MC
Marco Castellini
•Una niña muestra los síntomas de una enfermedad desconocida; la madre, después de haberla hecho examinar por los mejores médicos sin ningún resultado, busca ayuda en un joven sacerdote que entiende que la pequeña está endemoniada. Con la ayuda de un prelado exorcista anciano, el joven sacerdote logrará expulsar al demonio del cuerpo de la niña, pero a un precio extremo. Una película que ha marcado de manera indeleble todo el género de terror y más allá, entrando a formar parte de la historia del cine mundial. Probablemente se trata de la película que ha asustado a más espectadores en el mundo, no es de extrañar que numerosos sondeos aparecidos en las revistas de cine más importantes como "Entertainment Weekly" y "Total Movie" lo hayan declarado "la película más aterradora de todos los tiempos". Las primeras proyecciones en la sala fueron acompañadas por una serie de "incidentes" con personas que se desmayaron y gente que salía de la sala presa del pánico, hasta el punto de que la película fue prohibida para personas con problemas cardíacos. Basada en la novela de William Peter Blatty, que documentaba de manera más o menos veraz un caso de posesión ocurrido en Maryland en 1949, la película fue escrita por el mismo autor. Una dirección excelente, interpretaciones perfectas (Linda Blair y Max Von Sydow entre otros), efectos especiales y trucos superlativos, todo impregnado de una atmósfera extremadamente inquietante. Hay que decir que Friedkin, que cuidó meticulosamente la realización del maquillaje y los efectos especiales, se centró más en la tensión, en una especie de "suspense programado". Basta pensar que durante la primera hora de la película no pasa casi nada. ¡Y sin embargo, los espectadores se quedan pegados a sus asientos esperando al "Diablo", evocado mediante pequeños señales (ruidos, apariciones fugaces, incluso imágenes subliminales)! En el año 2000, veintisiete años después de su estreno, se volvió a proyectar en los cines en una versión restaurada, con audio digital y enriquecida con once minutos inéditos. La obra maestra de Friedkin se ve, si es posible, aún mejorada gracias a la mayor calidad audiovisual respecto a la versión original y a la adición de algunas escenas inéditas que, aunque por su brevedad y fragmentariedad son en su mayoría despreciables (en su mayoría apariciones fugaces del Demonio y breves añadidos a algunos diálogos que solo los espectadores más atentos lograrán identificar), dan sin embargo nueva vida a la película. Mención aparte merece la secuencia inédita más famosa y reconocible, la famosa "spider walk" en la que la pequeña Regan (Linda Blair) baja las escaleras de la casa caminando sobre el lomo a cuatro patas como si fuera una araña. Se trata de una escena bien concebida que resulta perturbadora y angustiosa aunque sea brevísima. El mismo Friedkin, entrevistado para el lanzamiento de esta nueva edición de su película de culto, confesó haberse arrepentido de haber cortado (impulsado por problemas técnicos de realización) esta secuencia en la primera versión de la película, sin hacer caso al guionista Blatty que, en cambio, creía mucho en el impacto visual que tendría en el espectador. Se trata del único film de terror en la historia del cine que puede presumir de ocho nominaciones a los Oscar (ganó luego solo el de mejor guion y mejores efectos de sonido), una obra maestra absoluta que ¡debe verse absolutamente! Curiosidad: son múltiples las leyendas y anécdotas vinculadas a la realización de la obra maestra de Friedkin. Les señalamos dos en particular. A petición del propio director en el set se convocó al padre jesuita Thomas Bermingham, al cual se le pidió incluso realizar un exorcismo para liberar al equipo de la influencia del Maligno, después de que se habían producido una serie de incidentes (la desaparición de algunos objetos, una mala caída de la actriz Ellen Burstyn y hasta un incendio que provocó nueve muertes). Pero "El Exorcista" no tuvo paz ni siquiera una vez terminado: el pastor evangélico Billy Graham afirmó que el demonio en persona se había apoderado de esa película y que, por lo tanto, era necesario exorcizar una a una todas las copias de la película.