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Las muertes de Ian Stone poster

LAS MUERTES DE IAN STONE

The Deaths of Ian Stone

2008 US HMDB
julio 18, 2008

Cuenta la extraña historia de un individuo americano que es asesinado un día tras otro, y vuelve a la vida para experimentar el horror de ser asesinado una y otra vez.

Directores

Dario Piana

Reparto

Mike Vogel, Michael Dixon, Christina Cole, Michael Feast, Jaime Murray, Charlie Anson, George Dillon, Andrew Buchan, Marnix Van Den Broeke, Anthony Warren
Horror Thriller

RESEÑAS (1)

GG

Giuliano Giacomelli

Ian Stone es un joven londinense, juega al hockey, tiene talento y está enamorado de su novia Jenny. Una noche, de regreso de un partido de hockey que no terminó muy bien, el joven Ian se encuentra con un extraño cadáver cerca de la vía férrea y, al intentar socorrerlo, descubre, a su pesar, que el cadáver no es otra cosa que una monstruosa criatura demoníaca que no tarda en matarlo. Pero con la muerte, para Ian, nace una nueva vida. Después de ser bárbaramente asesinado por la criatura demoníaca, en efecto, Ian Stone se despierta en una oficina, sentado en el escritorio y con las vestimentas de un empleado estatal. ¿Fue solo una pesadilla extraña y terrible? No, Ian Stone, en realidad, es perseguido por una horda de demonios malignos que no hacen más que rastrearlo y matarlo en cada vida. ¿Qué se esconde detrás de la extraña "existencia" del pobre Ian? Se podría llenar un capítulo de un libro, o mejor aún, elaborar un interesante ensayo para describir y entender cuidadosamente la extraña idea que prevalece en la base de esta película extraña; un ensayo capaz de diseccionar esta obra en tantas pequeñas partes para poder asimilar cada detalle y cada metáfora hipotética contenida en esta película. Sí, la idea del ensayo no sería mala, pero probablemente "Las muertes de Ian Stone" es una película que se presta a ser insertada y analizada mejor dentro de un libro de chistes. Son ya muchos años los que las quejas hacia el circuito cinematográfico de Hollywood se hacen cada vez más frecuentes; se quejan de una creciente falta de ideas originales testimoniada por la realización imparable de secuelas, precuelas o peor aún de remakes. Vivimos en una época en la que, cinematográficamente hablando, todo ha sido dicho de todas las maneras y por lo tanto la única vía posible es la repetición. Pero a pesar de todo, en esta crisis creativa total, a veces es posible ver nacer pequeñas películas que parecen haber encontrado finalmente algo nuevo que contarnos, pequeños trabajos que podrían resultar ser agradables ráfagas de aire fresco dentro de un mercado cinematográfico árido y pobre de ideas. Bueno, "Las muertes de Ian Stone", gracias a un argumento intrincado y aparentemente innovador, podría resultar sin muchas dificultades una de estas ráfagas de aire fresco. Bueno, pero si todas las ráfagas de aire fresco son portadoras de malos olores como "Las muertes de Ian Stone", entonces ¡bienvenidos los toneladas de remakes! Sería interesante, estimulante y constructivo intercambiar cuatro palabras con los "cerebros" ideadores de este tema, una conversación agradable que llevaría a entender con qué espíritu hay que visionar la película y qué los llevó a idear un producto tan idiota. ¿Qué debe pensar el espectador que asiste incrédulo a la visión? ¿Debe pensar quizás que estos "ideadores", que alguien se atrevería a llamar sujetistas, creían realmente en las potencialidades serias de esta película? O bien, más probablemente, ¿debe pensar que estos "sujetistas" se habían recién "intrippado" con la trilogía de "Matrix" de tal manera que querían generar un horror basura con la intención de rendir homenaje a la obra de los hermanos Wachowski? Hay poco que decir, esta película es un auténtico desastre continuamente en equilibrio entre lo feo (nunca hubo definición más apropiada) y lo cómico involuntario; una película capaz, de manera del todo singular, de degenerar minuto a minuto dejando totalmente desconcertado al espectador que incluso ha pagado por ver esta cosa (y que, en el mejor de los casos, lo toma todo con ironía dejándose llevar por la enorme carga basura de este producto). Los primeros veinte minutos, en efecto, aunque repetitivos a lo increíble, no dejan presagiar nada del final improponible y resultan, por el contrario, bastante envolventes e intrigantes. Lástima que con el paso de los minutos el pastelón se vuelve cada vez más indigesto hasta llegar a un final que no deja escapatoria gracias a explicaciones banales y formuladas a la menos peor, a ridículos interludios en los que chocan demonios improbables y a moralismos infantiles que se reducen a la banality y estereotipada lucha entre el bien y el mal. La situación, ya muy grave, es empeorada por el ridículo aspecto de las criaturas demoníacas que, en un primer momento, parecen salidas directamente de "Matrix" (cabello empapado en gel, ropa ajustada y plástica, gafas negras), mientras que al final tenemos "el honor" de ver desfilar entidades malignas que no son otra cosa que la versión demoníaca de Lorenzo "Renegade" Lamas (con su cabello largo y vaporoso constantemente movido por un viento que no existe). Lo grave es que "Las muertes de Ian Stone" podría configurarse también como una especie de vergüenza para nuestra nación dado que el director de esta obscenidad es el italiano Dario Piana (director principalmente de spots televisivos y aquí en su segunda experiencia con un largometraje, después de "Sotto il vestito niente 2") que, quizás en preda a la resignación dada la conciencia de la desproporcionada fealdad de la película, ejecuta el trabajito que le ha sido encomendado de manera anónima, superficial y poco inspirada: tanto se sabe, algunas buenas posiciones de cámara no podían ciertamente bastar para salvar del estercolero una tal indecencia. Ni siquiera el reparto logra levantar el producto: rostros desconocidos, o casi, se mueven en la escena interpretando personajes antipáticos y poco interesantes; el mismo Ian Stone, interpretado por Mike Vogel ("Cloverfield", "Non aprite quella porta" de M. Nispel), nunca logra capturar la empatía del público dado que, en fase de guion, recibe un tratamiento superficial y que a menudo deriva en lo patético. La única nota positiva podría ser dedicada a la fotografía suficientemente cuidada, pero incluso este pequeño detalle (puramente estético) aparece fútil en la esperanza del éxito de la película, porque se sabe: "la ropa no hace al monje". Nada se puede hacer, por lo tanto, para salvar de la horca esta película sórdida al límite de lo visible. "Las muertes de Ian Stone" es un verdadero desastre!

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