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Roberto Giacomelli
•En el complejo residencial donde vive Jesse ocurren cosas extrañas relacionadas con Anna, la misteriosa inquilina del sótano que todos consideran una bruja. Cuando Anna es encontrada muerta asesinada y el responsable parece ser el joven Oscar, Jesse y su amigo Héctor comienzan a interesarse por los eventos. Una noche, los dos se cuelan en el apartamento de Anna y encuentran objetos rituales extraños y también fotos de Jesse. La mañana siguiente, el chico tiene una extraña marca en el brazo, una especie de mordedura, y ha desarrollado capacidades fuera de lo normal que le confieren una fuerza sobrehumana y la capacidad de abolir la ley de la gravedad. Pero obviamente estas facultades tienen su precio…
Si en 2007 le hubieran dicho a Oren Peli que su "película" que en ese momento circulaba por los campus universitarios, sería una de las películas más rentables de la historia del cine contemporáneo y daría lugar a una larga saga de culto, probablemente ese joven que se dedicaba a diseñar videojuegos se habría reído. Sin embargo, ese éxito, que la leyenda atribuye a las fobias cinematográficas de Steven Spielberg, llegó realmente y "Paranormal Activity" se convirtió en la película de terror más vista, imitada, parodiada, amada-odiada, de la historia reciente del cine, generando tres secuelas – hasta ahora, pero un "Paranormal Activity 5" está en producción – un spin-off espurio titulado "Tokyo Nights" y un spin-off oficial fuertemente deseado por el mismo Oren Peli y el socio/productor Jason Blum, "El Marcado".
La idea detrás de "El Marcado", que en su versión original se llama "Paranormal Activity: The Marked Ones" revelando su conexión con la saga, es crear un capítulo que se aparte de la trama principal para abrir nuevos horizontes narrativos a explotar en el futuro de la serie y quizás hacer converger en la historia que hemos visto en los cuatro films anteriores. Al mismo tiempo, Blum y Peli tuvieron la idea de dedicar este capítulo a la cultura latinoamericana, ya que una parte realmente significativa del público potencial estadounidense está compuesta por hispanos.
El resultado es agradable, muy desenfadado, rico en acción y dedicado al "cachondeo" en mayor medida de lo que se ha visto hasta ahora en esta saga.
En primer lugar, por primera vez en la serie de películas "Paranormal Activity" no hay grabaciones de cámara de circuito cerrado, no hay escaneo numérico de las noches y no hay un solo lugar como despliegue de las presencias sobrenaturales. Pero tampoco hay el interesante giro tecnológico de "Paranormal Activity 4" con webcam, smartphone y Kinect. Las grabaciones son proporcionadas por una simple videocámara Handycam HD que los protagonistas llevan siempre consigo, dondequiera que vayan, grabando sus travesuras y su cotidianeidad. Bajo este aspecto, "El Marcado" es un paso atrás en términos de innovación, se recuesta sobre estilos y lenguajes ampliamente utilizados en el pasado y en otros lugares, pareciéndose a un mockumentary cualquiera. Casi no parece ver una película de la saga "Paranormal Activity" y esto se deriva también de la vía temática emprendida por la película, más dedicada a la comedia juvenil y a la acción, tanto que en un primer momento parece casi estar en los territorios de "Project X" que en cierto momento se contamina con "Chronicle" por la deriva casi superheróica dada por los "superpoderes" que adquiere Jesse.
Hay ritmo, mucho ritmo, en "El Marcado", aboliendo completamente la repetición estática y la espera que eran características peculiares de los capítulos anteriores. Jesse y Héctor hacen cosas de adolescentes americanos, un poco tontos como los medios siempre nos los han descrito, todo condimentado con algunos tímidos guiños a la superstición de los pueblos latinoamericanos que se une de manera casi perfecta con lo que conocemos de los otros capítulos de la saga, con la adición de algunos elementos que contribuyen a crear una interesante mitología en torno al demonio y al culto de quienes lo veneran.
Como ocurrió en "Paranormal Activity 4", "El Marcado" tiene un corte de teen-horror mucho más cinematográfico que en el pasado, es decir, se percibe una arquitectura bien precisa que toca las etapas clásicas de la narración cinematográfica, yendo así a disminuir ese halo de realismo que esta saga inicialmente quería crear. Ahora, toda presunción de "verdad" ha ido a pique, hay conciencia, y el hecho de que los personajes continúen grabando incluso en los momentos de peligro, parece casi una elección bien precisa que tiende a subrayar la intención de entretenimiento cinematográfico, abandonando cualquier intento de justificación. El mockumentary se ha convertido en un estilo absorbido perfectamente por el terror y por los espectadores, no es necesario preocuparse más del porqué y del cómo ciertas imágenes hayan llegado a la pantalla.
Hay que decir, sin embargo, que el espectáculo de entretenimiento puro que está en la base de "El Marcado" va a incidir en el éxito más propiamente de terror del producto. Aquí hay jóvenes criminales tatuados que empuñan escopetas de bombeo y Uzi para hacer saltar cabezas, a ratos la frontera del ridículo es peligrosamente rozada y los sustos son tan conocidos y previsibles que ni siquiera hacen mover un párpado al espectador. Es decir, lo que en (casi) todos los "Paranormal Activity" funcionaba, con ese sentido de terror angustiante dado por presencias invisibles que pueblan nuestra cotidianeidad, aquí está completamente anulado y voluntariamente omitido para dejar paso al fanfarrón. Se divierte, esto es innegable, pero de sustos ni la sombra.
De todos modos, mejor algún kilo de "buuu" de bajo coste y acción de chiste que las soporíferas grabaciones de la bomba de la piscina de "Paranormal Activity 2" y las extrañas conexiones que el director y guionista Christopher Landon avanza en relación con el primer capítulo abren infinitos "worm" narrativos futuros.
Si saben estar al juego, apreciarán.
Voto redondeado por exceso.
