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Roberto Giacomelli
•En pleno apogeo de la Segunda Guerra Mundial, una familia de campesinos italianos intenta sobrevivir, entre la escasez de las cosechas y la eterna espera del regreso de Luigi del frente, sano y salvo. Un día, mientras Pietro y Alice intentan recuperar un cubo que cayó en el pozo, una sustancia maloliente es liberada del agujero, contaminando el agua que Pietro usa para regar los campos y para refrescar a la familia. A partir de ese momento, algo cambia en todos los miembros de la familia, comenzando por Lucia, la esposa de Pietro y la hermana mayor de Alice, quien parece poseída por una entidad diabólica.
El director independiente Ivan Zuccon siempre ha tenido debilidad por Lovecraft, como lo demostró en sus dos primeras obras, rindiendo homenaje explícito al escritor estadounidense, y en "La casa escapada", donde adaptó tres de sus relatos menores. Ahora, Zuccon se enfrenta a una verdadera transposición de una de las obras del "Solitario de Providence", "El color que vino del espacio", uno de los relatos más famosos y exitosos de Lovecraft, escrito en 1927 y perteneciente al llamado Ciclo de Cthulhu, una historia que mezcla a la perfección sugerencias de horror y de ciencia ficción y que ya ha proporcionado material para trabajar en el cine de terror, inspirando películas como "La muerte del ojo de cristal" y "La granja maldita".
Zuccon reelabora con cierta libertad el material de origen, modificando la ubicación geográfica y temporal y eliminando por completo el componente de ciencia ficción (el color ya no viene del espacio, sino de las entrañas de la tierra!) a favor de una reinterpretación muy personal en clave exorcística. El resultado obtenido por Zuccon es muy meritorio, tanto que se puede considerar "Colour from the Dark" una de las mejores películas del director de Ferrara, ahora capaz de elaborar temas recurrentes de película en película con un estilo bien reconocible.
Lo que parece más interesante en esta película es precisamente el elemento "novedad" que la caracteriza en comparación con el material de inspiración; por lo tanto, podemos identificar una elección seguramente muy acertada e inusual el querer ambientar la historia durante el período bélico, mostrando una familia en constante espera de que la situación cambie (y sobre todo de que el hermano menor del protagonista regrese del frente) pero al mismo tiempo ajena a las dinámicas que caracterizan la verdadera supervivencia dictada por el estado de guerra. Nos enteramos de personajes inquietos pero fotografiados mientras realizan sus actividades cotidianas, seguramente no influenciadas por la catástrofe que se está extendiendo en el resto del mundo; y sin embargo, los sueños de Alice y los primeros indicios de inestabilidad familiar parecen querer anticipar el horror que vendrá. Zuccon es muy hábil para jugar con la espera, infundiendo continuamente pequeños indicios y detalles fundamentales que llevan continuamente a un crecimiento narrativo y de tensión. Sin embargo, a pesar de la esencialidad de los pasos narrativos, durante y al final de la visión, se tiene la impresión de que los 90 minutos de duración contienen mucho superfluo, una cierta redundancia concentrada en la parte central de la película que logra hacer que la historia resulte poco fluida.
El otro elemento de interés está constituido por la variante exorcística introducida en la historia que tiende a transformar a la Lucia post-contagio en una endemoniada digna de la película de Friedkin. Así, hay la oportunidad de introducir un sacerdote (cobarde y débil ante los apetitos de la carne) y un exorcismo, que representan uno de los momentos más aterradores y logrados de toda la película. Zuccon, además, no se priva de introducir una fuerte componente blasfema que recuerda mucho a la anterior "NyMpha", quizá esta vez un poco más gratuita pero igualmente de gran impacto.
Excelentes los efectos splatter, menos invasivos en comparación con algunos trabajos anteriores del director, y sobre todo los efectos de maquillaje de Mauro Fabriczky y Fiona Walsh, realistas e impresionantes, en particular para la representación estética de la Lucia endemoniada. Un discurso diferente concierne a los frecuentes efectos en computadora gráfica, seguramente aceptables aunque aún demasiado lejos de la perfección a la que pueden aspirar muchos de los utilizados para producciones ricas; lo que un poco desconcierta es el uso demasiado frecuente de estos efectos incluso donde se habría podido prescindir de ellos, atenuando así la dramaticidad de algunas escenas.
Bueno el departamento de actores que puede contar con algunos profesionales poco conocidos por el público pero de fama internacional. Entre todos, se distingue por intensidad y credibilidad Debbie Rochon (Lucia, en la película), una actriz canadiense con una filmografía increíble que cuenta con más de 150 películas en menos de veinte años (una media de 10-15 películas al año!), casi todas de terror de serie Z y fanta-eróticas (también aparece en "Toxic Avenger IV" y otras películas recientes de Troma). Muy convincente también Marysa Kay en el papel de la muda Alice, que usa los ojos de su muñeca de trapo para observar el horror y lo desconocido, mientras que un poco menos loable aunque no despreciable la interpretación de Michael Segal (Pietro), ahora una presencia fija en las películas de Zuccon.
"Colour from the Dark" representa la confirmación de que Ivan Zuccon tiene talento, ya ampliamente demostrado con el anterior muy exitoso "NyMpha", y uno se pregunta por qué motivo sus películas no logran encontrar distribución en su/nuestro país (a excepción de "Bad Brains" que luego representa una de las cosas menos interesantes de su carrera). Buscar y ver.