te gusta Hitchcock?"), capaz de aportar un toque de erotismo a la historia solamente gracias a su presencia. Por lo tanto, "Hipnos" resulta ser un thriller bastante insuficiente desde el punto de vista narrativo y sobre todo del entretenimiento cinematográfico, aunque se redime en el plano técnico y, en parte, artístico. Sin embargo, es un claro producto de imitación y, si se compara con los prototipos del thriller ibérico de los últimos años, resulta drásticamente inferior. La calificación se ha redondeado por defecto.