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LA GARRA DE SATÁN

The Blood on Satan's Claw

1971 GB HMDB
enero 28, 1971

Siglo XVII. Unos niños juegan en los campos que rodean su pueblo y se encuentran con unos extraños restos que se asemejan a una garra. El juez local se hace cargo de investigar su procedencia. Al poco de iniciar la investigación la garra desaparece y una extraña locura se adueña de los habitantes del pueblo. Los niños, bajo las órdenes de la siniestra Angel Blake, empiezan a participar en rituales donde los más jóvenes y puros son mutilados y sacrificados. Sólo el juez podrá exorcizar las fuerzas demoníacas que están destrozando su comunidad.

Directores

Piers Haggard

Reparto

Patrick Wymark, Linda Hayden, Barry Andrews, Michele Dotrice, Wendy Padbury, Anthony Ainley, Charlotte Mitchell, Tamara Ustinov, Simon Williams, James Hayter
Horror

RESEÑAS (1)

AC

Andrea Costantini

Mientras araba un campo, el agricultor Ralph Gower encontró bajo tierra un extraño cráneo, con manchas de pelo y una mirada aterradora. Después de informar al juez del pueblo, los dos regresaron al lugar, pero extrañamente la cabeza había desaparecido. A partir de ese momento, cosas extrañas comenzaron a suceder en el pueblo y los habitantes que más sufrían cambios eran los adolescentes. Una de ellos es Angela Blake, que se transforma de chica modelo a tentadora sensual, también debido a extrañas manchas de pelo que aparecen en su piel. Estrenado con el título "Blood of Satan's Claw" y rebautizado en los EE. UU. como "Satan's Skin", "La piel de Satana" es una película B de estilo demoníaco de 1971 dirigida por el director de televisión Piers Haggard, que se ubica cronológicamente entre "Rosemary's Baby" y "El exorcista". En realidad, no tiene nada que ver con las dos obras maestras del horror, tratándose de una película de época ambientada en la Inglaterra del siglo XVII, donde el demonio era venerado con rituales orgiásticos. La película comienza de manera bastante prometedora con el descubrimiento de una cabeza de apariencia demoníaca por parte de un campesino. Inicialmente, los habitantes del pueblo no le creen, especialmente el juez, una figura íntegra y bigota que gobierna el país. A partir de ahí, comienzan a ocurrir hechos extraños, empezando por el comportamiento inexplicable de una joven, que, aparentemente loca, es encerrada en un manicomio. La trama hasta aquí es clara y, aunque no hay momentos de verdadero terror (se trata, después de todo, de una película de serie B de los años setenta), hay curiosidad por ver el desarrollo de los eventos. Luego, algunas cosas comienzan a no encajar, como la desaparición total de la joven de la que se hablaba antes, inicialmente un personaje de relevancia y luego olvidado. Posteriormente, ocurre el contagio inexplicable de los jóvenes del pueblo, que comienzan a comportarse como verdaderos adoradores del mal con orgías, sacrificios y demás, pero cuya motivación no se comprende del todo. Se entiende que han sido tocados por el mal y que el descubrimiento inicial de la cabeza ha desencadenado algo, pero no se proporcionan explicaciones más detalladas. Lo cual es un problema desde algunos puntos de vista, dado que al final de la película hay muchos interrogantes sobre lo que acabamos de ver y nos despedimos de la película con un sentido de incompletitud que lamentablemente duele. Es una lástima porque el potencial estaba allí y muchas secuencias están realmente bien realizadas (y, a decir verdad, también un poco fuertes para la época), como el sueño del joven que, creyéndose poseído, se amputa una mano, o la escena de la violación en el bosque a una pobre adolescente, satánica y llena de perversión, dado que los que presencian la violencia son ancianos y jóvenes. Pero la escena que queda grabada es, sin duda, el desnudo femenino imprescindible, un elemento omnipresente en el horror de esta época. Esta vez le toca a Angela (de nombre pero no de hecho), interpretada por la buena Linda Hayden, que se quita la ropa quedando como su madre la trajo al mundo frente al sacerdote, entre los cuales ocurre un intercambio de frases digno de ser recordado. "Eres bella como un ángel", dice el reverendo. "Pero puedo amar como un demonio", responde Angela. Otro punto positivo de la película es, sin duda, la puesta en escena gótica rural. Una película de época creíble, a pesar de un presupuesto no muy alto. Por el contrario, no se puede decir que el maquillaje y los efectos especiales sean dignos de mención. El maquillaje de la criatura se limita a la aparición de algunas garras y la maldición que afecta a los jóvenes está representada por ridículas manchas de pelo en la piel de los poseídos. Las cejas espesas de Angela son más ridículas que aterradoras. Resumiendo, la película no es para tirar. Se trata de un collage de escenas bonitas, a veces finas en sí mismas, insertadas en una trama desarrollada mal pero que, en cualquier caso, permite al espectador apasionado verla hasta el final, sin tener el remordimiento de haber tirado a la basura una hora y media de su vida.