Cisne negro backdrop
Cisne negro poster

CISNE NEGRO

Black Swan

2010 US HMDB
diciembre 3, 2010

Nina, una brillante bailarina que forma parte de una compañía de ballet de Nueva York, vive completamente absorbida por la danza. La presión de su controladora madre, la rivalidad con su compañera Lily y las exigencias del severo director se irán incrementando a medida que se acerca el día del estreno. Esta tensión provoca en Nina un agotamiento nervioso y una confusión mental que la incapacitan para distinguir entre realidad y ficción.

Directores

Darren Aronofsky

Reparto

Natalie Portman, Mila Kunis, Vincent Cassel, Barbara Hershey, Winona Ryder, Benjamin Millepied, Ksenia Solo, Kristina Anapau, Janet Montgomery, Sebastian Stan
Dramma Horror Thriller

RESEÑAS (1)

RG

Roberto Giacomelli

Nina Sayers es una bailarina del New York City Ballet. Obsesivamente dedicada a la danza clásica, forjada por una madre posesiva que no logró cumplir su sueño de ser bailarina, Nina ve presentarse la oportunidad para el éxito. El coreógrafo Thomas Leroy, de hecho, quiere abrir la temporada con una de sus propias variaciones de "El lago de los cisnes" y confía precisamente a Nina el doble papel de protagonista y antagonista; la chica deberá interpretar tanto al etéreo cisne blanco como a su doble malvada, el cisne negro. Si el cisne blanco le viene muy natural a Nina, no ocurre lo mismo con la contraparte malvada, así que para la bailarina comienza un entrenamiento total que la lleva a confundir realidad e incubo. La trama de "El lago de los cisnes", celebrado ballet musicalizado por Chaikovski, es bastante conocida. Un príncipe conoce y se enamora de una chica víctima de un sortilegio que la transforma en un cisne durante el día. Solo una promesa de matrimonio en su lecho de muerte puede liberar a la mujer del hechizo. El príncipe decide anunciar su matrimonio con la chica-cisne durante un baile, pero el hechicero que lanzó el maleficio se presenta a la ceremonia llevando consigo a su hija malvada, doble de la chica-cisne. El príncipe, engañado, pide la mano de la doble malvada y lo que sigue es una tragedia. "El lago de los cisnes" es el detonante y el corpus narrativo de "Black Swan". Mark Heyman, Andres Heinz y John McLaughlin tienen de hecho la excelente intuición de transformar la obra de Chaikovski en un elemento diegético y al mismo tiempo extradiegético: "El lago de los cisnes" está dentro de "Black Swan" y "Black Swan" se inspira en él, se nutre de él y finalmente se transforma en él. Y la metamorfosis narrativa que lleva a la superposición de la trama del ballet con la historia de la película es paralela a la metamorfosis psíquica y física que afecta a la protagonista de este magnífico horror del alma. Nina Sayers, interpretada por una Natalie Portman bravísima (ganadora de un Globo de Oro y en camino de un merecidísimo Oscar), es una chica frustrada, débil, sumisa y frígida. Dominada por una madre que le ha inculcado la pasión por la danza como satisfacción de un sueño no alcanzado, Nina se muestra pasiva ante cualquier evento, dispuesta a tender la otra mejilla ante cualquier ofensa, tímida y pudorosa. Su encuentro-confrontación con el coreógrafo Leroy, interpretado por un siempre bueno Vincent Cassel, y el conocimiento con la rival desinhibida Lily (una fascinante Mila Kunis) le abren un mundo en el que el pudor y la sumisión deben necesariamente romperse. Para Nina significa crecimiento, físico y mental, por lo tanto, liberarse de los peluches que adornan su habitación, aflojamiento de los lazos con la madre, crecimiento de la competitividad y sobre todo descubrimiento de su cuerpo y de la esfera sexual. Bajo consejo preciso de Leroy, la chica explora la sexualidad que hasta ese momento ha reprimido, se desahoga masturbándose (pero la sombra vigilante de la madre-opresora obstaculiza inicialmente la práctica en una escena intensa y memorable), dedicándose a aventuras de una noche con desconocidos y sobre todo soñando escenas sáficas increíbles con la amiga/rival. Nina está perturbada desde el principio de la película, pero la solicitud de sumergirse en el cisne negro, que a diferencia del cisne blanco está muy lejos de su personalidad manifiesta, la induce a una transformación alucinatoria que descarta todo tabú propio de la chica. Nina descubre y hace descubrir al espectador su lado dormido y en un crescendo de escenas de incubo realmente inquietantes, se convierte en su personaje. La transformación física, anticipada por una irritación cutánea en la espalda, quizás autoinfligida, que parece el presentimiento del brote de una ala, es dolorosa y perturbadora y se adapta bien al duro mundo de la danza clásica. Las uñas se rompen, los huesos crujen y se asientan, la carne se desgarra, la sangre brota de heridas inexistentes, la piel se levanta y muestra poco a poco el avance de un pelaje negro de plumas y penas. La metamorfosis es total y completa: la transposición se convierte en el transposado, el intérprete en el personaje. El trabajo realizado en "Black Swan" es admirable en cada uno de sus componentes, desde el guión perfecto hasta la actuación intensa y participativa, a propósito de la cual citamos también el pequeño pero significativo papel de una reencontrada Winona Ryder. La música es naturalmente la del ballet, envolvente y absolutamente insustituible en una película como esta: "La muerte del cisne" resonará durante horas en la cabeza del espectador después de la visión. La única crítica que se puede hacer es hacia la dirección de Darren Aronofsky, director amado y premiado de "Requiem for a Dream" y "The Wrestler". Por un lado, tenemos una fluidez majestuosa en la gestión de las muchas escenas de danza y un macabro y visionario impensable en las escenas de horror, por otro lado, no se comprende la insistencia con la que el director repite el seguimiento con cámara en mano y temblorosa ya característica de "The Wrestler". En la película con Mickey Rourke, aunque se abusaba de esta técnica, había un porqué simbólico a su utilización, en "Black Swan" por otro lado no se capta la misma fuerte motivación y no me gusta pensar que sea nuevamente metáfora visual del deseo de "estar en el centro del escenario", en la vida cotidiana así como en la profesional. Aronofsky aparte, "Black Swan" es una película que convence plenamente, un hermoso y conmovedor apólogo sobre la soledad, el deseo y la locura. Añadid medio calabacín a la votación final.

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