DEATHWATCH

1917, Inglaterra. Un pelotón de soldados ingleses están comprometidos en la defensa del territorio contra los invasores. Después de perderse en la niebla tras una retirada consecuencia de un feroz intercambio de disparos, el equipo de militares se encuentra sobre una trinchera alemana. Después de matar a algunos soldados encontrados en los alrededores y hacer prisionero al último, el pelotón inglés decide acampar justo en esa trinchera y defenderla. Pero una presencia maligna se esconde entre el fango y los cadáveres en descomposición, llevando a los soldados a ponerse unos contra otros. Recuperado solo para el video casero por la siempre excelente No Shame, "Deathwatch" es un horror bélico inglés de 2002 que se sirve de una idea fascinante para dar vida a una película casi nada lograda. El horror bélico es un verdadero subgénero que en estos últimos años crece a ritmo exponencial, dando vida a películas a veces de gran calidad (Dog Soldiers). Este "Deathwatch" se acerca más a ese tipo de películas que hacen del horror solo un pretexto para construir un thriller dramático en el que los verdaderos protagonistas no son los sustos sino las psicologías de los personajes, soldados frágiles en el ánimo, desmotivados, a merced de los horrores de la guerra. Ya "The Bunker" y "Below" se habían aventurado en estos territorios, obteniendo resultados discretos, ahora, con este "Deathwatch" se da un paso atrás cualitativo para encontrarse frente a un producto que realmente no tiene nada o poco que contar al espectador (a veces se tiene la impresión de volver a ver "The Bunker") y además se vale de un ritmo a veces demasiado lento e incapaz de mantener la atención. El mal que se esconde en la trinchera es completamente abstracto: una especie de espíritu maligno que no se sabe quién es, qué es, qué quiere y por qué se comporta de una determinada manera. No tiene una técnica bien precisa con la que actuar, a veces los personajes parecen poseídos, luego los objetos cobran vida... ¡otras veces son los cadáveres los que cobran vida! En resumen, no se ha logrado hacer mínimamente interesante el aspecto antagonista de la historia. Gran defecto de "Deathwatch" es luego el guión, demasiado indeciso sobre qué camino tomar (thriller o drama bélico?) e incapaz de gestionar con eficaz sinergia los temas tratados; además, se encuentran varios agujeros que culminan con un final molesto y chapucero en equilibrio entre el sermón moralista y el puro, irritante, sinsentido. Ciertamente no hay que considerar "Deathwatch" un completo desastre, ya que algunos puntos decisivos se los gana de todos modos. A la buena dirección de Michael J. Bassett, se une una fotografía realista y cuidada, así como un reparto de todo respeto que cuenta entre los rostros conocidos el jacksoniano Andy Serkis (el Gollum de "El Señor de los Anillos") y Jamie Bell ("Billy Elliot"), atrapado ahora en los papeles de adolescente a pesar del avance de la edad. De seguro impacto visual, así como acertada como idea, es la elección de hacer protagonista de algunas secuencias el alambre de púas que adorna la trinchera; metal puntiagudo hecho vivo y capaz de infligir dolorosos daños, como sucede en una escena lograda de sabor casi barkeriano. En general, con "Deathwatch" se tiene que lidiar con una película que se puede ver, pero francamente inútil. Decepcionante.