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Roberto Giacomelli
•Un adolescente negro que vive en el gueto se cuela, junto con dos ladrones adultos, en la enorme casa donde viven los propietarios de la mayoría de los apartamentos del gueto. Circulan extrañas habladurías sobre los dos dueños de la casa y sobre lo que vive en las paredes de su vivienda, y los intrusos descubrirán a su costa que muchos de los rumores sobre ellos no son leyendas urbanas. Mami y Papi (éstos son los nombres con los que se llaman) son en realidad hermano y hermana que practican el incesto y el canibalismo, además tienen el hobby de raptar chicos para encontrar a su hijo ideal; solo que los chicos o hablan, o ven o oyen demasiado, acabando así mutilados como castigo y encerrados en el sótano. Será tarea del joven ladrón negro sobrevivir a los dos verdugos y poner fin al horror.
Aprovechando una escenografía sugerente y claustrofóbica de sabor vagamente gótico, Wes Craven logra confeccionar con "La casa negra" una película conseguida construida como un cuento... negro como el carbón, naturalmente. De hecho, el eco gótico y surrealista se puede apreciar en más de una ocasión, comenzando por la casa misma en la que se desarrolla la película, representada como una pequeña fortaleza, inaccesible desde el exterior e imposible de violar desde el interior, como si se tratara de un castillo medieval inexpugnable, cuyo único punto débil son las intersticios, donde se pasea libremente uno de los chicos mutilados que escapó del control de Papi. También los dos antagonistas de la historia están dibujados como si se tratara de personajes salidos de la pluma de los hermanos Grimm: él es alto y fuerte, dedicado al canibalismo y orgulloso de llevar un inquietante traje sadomaso para perseguir a los intrusos: un verdadero ogro. Ella, en cambio, tiene el aspecto clásico de una bruja: pómulos marcados, dedos huesudos y mirada alucinada. Dignos de mención son sin duda los efectos de maquillaje con los que se representó a los habitantes del sótano (similares a zombis) y el departamento de gore, que se jacta de despellejamientos y mutilaciones varias.
Al tratarse de una película de Craven, que también cuidó el guion, naturalmente no faltan referencias político-sociales. Una vez más, la familia es vista como una institución aberrante que crea monstruos (un tema querido por Craven, como por Hooper, del que ha dado prueba en innumerables de sus películas), en este caso la familia (no-familia quizás debería decirse) está compuesta por dos hermanos incestuosos y capitalistas, secuestradores y caníbales, muy cercanos a la no-familia de criminales en "La última casa a la izquierda" y quizás su evolución/descomposición. Además, especialmente en la parte final, "La casa negra" se compromete en un epílogo anticapitalista que involucra la revuelta de los habitantes del gueto contra los "verdugos" de la clase alta, con una lluvia de dólares profética.
El reparto que compone la película cuenta con nombres queridos a la tradición del horror: el chico protagonista, Brandon Adams, volverá en "Killer machine"; Papi, Everett McGill, ya había aparecido en "Un único testigo" y en la serie "Twin Peaks"; Mami, Wendy Robie, vista también en "Twin Peaks" y posteriormente en "Vampiro en Brooklyn" y "The dentist 2".
En conclusión, "La casa negra" es un ejemplo conseguido de horror de cuento de hadas rico en referencias a la condición social que alimenta los enfrentamientos/enfrentamientos entre clases; así como una película bien estructurada y bastante divertida. Para ver y revalorizar.
