EL HUÉSPED

Anna, una investigadora universitaria, descubre que el antiguo hospital convertido en sitio arqueológico donde estaba realizando investigaciones va a ser demolido. En el hospital, que data del siglo XV, se han encontrado esporas de peste, probablemente de la epidemia que golpeó Londres en 1600, y varios objetos pertenecientes a las víctimas. Anna, deseosa de descubrir qué se esconde en los sótanos del edificio aún no explorados, decide aventurarse sola en el hospital la noche antes de que sea demolido. Algunos jóvenes, tras un accidente, también se cuelan en el edificio para escapar de la policía. Para todos ellos será una noche de supervivencia, ya que extrañas presencias parecen haber sido evocadas del pasado. Por una vez que no se trataba de un remake o película derivada, por una vez que tenían entre manos una historia con buen potencial y un tema – la peste medieval – poco explorado por el cine de terror, especialmente el reciente, por una vez que leyendo la contraportada del DVD se podía hacer una sonrisa de satisfacción… bueno, nos encontramos de todos modos con un film mal realizado que desperdicia literalmente todo lo bueno que tenía para ofrecer. ¿Han visto esas películas de terror aburridas e inconexas en las que durante 90 minutos no pasa nada más que ver caminar por pasillos destartalados a un grupo de personas destinadas a un mal final en los últimos cinco minutos? Algo que también quiere ser posmoderno usando un montaje y un estilo de filmación de videoclip y cool y en cambio es más viejo que los hermanos Lumière. Vienen a la mente recientes desastres como "Death Tunnel – La maldición" y "La silla del diablo", lo cual es decir todo y el destino straight-to-video que se le ha reservado a la película en cuestión también podría hacer intuir los defectos que hay debajo. Pero lo que más rabia da es el hecho de que Curtis Radclyffe, autor del sujeto y de la dirección, haya tirado por la borda todos los puntos originales que la historia ofrecía para adentrarse en territorios ya pisados muchas otras veces y ahora privados de todo interés. Por lo tanto, si podíamos esperar una incursión en territorios arqueo-epidémicos, una escaramuza entre los métodos mefíticos de contagio que caracterizan la expansión de la "muerte negra", nos equivocábamos. Radclyffe podría haber añadido un ladrillo al interesante mosaico que en los últimos años se está construyendo respecto al cine pandémico o de contagio; un género que desde "28 días después" se está llenando de muchas películas de buen valor cualitativo, subrayando el renovado – o quizá nunca extinto – miedo al contacto humano como portador de muerte. Pero el uso del condicional es una dura realidad, porque "La casa de la peste" gira alrededor de un nada que se extiende por una hora y media, toma el infeliz camino de la contaminación con la ghost story haciendo que de tanto en tanto aparezca alguna figura desenfocada y encapuchada para el puntual salto del sillón, que luego tres veces de cuatro no ocurre. Lo que realmente es interesante es el Sacerdote negro, un médico de la peste asesino en serie que deambula por los pasillos del hospital y que hace una buena figura como personaje de aspecto sugerente y entrada en escena siempre acertada. De tanto en tanto, Radclyffe también logra colocar algunas escenas que funcionan bien individualmente, como la larga agonía de la chica embarazada y la aparición final de los pequeños apestados; pero se trata de detalles, casi incidentes de camino que no logran influir positivamente en el resultado final. Seguramente, mucho del fracaso de "La casa de la peste" también se debe al guión excesivamente chapucero de la debutante Romla Walker, que especialmente en los últimos 15-20 minutos, con la intención de resolver los nudos y lanzar nuevos misterios, solo logra crear una gran confusión que no hace más que mostrar una montaña de agujeros narrativos de otro modo fácilmente evitables. Radclyffe, por su parte, dirige de manera anónima y innecesariamente agitada, que arroja dentro el estilo de videoclip musical y tomas subjetivas que hacen un poco mockumentary (no por casualidad al principio se cita explícitamente "The Blair Witch Project"). Único rostro conocido en el reparto de desconocidos, la bella y habitualmente buena Gina Philips ("Jeepers Creepers"; "Jennifer's Shadow"; "Dark Memories – Ricordi terrificanti"), doblada muy mal para la edición italiana, que hace todo lo posible por mantener el negocio. Desaconsejado.