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Roberto Giacomelli
•Ocho años después de la caza del cocodrilo que interesó al lago de la mansueta ciudad del Maine, Lake Placid, misteriosas muertes vuelven a causar pánico entre la población. El sheriff Riley, junto con el guardabosques y ex-esposa Emily y un cazador de animales exóticos, se ponen a buscar al cocodrilo.
"Lake Placid", aunque no fue un éxito de taquilla, con sus 31 millones de dólares ganados en suelo estadounidense, resultó ser una satisfacción para la 20th Century Fox. Dada la temática fácilmente "comercial" y el éxito pasado, era previsible que alguien decidiera volver a traer a los cocodrilos del lago tranquilo de Maine. Han pasado ocho años, pero la Fox, junto con Sony Pictures, decidió dar nuevas presas a los reptiles, y así es como "Lake Placid 2" debuta en video casero.
Lamentablemente, todo lo que era agradable en la primera película está totalmente ausente aquí, y el carácter televisivo del producto (la película se distribuye con el apoyo de Sci-Fi Channel) perjudica enormemente el éxito de este secuela. La mezcla inteligente entre humor y suspense, característica de la película de Miner, se ha perdido por completo para dar más centralidad a la acción; una acción que, desafortunadamente, se lleva a cabo con absoluta incompetencia y falta de ritmo, capaz de hacer bostezar al espectador en lugar de involucrarlo.
La dirección de "Lake Placid 2" fue confiada a David Flores, ya autor de otro beast movie inaguantable firmado por Sony y Sci-Fi Channel, es decir, el absurdo "Boa vs. Python - En las espirales del terror", y también en este caso la dirección no es más que un accesorio, un nombre para atribuir a la mención "director". De hecho, no solo la película no tiene personalidad alguna, sino que se nota una incompetencia general en la dirección de los actores (todos perdidos y a merced de los eventos) y en la creación de la mínima suspense en las numerosas escenas que prevén el ataque de los cocodrilos.
El guion de Todd Hurvitz y Howie Miller es demasiado repetitivo y corre el riesgo de caer en lo absurdo cada minuto que pasa; lo cual es también una lástima porque el tema de base habría podido dar vida a un secuela al menos digno. El mérito de "Lake Placid 2", de hecho, reside en su estatus de "verdadera" secuela, continuando la historia directamente desde los eventos de la primera película, sin traer de vuelta a ninguno de los actores y personajes presentes en la película de 1999. La historia de la anciana que cría cocodrilos en el lago detrás de su casa era lo suficientemente original y extraña, por lo que se decidió profundizarla en la secuela; desafortunadamente, todo esto no funciona y la aproximación con la que se lleva a cabo toda la operación hace gritar al desastre.
El defecto más grave de "Lake Placid 2" puede identificarse en la mala calidad de los efectos especiales y en la insistencia con la que se ostentan. Los cocodrilos, de hecho, están en la escena durante casi toda la duración de la película y se muestran claramente y continuamente en toda su horrible artificialidad: bloques de píxeles toscos que no se integran bien con la escena y que cambian continuamente de tamaño en proporción a los objetos del paisaje. En resumen, una producción de 2007 de Sony Pictures que utiliza efectos en CGI ya desactualizados en las producciones de bajo presupuesto de hace diez años.
Realmente no se salva nada en este "Lake Placid 2", incluso los actores parecen fuera de lugar y en general incompetentes. La mayoría del reparto se construyó con actores de televisión que habrían debido interpretar personajes que recordaran directamente a los vistos en la primera película, y aquí está el sheriff del pueblo (John Schneider), su bella compañera (Sarah Lafleur) y el cazador llamado para ayudar a resolver el caso (Sam McMurray). A ellos se añade un grupo de adolescentes en peligro entre los que se distinguen el hijo del sheriff (Chad Collins), la chica a conquistar (Alicia Ziegler) y el insoportable tonto de turno (Justin Urich).
En resumen, "Lake Placid 2" parecía que podría funcionar en el papel, pero resultó ser el típico mal producto realizado con la mano izquierda y los ojos cerrados para el mercado del video casero. Evitarlo.
