GG
Giuliano Giacomelli
•Antártida. En una base de extracción petrolera, debido a un accidente submarino, se abre en las cavidades marinas un paso en la roca que esconde una enorme cueva. Los trabajadores que han abierto accidentalmente el paso se sumergen para explorar los contenidos de la cueva y, con gran alegría, descubren que escondidas en la cueva vivían formas de vida unicelulares prehistóricas. Pero, a su pesar, no saben que escondido en la cueva, además de los seres inofensivos, vive un gigantesco Megalodon, tiburón prehistórico listo para devorar a cualquiera que se ponga en su camino.
Otra producción americana inútil que una vez más aborda el tema de los tiburones asesinos. Aunque esta vez se ha buscado la originalidad sustituyendo al simple tiburón genéticamente modificado por un enorme Megalodon (tiburón prehistórico mastodóntico), la diferencia no se nota tanto.
Al frente de "Megalodon", distribuido en nuestro país solo para el mercado de vídeo doméstico, destaca un casi desconocido Pat Corbitt, que de técnico de efectos especiales ha intentado dar diez pasos adelante para llegar a dirigir una película; pero al parecer Corbitt es bastante inadecuado para desempeñar ambos roles.
La dirección resulta prácticamente anónima y plana como una tabla de surf; mientras que, en cuanto a los efectos especiales, se esperaría lo máximo, pero incluso el digital utilizado resulta bastante tosco y primitivo (como el Megalodon), cosas que hacen echar de menos incluso viejos telefilmes como "Hércules" y "Sinbad."
El guion presenta también varios agujeros, por ejemplo, uno podría preguntarse: ¿cómo diablos ha hecho un tiburón prehistórico para vivir en una cueva durante millones y millones de años? Una pregunta a la que ni siquiera Piero Angela sabría responder.
El reparto no puede representar ciertamente un punto fuerte de la película, ya que está poblado por perfectos desconocidos, bastante incompetentes y que no hacen nada por intentar hacer que el espectador se interese por una historia ya poco interesante.
Pero en general la película tiene algunas escenas que, aunque hechas mal (como aquella en la que el tiburón rompe el suelo helado con la cabeza para llegar antes a la presa), consiguen divertir y evitar que el espectador se duerma en el sofá.
En conclusión, "Megalodon" representa a la perfección lo que se puede llamar "película inútil", nadie sentía la necesidad de ver una película así y seguramente habría sido mejor invertir el dinero gastado en esta película en otro proyecto más original y prometedor.