RG
Roberto Giacomelli
•La joven y rica Lauren una noche va a una discoteca con sus amigos, pero después de haberse aislado en el auto con un chico que acaba de conocer, es secuestrada por un hombre que primero mata a su pareja. Michelle, madre de Lauren, después de consultar a un investigador privado que la dirige al sector del tráfico de mujeres, decide emprender una investigación personal en el mundo del porno, llegando incluso a sospechar que su hija fue secuestrada para participar en una película snuff.
Con "Snuff Killer" nos encontramos en pleno período "La Perla Nera", nombre de la casa de producción de Gianni Paolucci que financió todas las últimas películas de Bruno Mattei, es decir, las peores cosas que el director romano haya realizado en su vida. "Snuff Killer" no escapa a la regla y se presenta como un producto visualmente pésimo y contenutisticamente estéril, rodado presumiblemente solo por motivos "alimentarios".
El empaque es de lo más sórdido, basta pensar que la calidad de video del digital utilizado hace parecer "Snuff Killer" a esos tristes films hard rodados directamente en video que circulaban a principios de los años 90, con escenas fotográficamente sobreexpuestas y interiores claramente reconstruidos (mal) en algún escenario; y el DVD con marca CVC que circula en Italia no hace más que acentuar los defectos, grano de la imagen incluido.
Como es costumbre en un cierto Mattei con falta de ideas, demasiado frecuente en sus últimos veinte años de carrera, la película es una descarada copia de un famoso blockbuster hollywoodiano, en este caso le tocó al buen thriller firmado por Joel Schumacher "8mm: Delitto a luci rosse". Hay que subrayar, sin embargo, que en este caso no toda la harina es del saco de Schumacher, porque un poco sin duda también pertenece a Paul Scharder, ya que "Snuff Killer" toma prestado de "Hardcore" (otra película conocida sobre el mundo del porno y del snuff) el inicio, modificando solo el sexo del protagonista, de masculino a femenino. Bueno, la identidad de género de la protagonista y el final improbable son harina del saco de Mattei, autor también del sujeto y del guion. Las embarazosas similitudes con la película de Schumacher no se limitan a la pedante evolución de la investigación, sino también a la reproposición de escenas fotocopia (la protagonista que visiona un snuff recién comprado y se da cuenta de que es falso, por ejemplo) e incluso al uso de algunas frases, como la famosa "Si bailas con el diablo, el diablo no cambia. ¡Es el diablo quien te cambia!", pronunciada por Joaquin Phoenix en la película original y aquí puesta varias veces en boca de un personaje similar.
En comparación con otras malas películas de Mattei, se puede reconocer a "Snuff Killer" un mínimo de investigación y cuidado en la gestión de los encuadres, cosa que, desafortunadamente, no logra salvar una película que no tiene realmente nada que decir, además de aburrida y interpretada por los mismos actores-perros que pueblan las producciones "La perla nera". En el papel de la protagonista está Carla Solaro, actricita de escasas dotes interpretativas que ha trabajado a menudo con Tinto Brass (en "Fermo Posta", "Senso '45" y una aparición en "Paprika") y ha mostrado cada abundante centímetro de su piel en calendarios y revistas para hombres solos.
A pesar de la protagonista y el tema "hot", "Snuff Killer" se centra menos de lo esperado en la componente erótica, resultando pudoroso incluso en el aspecto de la violencia.
Como con todas las otras películas de Bruno Mattei de los últimos años, el consejo es evitar la visión de "Snuff Killer", así que recordar al difunto director por sus obras más famosas que lo han hecho de culto entre los aficionados al horror.
