RG
Roberto Giacomelli
•Los Ángeles. Lexi acaba de ir a trabajar cuando su marido Brad se entera de que han explotado unas "dirty bombs" (bombas de baja potencia explosiva pero cargadas de gas tóxico) en el centro de la ciudad. El centro de Los Ángeles es inmediatamente considerado una "zona roja" y Brad, preocupado por su mujer, se sube al coche para ir a su encuentro. Todas las carreteras están vigiladas por agentes con máscaras antigás que no permiten a nadie entrar o salir de la zona radiactiva. Las autoridades aconsejan a los ciudadanos que se refugien en sus casas y cierren bien todas las puertas y ventanas, sin dejar entrar a nadie. Brad sigue el consejo y se atrinchera en casa, pero poco después regresa Lexi, cubierta de cenizas radiactivas. La mujer suplica a su marido que la deje entrar. ¿Qué hacer?
En los últimos años estamos asistiendo a una verdadera invasión de películas que tratan el tema del contagio, del desastre viral y del miedo a los atentados terroristas. Una tendencia así era inevitable desde el 11 de Septiembre, que ofreció temas de reflexión y historias que contar a la industria cinematográfica, influyendo en gran medida en el género fanta-horror. Pero si el inmediato post-11/09 era tímido a la hora de tratar temas que pudieran herir los sentimientos de quienes habían vivido realmente el horror, en el tardío post-11/09, en el que nos encontramos actualmente, ese pudor parece haberse disipado y las películas que cuentan, de manera más o menos explícita, los miedos de la sociedad americana (pero no solo) abundan.
En el caso de "Right at your Door" no estamos exactamente en el campo del horror de contagio como en "28 días después" o "[REC]", y no estamos en territorio de horror, sino más bien en el género dramático. "Right at your Door" es una pesadilla de habitación, una pequeña película que no busca asustar al espectador, sino que se centra en el miedo que los personajes protagonistas sienten ante una situación de peligro realista.
Todo comienza con una alarma de bomba frenética e inquietante, la movilización de un hombre que acaba de enterarse de la noticia de una catástrofe ocurrida precisamente en el lugar donde su mujer se movía. La agitación, el énfasis, el histerismo controlado de un hombre preocupado se representan aquí de manera creíble, realista, al igual que el desarrollo completo de la película. El ritmo es creciente, angustioso, a veces martilleante, enfatizado por el comentario radiofónico omnipresente, hasta llegar a la situación que representa el núcleo de la historia, la idea de la que probablemente el director y guionista Chris Gorak partió para construir toda la película. ¿Debe prevalecer el instinto de supervivencia o el afecto por una persona querida? Si al principio Brad está claramente motivado por el amor altruista, con el paso de los minutos y el agravamiento de la situación es el amor propio el que parece prevalecer y así comienza la odisea a dos de quien sabe que está condenado y de quien se siente culpable por no tener poder de salvación sobre el prójimo.
Una vez que la idea ganadora ha sido puesta en escena, sin embargo, nos encontramos frente a un bloqueo, una de esas situaciones de estasis narrativo prolongado del que aparentemente no se puede encontrar una salida. En este punto, "Right at your Door" comienza a ralentizar progresivamente el ritmo de acción y narrativo, repitiéndose, arrugándose y volviéndose a veces incluso pesado. Afortunadamente, Gorak demuestra que no tiene solo un núcleo narrativo ganador y cierra la película con un final increíble, una de esas conclusiones que por sí solas valen la pena ver la película.
Chris Gorak es un factótum del cine: ha desempeñado el papel de director artístico para Terry Gilliam, los Coen, David Fincher e incluso Spielberg; ha sido actor, efectista y más, pero con "Right at your Door" debuta como director y guionista. Su estilo en esta película es minimalista y realista, tanto en lo que respecta a la puesta en escena como a la narración. Todo ocurre en el interior/exterior de una vivienda y los personajes involucrados son el mínimo indispensable. Es difícil imaginar una película catastrófica sin escenas de pánico masivo y destrucción, y sin embargo en este caso no hay multitudes gritando ni fachadas de edificios que arrasan a los transeúntes. El horror siempre se sugiere, se describe por el locutor de la radio que parece emular a Orson Welles de "La Guerra de los Mundos", y al igual que en ese famoso caso mediático, es lícito preguntarse si el peligro es real o si todo puede resolverse como un simple caso de alarmismo preventivo.
"Right at your Door" es una película que hay que ver sobre todo para disfrutar de un punto de vista diferente sobre la situación cinematográfica clásica de la catástrofe, es un producto anómalo dentro de un género demasiado explotado y ahora en una condición de preocupante homogeneización.