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Roberto Giacomelli
•1957. En el campamento de Crystal Lake, un niño, Jason Voorhees, se ahoga en el lago. Un año después, dos animadores del campamento son sorprendidos en actitudes amorosas y asesinados. Desde entonces, el campamento se cierra hasta que, aproximadamente veinte años después, un grupo de chicos y chicas se comprometen a restaurarlo para una nueva apertura, a pesar de que se dice que sobre ese lugar pesa una maldición. Desde el momento en que los chicos ponen un pie en Crystal Lake, comienza una cadena de asesinatos atroces a los restauradores.
"Viernes 13" es probablemente la película slasher más famosa que recuerda la historia del cine y, aunque no es la iniciadora del género (atribuido históricamente a "Black Christmas" de Bob Clark), es seguramente la consagradora. De hecho, "Viernes 13" fue un éxito planetario:
costó solamente 500.000 $, recaudó una cifra tan alta entre taquilla y posterior vídeo doméstico (además del aprovechamiento de la marca), que animó a los productores a continuar la saga hasta diez títulos más, más un crossover con la saga "Nightmare". El caso más clamoroso de longevidad para una saga cinematográfica de terror.
"Viernes 13" tiene el mérito de haber llevado a consecuencias extremas y explícitas las reglas del slasher, ya expuestas en "Halloween – La noche de las brujas" de John Carpenter. En estas películas hay, de hecho, los elementos clave para la construcción de una película slasher perfecta, que luego serán analizados y deconstruidos en el craveniano "Scream", verdadero manifiesto del género. Los slashers son productos con un público potencial de adolescentes, por lo que los protagonistas deben ser adolescentes para permitir una mayor identificación, aunque generalmente aparecen antipáticos y físicamente atractivos;
al además, los slashers, inconscientemente, se han hecho portadores de un mensaje moralista y conservador destacado, dado que los numerosos asesinatos ocurren siempre en perjuicio de jóvenes representantes de una adolescencia desviada: quien tiene sexo o hace uso de alcohol y drogas muere, mientras que quien se salva habitualmente es el personaje (generalmente una chica) que no se ha dejado corromper por estos pecados veniales. Los asesinatos luego ocurren habitualmente con arma blanca y son llevados a cabo preferiblemente por un psicópata/a con el rostro oculto por una máscara. "Viernes 13" es justamente el portavoz de todas estas reglas, pero, como se ha dicho, debe mucho al precedente "Halloween – La noche de las brujas", empezando por la idea de utilizar un título inmediato y sugerente (ambos títulos se refieren a días particulares del año), para luego pasar al body-count y a la elección de un comentario musical (obra de Henry Manfredini) obsesivo e inquietante, pasado a la historia del cine de terror así como el más sugerente motivo de "Halloween".
A pesar de los enormes méritos históricos, sin embargo, "Viernes 13" no contiene características que puedan consagrarlo también a nivel artístico. La dirección de Sean S. Cunningham, aunque profesional, no presenta elementos destacados (muy lejos de la elegante prueba que dos años antes había dado Carpenter en "Halloween", ahora punto de comparación inevitable), aunque el estilo voyeurista de algunas tomas es apreciable por la capacidad de hacer identificarse al espectador con la presencia indefinida (e indefinible) que se mueve entre los árboles del bosque. El guión, según la propia afirmación de Cunningham, es solo un pretexto para la puesta en escena de brutales asesinatos y para construir un giro de escena final decente.
Un mérito adicional del film va a los excepcionales efectos de maquillaje obra del maestro Tom Savini, que pone en escena asesinatos muy realistas. El reparto cuenta con una inquietante Betsy Palmer en el papel de la señora Pamela Voorhees; Adrienne King, en el papel de Alice, la protagonista; y un jovencísimo Kevin Bacon en su debut cinematográfico.
Una película imprescindible para quien quiera acercarse al mundo del terror cinematográfico: gran importancia histórica y asegurado el entretenimiento del espectador.
Y recuerden: si alguien les preguntara quién es el asesino de "Viernes 13", tengan mucho cuidado con lo que responden.