MC
Marco Castellini
•Finales del siglo en Roma, un cierto profesor Boris dirige un museo de cera, en cuyo interior expone sus obras: magníficas estatuas de cera, tan perfectas en cada detalle que parecen realmente "vivas". Mientras tanto, en la capital, un misterioso asesino cosecha víctimas, cuyos cuerpos ya no son encontrados. Un periodista, ayudado por la joven Sonia que trabaja como diseñadora de vestuario en el museo, logra desenmascarar al culpable y descubrir el secreto del fantasmagórico doctor. La película que debía marcar el nacimiento del vínculo artístico entre Dario Argento (como productor) y Lucio Fulci (como guionista y director) no pudo serlo debido a la muerte prematura de este último y terminó marcando el debut como director del mago de los efectos especiales Sergio Stivaletti. La historia, inspirada en el relato "Una noche en el museo de cera" de Gaston Leroux, ya había sido llevada a la pantalla varias veces ("La Máscara de Cera" de Curtiz, 1933; "El Molino de las Mujeres de Piedra" de Ferroni, 1960), por lo que quizás la película parece carecer un poco de originalidad, pero los buenos efectos especiales (cuidados por el mismo nuevo director Stivaletti) y una dirección efectiva la hacen al menos fluida y "visible" hasta el final. La figura central de la película es la del mad-doctor enloquecido por su pasión por la ciencia pero también por el amour fou por Sonia, que le recuerda a la mujer amada y a la que él mismo mató. Elementos clásicos de la tradición gótica, por lo tanto, que sin embargo se fusionan con otros más modernos y "impactantes": el monstruo final con un look casi cyberpunk, el método de petrificación de los cuerpos ya no confiado a la clásica, e poco creíble, vertido de cera sobre los cadáveres, sino a la inyección de un líquido en las víctimas aún vivas que las sumen en un estado de muerte aparente de no-vida etc... Un intento de modernizar los temas del horror "clásico" que sin embargo solo lo logra en parte y que no convence del todo, especialmente en las secuencias finales de la película. En cuanto al reparto, la interpretación de la joven Romina Mondello es realmente convincente, mucho menos la del protagonista, el veterano Robert Hossein. En definitiva, un debut discreto y alentador en la dirección para el gran Sergio Stivaletti, su "M.D.C." representa uno de los pocos intentos de producir y dirigir un horror en Italia en los últimos años... y eso ya es algo.