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Roberto Giacomelli
•La periodista Sadie Blake está llevando a cabo una investigación sobre una secta que parece haberse convertido en una verdadera moda entre los jóvenes de Los Ángeles. Pero cuando algunos aspirantes a adeptos de la secta son encontrados muertos, desangrados, Sadie comienza a investigar y termina ella misma como presa de esta misteriosa comuna. La periodista es encontrada muerta y llevada a la morgue, pero en realidad Sadie se ha convertido en una especie de vampiro. Ansiosa de venganza, pero ahora sedienta de sangre, la mujer comienza a deambular por las calles de Los Ángeles en busca de vagabundos y sin techo con los que alimentarse y, al mismo tiempo, lleva a cabo una caza personal de las mentes que se esconden detrás de la secta que le causó la no-muerte. A lo largo de su camino, Sadie unirá sus fuerzas con las de Clyde Rawlins, un detective de homicidios al que el líder de la secta le ha arrebatado una hija.
Los vampiros en el cine ya se los han contado de todas las maneras: calvos inquietantes portadores de peste, nobles fascinantes, guerreros involucrados en feudos interestpecies, mexicanos rabiosos y monstruosos, cazadores híbridos, vagabundos tóxicos… en fin, ahora es difícil encontrar un enfoque original para contar las hazañas de estos monstruos. En parte lo lograron los de Ghost House con la bella "30 días de oscuridad" del cómic de Steve Niles, pero la misma Ghost House también fue responsable de la producción de otra película vampírica, "Rise: Blood Hunter", realizada en la primavera de 2007 y distribuida en nuestro país solamente ahora, a las puertas del verano de 2008, con el título "La Secta de las Tinieblas".
Comencemos diciendo que Sebastian Gutierrez, director y guionista de esta película, no ha intentado en absoluto inventar algo nuevo y sigue con una serie de lugares comunes que van desde el vampiro malo mostrado como un dandi fascinante pero extremadamente despiadado, hasta la heroína que se improvisa cazadora y es obligada a luchar entre su conciencia humana y su actual condición de bebedora de sangre. Ideas robadas aquí y allá, del horror clásico al más reciente, mezclado con cine de acción (en dosis mínima) y thriller policial.
La elección de convertir a la Secta en la protagonista de la historia como una especie de familia desviada podría haber sido una clave ganadora en la que insistir, pero lamentablemente esta característica se abandona inmediatamente para dejar espacio casi exclusivamente a la protagonista y a su drama de venganza, y, además, la venganza ha sido estructurada narrativamente de manera totalmente fallida. Después de que Sadie Blake fuera transformada en vampiro y recibiera una mínima educación contra sus enemigos, la acción se desarrolla de manera demasiado apresurada, tanto que cuatro de los cinco "malos" son asesinados en sucesión sin ninguna concesión al combate físico ni a la espectacularización de los eventos: Sadie descubre al malo, le pronuncia una frasecita más o menos efectiva y luego le clava una flecha en el corazón. Fin. En la práctica, después de cuarenta minutos de película, la Secta de vampiros ya ha sido exterminada. A partir de ese momento, la película se arrastra cansadamente hacia el enfrentamiento contra el líder de la Secta, uno de los malos menos carismáticos que hayan aparecido jamás en una película de terror. Y el mismo enfrentamiento se desarrolla de manera apresurada y decepcionante.
"La Secta de las Tinieblas" tiene luego tantos otros defectos que residen todos en un guion demasiado poco atento. El personaje del detective Rawlins, interpretado por un Michael Chiklis (la Cosa de "Los 4 Fantásticos") fuera de su papel, podría haber sido interesante como compañero, proporcionando a la película una dosis de thriller policial probablemente agradable, pero este personaje entra en escena demasiado tarde y a él se le dedican muy pocas escenas y todas centradas en una estereotipación poco interesante. Sin hablar del personaje del mentor de Sadie, una especie de Hattori Hanzo killbilliano ridículo y fuera de lugar, al que se le confían algunas escenas de flashback inútiles insertadas solo para justificar la habilidad de la protagonista para manejar la ballesta.
En fin, "La Secta de las Tinieblas" no es, sin embargo, totalmente para tirar, hay algunas escenas bastante logradas. No desagrada la larga escena inicial en la que dos chicas son cazadas y asesinadas por los adeptos de la Secta, pero sobre todo resulta logrado el despertar de Sadie, cuando la chica se encuentra encerrada en la celda de una morgue y poco a poco toma conciencia de su condición, primero comprobando que los espejos no reflejan su imagen, luego consumiendo su primer banquete de sangre a costa de un sin techo y finalmente documentando su descubrimiento de inmortalidad con un intento de suicidio. Aquí y allá aparece también alguna idea visualmente sugerente, como las víctimas de los vampiros colgadas cabeza abajo y dejadas a desangrarse en una tina, así como la protagonista interpretada por Lucy Liu ("Ángeles de Charlie"; "Kill Bill Vol.1") aparece ciertamente acertada, en su encanto casi andrógino.
Pero en conjunto "La Secta de las Tinieblas" es una obra con muchos defectos, que chapotea en la mediocridad absoluta y se presta a ser olvidada demasiado pronto.
En un cameo aparecen el cantante Marilyn Manson (un barman que proporciona información a la protagonista) y la vieja gloria del cine de explotación Robert Forster (el tipo que liga a la guapa rubia al principio de la película).