CARRIE

Carrie White es una adolescente criada por una madre extremadamente devota a la religión que le prohíbe cualquier placer de la vida: divertirse es pecado, ser mujer es pecado. Completamente ajena a las fases fisiológicas normales del cuerpo humano, Carrie una mañana tiene su primera menstruación en las duchas de la escuela y, creyendo que está muriendo, se convierte en el objeto de burlas de sus compañeras. A partir de ese momento, la chica se dará cuenta de que también ha desarrollado habilidades paranormales que le permiten mover objetos con el poder de la mente. Mientras tanto, se acerca la noche del baile escolar de fin de año y las compañeras de Carrie deciden gastarle una broma para humillarla delante de toda la escuela, sin saber que al hacerlo podrían desatar su ira destructiva. En 2002 se produjo en sordina un remake televisivo del famoso "Carrie - La mirada de Satán", primera adaptación cinematográfica de Brian De Palma de una novela exitosa de Stephen King. David Carson, director de televisión de numerosas series (varios episodios de "Beverly Hills 90210", "Star Trek" y "Smallville"), se encuentra al timón de este proyecto y lo conduce todo con un toque televisivo inevitable, pero manteniéndose bastante fiel a la novela de King. No hace falta decir que nadie sentía la necesidad de un remake del ya perfecto film de De Palma; ya a finales de los años '90 se había intentado repetir la misma historia en una secuela ("Carrie 2 - La furia"), con modestos resultados comerciales pero con un éxito cualitativo insospechado, pero con este nuevo intento se ha caído abundantemente en el ridículo involuntario. El mayor defecto de este nuevo "Carrie" es su naturaleza televisiva que hace poco creíble cualquier cosa espectacular que se pretenda realizar, sobre todo a causa de una fotografía fastidiosamente brillante, algunos diálogos demasiado planos y algunos actores poco adecuados para los papeles que se les asignaron. En más de una ocasión se elige seguir con fidelidad la novela original, introduciendo escenas que De Palma había decidido acertadamente no rodar porque, aunque funcionales sobre el papel, resultan ridículas cuando se filman, como ocurre con la lluvia de meteoros causada por una Carrie aún niña, o la muerte de la madre de Carrie por simple paro cardíaco. Además, se recurre con frecuencia (especialmente en la parte final exagerada y apocalíptica) a la gráfica por computadora que no está a la altura, lo que convierte situaciones altamente dramáticas en situaciones simplemente ridículas. Una nota particular de desmérito va a la desafortunada elección de modificar por completo el final original, transformando la conclusión sorprendente y triste que todos conocemos en un chiste risible que, en el intento de sorprender al espectador, solo logra irritarlo. El reparto también resulta parcialmente equivocado: Angela Bettis es una actriz decente, pero es demasiado exagerada al caracterizar a su Carrie White, más cercana a una parodia de la original que a una reinterpretación; indudablemente, Patricia Clarkson también es una buena actriz en el papel de la madre de Carrie, pero está demasiado lejos de la interpretación inquietante que ya había dado Piper Laurie en la película de 1976. Totalmente inadecuado es Tobias Mehler en el papel de Tommy Ross, porque muestra visiblemente sus años para interpretar a un adolescente. A pesar de los muchos defectos mencionados anteriormente, la película mantiene al espectador entretenido sin aburrirlo nunca y, si por un momento se olvida de su ilustre predecesor, incluso puede divertir; pero sigue siendo una obra inútil y fallida.