August Underground's Mordum backdrop
August Underground's Mordum poster

AUGUST UNDERGROUND'S MORDUM

2003 US HMDB
enero 1, 2003

Tre sociopatici vanno un po' di qua e un po' di là ad ammazzare, stuprare e seviziare dei poveri malcapitati.

Reparto

Fred Vogel, Cristie Whiles, Michael Todd Schneider, Jerami Cruise, Killjoy, 'M.' Kadath, Erik Schultz, Midian Crosby, Elmo Painter, Dave Brown
Horror

RESEÑAS (1)

GF

Gianluca Fedele

Dos chicos y una chica, aburridos y ociosos, pasan sus días vagando por la ciudad, peleando entre ellos y, de vez en cuando, torturando y matando a sus coetáneos, todo filmado con una pequeña cámara de mano. ¿Qué tan alta es la probabilidad de que una película filmada en mini-DV, sin guión, sin fotografía y con actores no profesionales sea mala? ¡Muchísimo! Y de hecho, "August Underground's Mordum" encaja perfectamente en esta categoría. El segundo capítulo de la trilogía (una palabra probablemente demasiado "seria" para producciones de este tipo) de "August Underground" sigue exactamente las huellas de la primera, mala película. Fred Vogel produce, distribuye y "dirige", gracias a su Toe Tag Pictures, este segundo episodio irritante con un único objetivo: impactar al espectador para hablar de ello. Lamentablemente, parece que el truco ha funcionado, ya que esta improbable saga es ahora de culto. Lástima que nos encontremos con una película que no solo, como la anterior, no impacta ni impacta casi nunca, sino que también es de un aburrimiento y una inutilidad absolutamente mortales. La trama, como era de esperar, está completamente ausente aquí también y durante una hora y veinte minutos vemos a estos tres jóvenes (dos hombres y una mujer esta vez) vagando por la ciudad matando de vez en cuando a algún coetáneo con escenas de tortura que duran más de veinte minutos durante los cuales no pasa absolutamente nada; las víctimas gritan, ellos ríen, el espectador se duerme y el tiempo (lentamente) pasa. Algunas escenas que podrían incluso perturbar, tal vez habría (la mujer a la que le destrozan el vientre o la evisceración en la primera tortura, por ejemplo), pero el contexto en el que se presenta y la manera en que se nos muestra no produce ningún efecto manteniendo la película plana, repetitiva e irritante durante toda su duración. Lo que Fred Vogel debería entender es que incluso para impactar (pero quizás sobre todo) se necesita estilo, no basta con dos efectos a veces incluso bien presentados, sino que hay que ir mucho más allá. Es difícil perturbar al espectador, si por perturbar no entendemos asquearlo con alguna escena con tripas, sin analizar ningún aspecto psicológico, ningún contexto y sin profundizar en ningún tipo de personaje o tema. Y es difícil también para mí proponer otras críticas porque, como se escribió al principio, la película es totalmente amateur con aspectos no cuidados en absoluto, desde la actuación hasta cualquier aspecto técnico. En resumen, no creo que sea posible estar siquiera interesado en ver esta película, desde ningún punto de vista y les aseguro que si incluso quien esté leyendo esta reseña busca violencia extrema realista y gratuita debería buscar en otro lugar (más allá de los cuidados que debería hacerse prescribir). Desafortunadamente, existe una secuela, si un día tengo problemas de insomnio, probablemente la veré también.