9 EXTRAÑOS

¿Qué tienen en común un sacerdote, un bailarín, un diseñador gráfico, un rapero, un extenista, una mujer bajo vigilancia, un compositor fracasado y su esposa? Nada, pero todos han sido secuestrados por un maniaco que los ha encerrado en una casa para participar en un juego. ¿Cuál es el objetivo del juego? De los nueve, solo uno puede sobrevivir, y este último recibirá un premio de 5 millones de dólares. ¿Cuáles son las reglas del juego? Ninguna. Nueve personas, 75 cámaras, un solo superviviente. Que comience el juego. "House of 9" es un ejemplo clásico de cómo un guión puede arruinar, al menos en parte, una idea de base simpática y divertida. Una idea de base que en este caso ni siquiera parece original, ya que la película dirigida por Steven R. Monroe bebe a pleno de los diversos "Saw", "Cube", "My Little Eye" y hasta el remake de "El Misterio de la Casa de la Colina", quedando sin embargo con los pies bien plantados en la realidad. Lástima constatar que el guión, obra de Philippe Vidal, no aguanta los ochenta y cinco minutos de la película y que "House of 9" tarda demasiado en entrar en el meollo, sufriendo de sustanciales bajones de tensión para luego recuperarse, como de costumbre, a la altura del final. Una película que busca llevar a la pantalla cuánto el hombre puede retroceder a sus instintos más bajos para salvar el pellejo habría necesitado además personajes mejor caracterizados y, sobre todo, menos estereotipados (el negro rapero, para variar, el policía que parece volverse loco de un momento a otro), aunque hay que admitir que son menos malos que la media de los slasher que nos vienen de ultramar. Se centra más en las psicologías (por básicas que sean) y en las modalidades de cada personaje para enfrentar la situación (la botella, la oración, la paranoia), más que en la violencia en sí y en el clásico baño de sangre derivado del todos contra todos. En resumen, nos encontramos ante una situación que podría perfectamente tomar fuerza si un día Marcuzzi se despertara y decidiera decirles a los de la casa que solo uno saldrá vivo y recibirá un montón de dinero, si no, nada, todos timados. "Grande Fratello Goes Brutal" podrían llamarle a este reality. Idea convincente en general y capaz de dar a "House of 9" cierta personalidad respecto a las películas que tratan un tema similar, pero que no aguanta bien la larga duración. El resultado es un trabajo a ratos interesante, a ratos aburrido; la típica película que va a corriente alterna. Con esto, sin embargo, el suscrito no está diciendo que "House of 9" sea una mala película, sino simplemente que Steven R. Monroe no ha logrado explotar plenamente las potencialidades que estaban en la base del guión. Porque en realidad de flechas en su arco la película tiene y más de una: es interesante, por ejemplo, observar cómo cambian las dinámicas dentro del grupo al primer incidente, y cómo se pasa rápidamente de "Unidos Venceremos" a "Ustedes piensen en ustedes, yo me quedo bien solo". Particularmente interesante también analizar la manera en que la paranoia, el miedo y la sospecha se extienden en las mentes de los protagonistas minuto a minuto, así como son merecedores de atención algunos hallazgos de dirección y un buen número de planos secuencia que transforman a los protagonistas en ratones encerrados en un laberinto. Notable, finalmente, presenciar el naufragio de los acontecimientos en los veinte minutos finales de la película, con un aumento de la violencia y algunas muertes bien logradas. ¿Y la tensión? La tensión tarda un poco demasiado en entrar en la casa, pero en la última media hora, por suerte, se hace más viva que nunca y logra regalar momentos muy agradables al espectador. El departamento técnico, cuyo punto débil principal es el ritmo, puede presumir de la dirección de mano segura de Monroe y de una fotografía fría pero nunca excesiva, además de una hermosa escenografía (la casa es realmente de infarto). La prueba del reparto es discreta: si las mujeres convencen sobre todo, los hombres parecen no tener que esforzarse más de lo debido para llevar el pan a casa. Y Dennis Hopper en el papel del sacerdote, ¡no hay que decirlo! Parece siempre en visible embarazo, en sus ojos se entiende que él mismo, en primer lugar, sabe que las vestimentas del sacerdote nunca debería haberse puesto. En resumen, "House of 9" es un thriller inseguro pero no por eso malo, que no ha alcanzado los resultados esperados pero que, entre defectos innegables, puede presumir de algunos hallazgos absolutamente no subestimar. Si están dispuestos a cerrar un ojo sobre algunos pasajes un poco lentos, una visita al interior de la casa podrían perfectamente hacerla. Ah, olvidaba. El final es el verdadero valor añadido a la película. Gran hallazgo, pero no añado más, si no medio voto al juicio final.