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Roberto Giacomelli
•La atormentada Hermana Catherine encarga a sus alumnas una investigación sobre las deidades paganas, con el fin de hacer una comparación con la religión católica. Las cinco chicas se topan con un antiguo libro que habla de la figura de Lilith, madre de todos los demonios y símbolo de la lujuria y el pecado; Clarissa empuja a sus amigas a invocar el espíritu de Lilith, como se describe en el libro, para hacer realidad sus deseos eróticos. Parece que no ha ocurrido nada, pero en realidad las chicas han logrado entrar en contacto con Lilith, quien ahora anima sus sueños y se los devuelve en su contra.
Según la Qabbalah, Lilith fue la primera mujer que Dios colocó junto a Adán. El mito cuenta que Lilith, cansada de ser sometida por su compañero, se rebeló e invocó el nombre de Dios, con la consecuencia de ser expulsada del Paraíso y reemplazada por Eva. Lilith se dedicó entonces al pecado y a la venganza, se unió al demonio Asmodeo y engendró así gran parte de los demonios de la mitología judía. Pero Lilith, o más bien una de sus formas primitivas, ya aparecía en la mitología mesopotámica con características más "monstruosas" y luego se convirtió en símbolo universal de la seducción y la lujuria, así como, en años más recientes, de la revolución femenina. Son muchos los films en los que este demonio es citado como sinónimo del mal (recordamos, por ejemplo, entre los más recientes "Las Crónicas de Narnia"), pero son pocos los que lo muestran en carne y hueso para llevar destrucción y seducción, entre los cuales se pueden recordar "Cuentos de la Cripta: El Placer de la Sangre" y el reciente "Súcubo".
El director y guionista Mark Vadik decide debutar llevando al cine una vez más el mito de la madre de todos los demonios, promoviéndola como único punto focal alrededor del cual gira toda la película. Con razón, Vadik elige profundizar en el aspecto que hace a Lilith judía distintiva del vasto conjunto de la mitología, es decir, el subtexto erótico que surge de su imagen, y para ello decide crear un casi slasher en el que todo está subordinado al erotismo. Si desde un cierto punto de vista el enfoque de Vadik podría parecer fascinante, en realidad la película resulta un poco demasiado desaliñada y sacrificada a las fantasías onanistas del espectador potencial. La historia pronto parece un simple pretexto para llevar a escena a jóvenes actrices listas para desvestirse en cada ocasión y contonearse en fantasías "prohibidísimas" que incluyen actos lésbicos, sadomasoquismo, felaciones, violaciones, relaciones incestuosas y más, todo filmado con tal complacencia que acerca la película a ese tipo de films que caminan sobre la delgada línea que separa el soft-core del hard-core.
El guion está lleno de incongruencias y elementos superfluos, a menudo hechos tales por la simple razón de ser mencionados y nunca profundizados, a pesar de su potencial importancia narrativa. El pasado de la Hermana Catherine, hecho de violencia y rituales paganos, es sugerido por algunos flashbacks invasivos y francamente inútiles que no llevan a nada, así como la ambigüedad del Padre Palmer, presente en tres o cuatro escenas luego inexplicablemente abandonado. Risibles y gratuitas al máximo las dos apariciones de los habituales "vagabundos" encontrados en el bosque o en la esquina de la calle puestos allí solo para advertir a las protagonistas que están destinadas a un mal final. Luego resulta del todo insuficiente lo que podría haber sido el elemento clave de la historia, es decir, el tema de la relación entre religión y sexualidad, algo que aquí habría encontrado un terreno muy fértil. Dar a una joven y atractiva hermana uno de los roles principales y ambientar toda la película en una escuela católica femenina habría podido dar al guionista la oportunidad de desarrollar el tema de la sexualidad también a un nivel más "profundo" y no solo votado a la pruriginosidad de accatto, pero nada, el camino ni siquiera se considera y un ejemplo más es la total falta de construcción psicológica de cualquier personaje.
El aspecto de terror está representado por el contrappasso inscrito en las fantasías sexuales de las chicas, pero en definitiva es un elemento poco importante para la historia, que siempre y de todos modos prefiere sugerencias eróticas a sangre y violencia.
Hay que destacar el extremo bajo presupuesto con el que se realizó la película y evidente por demasiados elementos, a partir de las locaciones (la escuela es inexplicablemente y ridículamente representada por una cabaña-alojamiento de solo las cinco estudiantes, las lecciones se hacen al aire libre, entre los bosques, y casi siempre son de educación física!), la pobreza actoral de las actrices y la estética del film extremadamente sórdida, que lo hace parecer un bajo presupuesto de finales de los años 80.
En un cameo aparece increíblemente Mickey Rooney.
