VD
Vincenzo de Divitiis
•Nancy es una joven estudiante estadounidense que decide irse de vacaciones a México para visitar una playa aislada donde solía ir su madre, recientemente desaparecida. Acompañada en coche por un hombre del lugar y dejada sola por su amiga aún recuperándose de una resaca, la hermosa turista llega al lugar encantador y comienza a cabalgar las gigantescas olas con su tabla de surf, su verdadera gran pasión. Un paisaje impresionante y un divertimento sin límites parecen ser los protagonistas de un día soñado para Nancy hasta que ocurre un evento que alterará su estancia y pondrá en riesgo su vida: la chica, de hecho, se acerca a un gran animal marino muerto a mordiscos por un enorme y voraz tiburón blanco que interpreta el gesto de la surfista como un intento de invadir su territorio de caza. Así comienza el más clásico de los duelos a muerte entre el hombre y la naturaleza con la protagonista que tiene en un peñasco y en la marea baja las únicas armas con las que enfrentar a la casi invencible bestia feroz.
En 1975, un aún joven Steven Spielberg lleva a la pantalla una de sus obras más famosas, "Tiburón". Pasado a la historia del cine, la película marca el inicio del género del beast-movie que ve precisamente en el gigantesco y feroz cazador de los mares una de las figuras destacadas. A partir de ese momento, de hecho, las pantallas se llenan de animales de todo tipo que atacan a los hombres tanto por hambre como para castigar la negligencia del ser humano hacia la naturaleza. Docenas y docenas de títulos, entre los que se encuentran "Piraña", "Cujo", "La orca asesina" para citar solo algunos, que sin embargo a la larga han generado una saturación del género que se ha vuelto aburrido y también poco interesante desde el punto de vista comercial, si se piensa que muchas películas han sido relegadas directamente a la distribución en DVD. Sin embargo, desde hace algún tiempo, el viento parece haber cambiado de nuevo y, gracias al éxito de un producto discutido pero igualmente innovador como "Tornado de tiburones", el interés por los tiburones parece haberse despertado. Consecuencia directa de esto es esta "Paradise Beach- Dentro de la pesadilla", un thriller acuático muy tenso y realizado con gran maestría por un excelente representante del cine de género contemporáneo como Jaume Collet-Serra, ya conocido por los aficionados por el remake de "La máscara de cera" y la excelente "Huérfana".
Cuando se aborda una película de tiburones, el peligro más común es caer en la repetición de la que se hablaba antes y contar una historia predecible y trillada minuto a minuto. Y sin embargo Collet-Serra logra ampliamente evitar este riesgo gracias a un argumento que, salvo por algún momento de calma igualmente legítimo y perdonable, viaja sobre los raíles de una tensión altísima y aprovecha maravillosamente cada pequeño elemento a disposición, incluso una simple roca y una gaviota indefensa. Admirable también el cuidado en crear un tiburón muy realista e inquietante no solo por su aspecto y sus enormes fauces, sino también por su marcada astucia con la que sostiene una guerra antes que nada psicológica con la desafortunada Nancy. El resto luego lo hace el extraordinario paisaje paradisíaco que se convierte en un perfecto teatro de terror y muerte del cual queda fuera cualquier tipo de incursión en el gore, como se esperaría en estos casos, a demostración de cómo la tensión sea el ingrediente principal en el que apunta el director español.
Sin embargo, la película no está exenta de algunos pequeños defectos, sobre todo la inclusión de personajes secundarios que afectan el carácter intimista de la trama e invaden un ring ideal reservado a los dos protagonistas Nancy y el tiburón. Descuidos que no afectan en conjunto el buen resultado de esta "Paradise Beach- Dentro de la pesadilla" que ve también la consagración definitiva de una sorprendente Blake Lively que, además de destacar por la belleza de su físico en traje de baño, demuestra saber llevar toda la película sobre sus hombros como lo haría una gran actriz.
Collet-Serra ha acertado de nuevo y su película está destinada a permanecer como un buen punto de referencia para un género, el beat-movie, en leve resurgimiento - o al menos eso se espera.