MF
Massimo Filograna
•¿Krueger está muerto? No, porque en realidad era solo el personaje de una película. Pero Wes Craven, en el papel de sí mismo, y los actores principales de las películas anteriores se convierten en víctimas de una misteriosa influencia negativa con el rostro de Freddy que los obliga a filmar nuevas historias… Pero Wes está demasiado cansado y entonces la maldición comienza a matarlos a todos de maneras horribles ocultas por accidentes presuntos. La única posibilidad de salvación es la actriz Heather Langekamp que, para proteger a su hijo y marido de las garras del monstruo, descubre la aterradora verdad que se esconde detrás del rostro quemado de Freddy y decide enfrentarla para una… rendición de cuentas definitiva.
La película fue escrita y dirigida por Wes Craven, quien no soportaba que su personaje hubiera sido masacrado por las operaciones comerciales en nombre de la "taquilla" y constituye el digno final de la saga de Nightmare, donde el director da una lección de neta superioridad a todos los directores anteriores que no supieron valorar su personaje transformándolo en una caricatura de sí mismo. Y así, aprovechando la ola de popularidad disacratoria del momento, realiza una película desorientando una vez más al espectador como lo hizo en 1984. En el primer Nightmare, soñar equivalía a morir. En el último, el espectador, ahora acostumbrado al viejo Freddy, es repentinamente lanzado a una película cuyas temáticas, en muchos aspectos, se asemejan a un documental filmado detrás de las escenas de las películas anteriores, un lugar donde ficción y realidad se mezclan en un juego perverso que atrae y encadena al espectador a la silla, ignorante de una película dentro de una película dentro de una película… Entre las curiosidades relacionadas con esta película, hay un probable homenaje a un episodio del investigador del horror (N°48 "Horror Paradise" publicado en septiembre de 1990 y dibujado por Castellini) donde nuestro Dylan Dog se enfrenta a un Krueger "androide" que tiene rasgos futuristas y lleva un impermeable que cuatro años después llevará el Krueger de Craven (que ha participado varias veces en el HorrorFest organizado por Sclavi). Pero volviendo a la película y concluyendo, el principal mérito del director reside en su habilidad para retransmitir el escalofrío del primer Krueger, reconstituyendo su valor como hombre negro, amenaza aterradora proveniente de lo desconocido, insondable y por eso inevitable, lista para atraparnos con garras invisibles, afiladas e incisivas como las cuchillas de sus cuatro navajas. ¡Para ver!