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Roberto Giacomelli
•Alaska. Terminada la jornada de dos semanas que los obreros pasan en el campo, se preparan para regresar a sus hogares y abrazar a sus familias. Entre ellos está John Ottway, un hombre de mediana edad que se encarga de monitorear la zona exterior donde trabajan los obreros para asegurar que los lobos y otros animales salvajes no se acerquen. Mientras regresan a casa, una tormenta provoca un fallo en el avión y el avión se estrella en la tundra de Alaska. Solo ocho se salvan del accidente, pero ahora les espera una prueba muy dura: sobrevivir a las inclemencias del tiempo y, sobre todo, a una manada de lobos hambrientos que los atacan de inmediato.
No es fácil realizar una película como "The Grey". Ya sea por las condiciones climáticas "al límite" que la tripulación y el elenco están obligados a enfrentar, la dificultad de hacer que los lobos parezcan amenazantes de manera creíble, o el desafío de no hacer que se extrañen las películas de supervivencia que hicieron grande el cine de aventura del pasado. El director y guionista Joe Carnahan logra plenamente esta hazaña y con "The Grey" entrega al espectador una película compacta y dura, sólida y emocionante, catapultándonos directamente a los mejores ejemplos de películas de supervivencia de los años 70.
El origen de "The Grey" está en un relato del escritor Ian Mackenzie Jeffers, "Ghost Walkers", y la película de Carnahan tiene un poco el aliento de un relato de formación, en el que todo se ve desde el punto de vista de un solo personaje y se filtra a través de sus obsesiones, sus miedos y, sobre todo, sus debilidades. De hecho, cuando conocemos a John Ottway, él está atormentado por una figura femenina candida: sueña con ella, sufre por ella y está al borde del suicidio debido a ella. Hasta el final no sabremos quién es esa mujer — pero podemos adivinarlo fácilmente — sin embargo, tenemos suficientes elementos para entender que John no tiene nada que perder en la grave situación en la que está involucrado, y es a partir de este presupuesto que resulta muy interesante observar la transformación del ánimo en el hombre, de aspirante suicida a guerrero que quiere vender cara su piel. "The Grey" es, por esta razón, una reflexión sobre la fuerza de voluntad del ser humano, sobre el instinto de conservación, que impulsa a la transformación caracterial a cualquier individuo, sacando a la luz la bestia que hay en cada uno de nosotros. Para enfrentar el gris del título, es decir, el enorme macho alfa de la manada de lobos, hay que convertirse a su vez en un depredador dispuesto a cualquier cosa.
Muy buen trabajo el realizado por Carnahan en el guion, que encuentra todo el tiempo para desarrollar al máximo los personajes, cada uno diferente al otro y con peculiaridades específicas como si los ocho supervivientes fueran partes de un único individuo: el agresivo, el sabio, el débil, el experto, etc., cada uno de ellos contribuye a mantener viva la situación y a hacer sobrevivir al grupo en la condición crítica en la que se encuentran. Interesante, a este respecto, observar cómo más aumenta el body count, más se complica para el grupo desenredarse entre las dificultades del clima y del lugar y los ataques de los lobos. Y los lobos, precisamente, son uno de los atractivos de "The Grey". La película de Carnahan no es una película de bestias, al menos no del todo, porque los gigantescos lobos grises son solo uno de los obstáculos ante los que se ponen los protagonistas, pero el concepto de eco venganza se lee claramente entre líneas porque parece que los operarios de la refinería están puestos a prueba por la Naturaleza que probablemente ellos contribuyen a aniquilar. John, en particular, mata lobos por trabajo haciendo que sus compañeros lleven a cabo el proceso de desconstrucción del ambiente natural. Los lobos son como guardianes/guerreros y su ataque a los operarios indefensos puede leerse como una especie de castigo. Para John los lobos son como demonios que vienen a cobrar su tributo, que ponen sus miedos al descubierto. No es casualidad que en uno de los primeros contactos cara a cara, los lobos aparecen como seres sobrenaturales, silenciosos e invisibles, con solo los inquietantes ojos que se iluminan en la oscuridad.
Joe Carnahan se ha dado a conocer en el pasado principalmente por películas de acción como "Smokin' Aces" y "A-Team", "The Grey" es, sin embargo, una obra completamente diferente, más seria y con otros ritmos, la mejor de las películas de Carnahan hasta ahora. Quizás solo el final podría dejar insatisfecho a alguien, pero no se levanten antes del final de los créditos porque hay una escena adicional bastante importante esperándonos.
Practicamente perfecto Liam Neeson como protagonista, un actor artístico renacido a casi sesenta años de edad.
Añadan media calabaza al voto final.