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Alessandro Carrara
•China, época Qing: Viento, Trueno, Lluvia y Relámpago, junto con su Maestro, forman un equipo de cazadores de vampiros que recorre todo el Imperio para liberar a la gente de los no muertos, vampiros o zombis, que, según la leyenda, resucitarían de los muertos en presa de la ira, valiéndose de algunos "detectores de energía negativa": es decir, tablas octogonales que miden la energía psíquica de lugares como los cementerios... Fue durante un combate contra un temible vampiro cerca de la tumba de un gran general del pasado que el Maestro desaparece, y los cuatro se ven obligados a continuar la caza de los no muertos solos en una ciudad cercana, donde están ocurriendo hechos inquietantes... Presentado así, la trama parece la de una película demencial de serie inferior, pero en realidad se trata de una película extraña y semidesconocida producida por la industria cinematográfica de Hong Kong (ahora asimilada a la República Popular China). En efecto, una historia de vampiros, mito típicamente occidental (al menos para nosotros...), ambientada en el Imperio Celestial, no es algo habitual... No se debe esperar al noble y distinguido caballero pálido en el papel de chupasangre con colmillos afilados: el vampiro (o zombi, los términos en la película son sinónimos) es en realidad una criatura muy oriental, que se mueve suspendida en el aire, no teme los crucifijos sino el agua (!!!) y chupa la sangre de manera bastante... original. El maquillaje recuerda en efecto más a los zombis occidentales que a los vampiros y no se puede decir que el conjunto no sea bien logrado. Los cuatro protagonistas más el Maestro son interpretados por cinco excelentes actores, que logran caracterizar brillantemente a sus personajes hasta el punto de que un occidental no pueda confundirlos: el enamorado, el reflexivo, el que va detrás de las mujeres, el hombre de acción, etc... y en general el nivel interpretativo de todo el reparto es bueno, animado a veces por momentos cómicos hilarantes. El guión se revela lineal pero no carente de sorpresas, y bastante bien concebido pero nunca realmente predecible, con hallazgos muy bonitos (la escena del verdadero vampiro que se alimenta del actor contratado para hacer el papel del no muerto, la familia espectral de los embalsamadores, la simpática chica hija de los empresarios de pompas fúnebres que siempre es evitada por los hombres por su trabajo...). Se dejan amplios espacios a los combates, como manda la tradición del cine de acción oriental (la película es china, pero la influencia de la escuela de Hong Kong "absorbida" en la realidad de la República Popular desde 1997 es evidente), bien concebidos y muy espectaculares; interesante cómo el uso de las artes marciales se finaliza en la caza del vampiro. Las ambientaciones y la dirección son propias de este tipo de películas, por lo que el espectador que tiene familiaridad con la cinematografía china la encontrará apropiada, mientras que quien no la tiene podría sentirse desorientado... En efecto, es justo esto el gran defecto de películas como estas: muchos occidentales corren el riesgo de no apreciar un producto de este tipo, principalmente por motivos culturales, a pesar de que la película sea agradable y lejos de ser aburrida o caer en el ya visto. Justamente por esto "Era of vampires" parece que nunca llegó a las salas italianas en 2002, pero fue reeditado para el alquiler y el mercado del vídeo doméstico en 2004: ciertamente para los amantes del cine oriental y para quienes consideran la película vampírica "occidental" ahora estereotipada, el título es calurosamente recomendado.