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Roberto Giacomelli
•Barbara y su hermano Johnny se dirigen al cementerio para visitar la tumba de un familiar, pero son atacados por algunos muertos vivientes. Johnny pierde la vida en la lucha, mientras que Barbara logra llegar a una granja aparentemente deshabitada. Poco después, un joven llamado Ben, de color, llega a la granja y propone barricarse para evitar los ataques de los zombis que, mientras tanto, están rodeando la granja. Los dos fugitivos descubrirán pronto que en el sótano de la casa hay otras cinco personas escondidas, pero en lugar de ayudarse mutuamente, surgirán tensiones entre los habitantes de la casa.
Se trata del remake de la película homónima de 1968, dirigida por George A. Romero, un verdadero pilar del género de terror, famoso por revolucionar y reinventar la figura del zombi y por cerrar la era del terror gótico-moderno, abriendo el camino al terror posmoderno. Este remake, dirigido por el mago de los efectos especiales Tom Savini (ya responsable de los mismos efectos para "Zombi", "Creepshow" y "El día de los muertos vivos"), es bastante fiel al original, aunque inevitablemente se han realizado algunos cambios: entre los más radicales, sin duda, está el desplazamiento temporal de la acción a los años 90; la reducción completa del personaje de Barbara; un final totalmente diferente y, desde cierto punto de vista, más optimista. Lo que quizá más llama la atención es el personaje de Barbara (interpretado aquí por una eficaz Patricia Tallman): en la película de Romero, Barbara era una chica débil e indefensa, que quedó traumatizada por la situación y fue incapaz de reaccionar tanto física como psicológicamente; en este remake, Barbara es una mujer fuerte y combativa, mucho más similar a una agente Ripley en misión en la Tierra que a una chica asustada por los zombis. El cambio se realizó para estar al día: si en 1968 se esperaba que una chica reaccionara de esa manera, en los 90, después de más de veinte años de lucha feminista por la redefinición de los roles sexuales, era previsible que se optara por un prototipo andrógino y masculino del mismo personaje. En cuanto al final, las variaciones son bastante aceptables, introducidas para aportar alguna novedad a la versión de 1968.
El personaje de Ben, interpretado por Duane Jones en la película de Romero, es aquí encarnado por el excelente Tony Todd, quien se hará conocido en el panorama del terror sobre todo por el personaje de Candyman.
La dirección de Savini es diligente, aunque no se destaca por méritos particulares; Romero, por su parte, se limita a aparecer como productor y co-guionista. La dosis de violencia presente en la película es bastante baja, especialmente si se compara con la película de 1968; originalmente, Savini había previsto muchas escenas al límite del splatter, pero la Columbia le impuso cortes para distribuir la película con al menos una "R", de lo contrario se le habría asignado una "X", es decir, la restricción más severa presente en el mercado estadounidense (aquella atribuida a las películas pornográficas, por así decirlo).
En conclusión, "La noche de los muertos vivos" de Savini es una buena película sobre zombis, fluida y con excelentes efectos especiales, aunque la comparación con el prototipo de Romero es inevitablemente embarazosa. Se puede considerar, sin embargo, un filme de zombis exitoso.
Curiosidad: el actor Russ Streiner, que en la película de Romero interpretaba el personaje de Johnny, el hermano de Barbara, aparece al final del remake en el papel de un cazador de zombis, además de ser el co-productor de la película.