El ataque de los muertos sin ojos backdrop
El ataque de los muertos sin ojos poster

EL ATAQUE DE LOS MUERTOS SIN OJOS

1973 ES HMDB
mayo 17, 1973

Un grupo de templarios que fueron ejecutados por cometer sacrificios humanos, regresa para vengarse. Encerrados en una catedral, un grupo de gente intentará acabar con ellos.

Directores

Amando de Ossorio

Reparto

Tony Kendall, Fernando Sancho, Esperanza Roy, Frank Braña, José Canalejas, Loreta Tovar, Ramón Lillo, Lone Fleming, José Thelman, Juan Cazalilla
Horror

RESEÑAS (1)

GG

Giuliano Giacomelli

En un pequeño pueblo de España se está celebrando el quinientos aniversario del asesinato de los caballeros templarios que, siglos antes, habían perturbado la tranquilidad del pueblo con sacrificios humanos al demonio a cambio de la vida eterna. Pero antes de ser quemados vivos, los caballeros juraron que un día volverían y llevarían a cabo su venganza sobre toda la población. Ahora, durante las celebraciones del pueblo con motivo de dicho aniversario, algo aterrador está a punto de ocurrir: los caballeros templarios se preparan para salir de sus tumbas y, montados en sus corceles, se dirigen al corazón del pueblo para llevar a cabo su venganza sobre todos los descendientes de aquellos que, siglos antes, los habían cegado y quemado. El pueblo está en pánico y entre la multitud se distingue un grupo de personas que decide encerrarse dentro de una iglesia para esperar, con ansia, la llegada del amanecer así como el momento en que los templarios muertos regresarían a sus tumbas. La espera será muy larga y angustiosa. Amando De Ossorio dirige en 1973 el segundo capítulo de la saga dedicada a los templarios zombis que había comenzado en 1971 con la película "Las tumbas de los resucitados ciegos" ("La noche del terror ciego"). La primera película, que tuvo un éxito más que suficiente en taquilla, animó a los productores y a Ossorio mismo a realizar otros capítulos basados en la leyenda de los templarios zombis que regresan del mundo de los muertos para llevar a cabo su venganza sobre todos los habitantes del pueblo. Así, se produjo y realizó "La cabalgada de los resucitados ciegos" ("El ataque de los muertos sin ojos"), un falso seguimiento de la película de 1971 porque no tiene ningún vínculo conductor con la película anterior (excepto por la historia central de los templarios zombis) y, por lo tanto, más que una verdadera secuela, podría considerarse una revisión y variación del tema. Esta vez, Ossorio parece haber entendido con mayor claridad cuál debe ser la fórmula para un buen horror y, por lo tanto, intenta remediar, aunque no con resultados deslumbantes, gran parte de los errores en los que caía la primera película. La primera película, "Las tumbas de los resucitados ciegos", podía resultar bastante desaliñada en la historia principal y parecía no tener las ideas muy claras sobre hacia dónde ir; esta vez, en cambio, Ossorio crea un producto más ligero en los contenidos pero mucho más compacto y masivo. La construcción de la historia y el desarrollo de la narración están articulados de manera más "profesional" y clásica, además la historia logra comenzar y concluir siguiendo siempre un hilo lógico, sin caer nunca en divagaciones frívolas (algo que sí ocurría en la primera película). Además, Ossorio decide conformarse con la masa, por muchos aspectos, en este sequel recurriendo a algún lugar común del género (pero ojo, esto no es tan negativo como podría parecer) y, por lo tanto, ambientará parte de su película en entornos cerrados y angostos que logran ser mucho más efectivos para el género de terror y más capaces de resaltar el estado de peligro y ansiedad que reside en los protagonistas; algo que no estaba presente en la película anterior porque siempre ambientada en espacios abiertos y luminosos y poco capaces de infundir realmente miedo y preocupación. Para testimoniar el deseo de Ossorio de querer satisfacer más a los amantes del género no solo está la elección de las escenografías, sino también un uso más adecuado de la violencia que, a diferencia de la primera película, esta vez nos regala también algunas secuencias splatter saludables. Excelente como siempre es la representación estética de los templarios zombis que, aunque condenadamente lentos (y, por lo tanto, poco amenazantes), logran ser aún hoy muy fascinantes (especialmente para los cultores del horror old style). Un trabajo mejor también se ha realizado en cuanto a la delineación de los personajes que, aunque algunos tienden a caer en estereotipos fáciles (siempre está el tipo de mala suerte que anuncia la muerte de todos; el bastardo que haría cualquier cosa para salvar su piel, incluso poner en peligro la vida de los demás; la familia compuesta por marido, mujer e hijita sin conciencia que podría recordar a la familia de Cooper de "La noche de los muertos vivientes" de Romero, etc.), resultan mucho más convincentes que todos los personajes mostrados en la primera película. En conclusión, "La cabalgada de los resucitados ciegos" se presenta como una película suficientemente sabrosa que, dentro de sus límites, logra entretener y satisfacer al espectador. No se trata de una película particularmente memorable, pero seguramente ofrece algo más que su predecesor pasado a la historia y, por eso, merece seguramente medio voto más. La saga continúa con "El barco maldito".