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POSESIÓN DEMENCIAL

My Name Is Bruce

2007 US HMDB
octubre 1, 2007

Un pequeño pueblo es asediado por un grupo de demonios después de que unos adolescenetes desaten una antigua maldición. Los habitantes recurrirán al actor Bruce Campbell y se verá inmerso en una película de Serie-B. Pese a sus protestas y su intento de convencer a los habitantes de que tan sólo es un actor, se verá obligado a convertirse en el heroico personaje que suele interpretar y salvar al pueblo.

Reparto

Bruce Campbell, Taylor Sharpe, Grace Thorsen, Ted Raimi, Ellen Sandweiss, Ben McCain, Timothy Patrick Quill, Danny Hicks, Logan Martin, Ali Akay
Fantasy Horror Commedia

RESEÑAS (1)

RG

Roberto Giacomelli

La tranquila ciudad de Gold Lick se ve repentinamente conmocionada por una serie de brutales asesinatos cometidos por un ser monstruoso liberado accidentalmente de su tumba por un grupo de niños. Jeff, que es el único superviviente entre quienes despertaron al monstruo, decide entonces recurrir a su actor favorito, Bruce Campbell, porque lo cree realmente capaz de enfrentarse a seres monstruosos y amenazas sobrenaturales. Campbell, creyendo que se trata de una oferta para su próxima película, acepta seguir a Jeff, pero cuando se dé cuenta de que la amenaza es real, tendrá que hacer frente a su conciencia y a su valor. "Mi nombre es Bruce", el título de la segunda largometraje firmado por Bruce Campbell, es explícito en cuanto a las intenciones de la obra. No, no se trata de un documental sobre la vida del actor, sino de una singular celebración cinematográfica confeccionada para los numerosos fans del Ash J. Williams de memoria "evildeadiana". Un actor que se improvisa director para celebrarse podría parecer una operación presuntuosa y quizás incluso perjudicial para su fama, pero "Mi nombre es Bruce" está concebido y realizado como un mensaje de agradecimiento hacia el fan típico del artista más que como una obra de autocelebración. Bruce Campbell es irónico y autoirónico, trata de sí mismo, del mundo que lo rodea e incluso del fan al que se refiere con un cinismo semidemencial complaciente; por lo que muestra toda la conciencia de lo que es y lo que se ha convertido a lo largo de los años, es decir, un actor de culto para las jóvenes generaciones de aficionados al cine de género, pero al mismo tiempo un artista que para ganarse la vida se ve obligado a participar en películas de calidad ínfima. Naturalmente, Campbell, aunque se basa en su autobiografía, carga su personaje en exceso y así lo veremos alcohólico y "idiota", un cobarde aferrado al dinero que malgasta puntualmente en whisky y prostitutas, un fracasado que va por ahí con discutibles camisas estilo hawaiano y vive con su perro (¡también alcohólico!) en una caravana destartalada. Por lo tanto, aunque el actor habla de sí mismo poniendo en ridículo el mundo del cine de serie C al que a menudo se dedica, al mismo tiempo carga su "personaje" con características tragicómicas absolutamente devastadoras para su imagen, pero como es él mismo quien lo hace no se puede hacer otra cosa que aplaudir su feroz autoironía. Pero Campbell tampoco se libra de quienes lo rodean. El universo productivo de las películas en las que trabaja se describe como se haría en un chiste, con productores arrivistas que no se preocupan por tener que reemplazar a un actor con un maniquí e insisten en el "buena la primera" allí donde falta tiempo y dinero, a pesar de que el resultado será penoso. Al final, el chiste no es demasiado diferente de la realidad y las imágenes en el set de la ficticia "Cave Alien" no están demasiado lejos de las de al menos una decena de películas a las que nuestro actor ha participado en los últimos años. Y luego están ellos, los fans, a los que el actor-director dedica su película. Son unos frikis de los dedos de los pies a la punta del pelo, unos asociales que conocen de memoria las frases de sus ídolos y tienden a confundir la realidad con la ficción, mezclando al personaje con la persona. Todo ello se cuenta con afecto, respeto y simpatía, así que si es el fan quien desencadena la serie de eventos funestos liberando al monstruo, es siempre él quien remedia el problema, además del único que se salva (¡conoce las reglas de las películas de terror!) del ataque del monstruo en la introducción. A pesar de un presupuesto bastante bajo, "Mi nombre es Bruce" es, sin embargo, una película muy digna, Campbell ha logrado hacer milagros con lo que podría haber sido potencialmente otra mala película que paradójicamente quería parodiar. Por lo tanto, a pesar de la impronta un poco de telefilme, "Mi nombre es Bruce" se defiende muy bien incluso en el circuito de las películas más "importantes", presentando sobre todo un buen guión de Mark Verheiden (las series de televisión "Smallville", "Heroes" y "Battlestar Galactica"), original y con diálogos y situaciones realmente divertidas. Además, el monstruo, en su absurdidad y a pesar de un aspecto de dibujo animado, es realmente algo inusual: un demonio oriental asesino que también es el protector del queso de cuajo no es algo que se vea en las películas todos los días. Como de costumbre, Bruce Campbell es excepcional, un característico que va más allá del simple característico, y que demuestra aquí no solo ser un buen actor sino también un artista completo, aunque desde el punto de vista puramente imaginativo debe quizás demasiado a su amigo/compañero Sam Raimi, ya que algunas escenas de "Mi nombre es Bruce" recuerdan claramente a "El ejército de las tinieblas", película de la que "Bruce" también toma algunos actores y amigos, a saber, Ted Raimi (que interpreta aquí ni más ni menos que tres papeles) y Timothy Patrick Quill. "Mi nombre es Bruce" es una película imprescindible para quienes aprecian la obra de Bruce Campbell, un hombre-mito que aquí se encuentra en un exitoso one man show. Naturalmente, quienes no están en sintonía con la carrera del actor, están desinteresados o incluso no lo conocen, pueden, e incluso deben, evitar la película de la que probablemente captarán solamente los aspectos negativos.