RG
Roberto Giacomelli
•El etólogo Marco Contrada acaba de llegar con su autocaravana a una zona boscosa en la frontera entre Friuli y Eslovenia. Su tarea es censar los animales del bosque y monitorear sus movimientos. Así, después de colocar algunas cámaras de video en los árboles, logra capturar un zorro, al cual le coloca un collar equipado con una cámara. Siguiendo los movimientos del zorro, Marco llega a un pueblito que se encuentra al otro lado del río, un agrupamiento de casas abandonadas que datan de la época de la Segunda Guerra Mundial. Pero en esos lugares parece merodear alguien o algo que ahora se siente amenazado en su territorio.
Conocimos al director friulano Lorenzo Bianchini en 2001 con "Raíz cuadrada de tres", una pequeña película de terror de bajo presupuesto realizada completamente en una escuela (la misma en la que trabaja el director) pero con una fuerza evocadora increíble. En esa época ya nos había impresionado positivamente, pero el "golpe de gracia" llegó en 2004 con "Custodes Bestiae", uno de los ejemplos más exitosos hasta hoy en el panorama del nuevo terror independiente italiano, tan intrigante y aterrador que deja realmente una marca. Desde entonces, Bianchini ha continuado su actividad siguiendo una coherencia temática y estilística que lo sitúa entre los autores italianos más interesantes de hoy. Sí, quizá el experimento "Película sucia" desentona un poco en la filmografía, pero "Ojos" (2010) y ahora "Across the River – Más allá del vado" (2013) dan un sentido de completitud autoral capaz de llevar adelante un discurso que adquiere valor de película en película, de manera mayor si se observa en su totalidad.
"Across the River – Más allá del vado" tuvo una génesis bastante complicada, una película cuyas filmaciones se extendieron por más de un año hasta culminar en una obra madura pero a la vez imperfecta, aunque resultando altamente fascinante.
La primera cosa que saltará a la vista del espectador que conoce la obra omnibus del director friulano es el enorme salto cualitativo que "Más allá del vado" hace realizar técnicamente al cine de Bianchini. Visualmente hablando, "Más allá del vado" es realmente excelente, logrando hacer olvidar en un nanosegundo que nos encontramos ante una película casi sin presupuesto. El defecto, de hecho, que se encontraba detrás de las obras anteriores del director, sobre todo si se revisan hoy, era la pobreza visual dada principalmente por los medios digitales, "Más allá del vado" en cambio visualmente es excelente y gran parte del mérito va tanto a la hermosa fotografía de Daniele Trani como a los sugerentes escenarios de Stefano Tell. Y son justamente los escenarios los que confieren gran personalidad a esta película, ambientes en su mayoría naturales como el bosque que conecta Friuli con Eslovenia donde se ambientan todos los exteriores y el verdadero pueblo abandonado esloveno Topolov, que infunde realmente temor y emana un aire mortífero que da escalofríos. También los interiores decadentes y destartalados son seguramente de gran impacto, así como el uso del elemento del agua, recurrente en más secuencias de la película como hilo conductor entre lo que está de este lado y del otro del río.
Bajo muchos aspectos "Across the River – Más allá del vado" recuerda a "Silent Hill", juego y película, sumergiendo al personaje principal, interpretado muy bien por Marco Marchese, y al espectador en una especie de dimensión otra fuera del tiempo y del espacio, donde ocurren cosas inquietantes quizá relacionadas con el pasado y se mueven sombras de apariencia femenina. También la alternancia entre Marco perdido en el pueblo y los rescates que lo buscan en vano recuerdan la buena película de Christopher Gans sobre la ciudad fantasma, aunque
luego "Más allá del vado" sigue su propio curso que lo transforma casi en un elegante slasher.
Decíamos sin embargo que la nueva película de Bianchini es imperfecta, porque si por un lado hay una cura estilística envidiable y un uso loable de la atmósfera, por otro lado hay un ritmo demasiado lento, casi estático, que da la impresión de que narrativamente hablando la película no se mueve. Y en parte es cierto, porque los diferentes tiempos muertos son causados más que nada por un mal dosaje de la escansión de los eventos, concentrados principalmente en los últimos minutos, con la consecuencia de que muchos detalles no son profundizados y demasiadas preguntas dejadas sin respuesta. A este respecto seguramente se habrían gestionado mejor los personajes de los dos ancianos y los detalles relacionados con las figuras fantasmales que infestan el bosque, percibidas como amenazas por el espectador sin que haya por ello una verdadera razón.
"Más allá del vado" es por lo tanto una película que hay que ver, tiene gran personalidad y confirma el talento de un director que seguramente merecería mayor fama. La atmósfera está, la inquietud también, pero falta el ritmo y un guion que valga el interesante tema.