MAD In Italy backdrop
MAD In Italy poster

MAD IN ITALY

2011 IT HMDB
enero 1, 2011

L’economia globale è colpita dalla crisi economica americana e importanti cambiamenti politici sembrano stravolgere i governi. In un paese scosso da alterazioni sociali c’è Davide, un trentenne che vive in una casa isolata persa tra le colline del centro Italia. Licenziato dal lavoro, Davide si mette alla ricerca di un modo per sfogare con violenza tutte le frustrazioni di una vita trascorsa tra occupazioni precarie e la rigida educazione di un padre-padrone. Ispirata a reali fatti di cronaca MAD IN ITALY ci trascina in una realtà agghiacciante e disturbante, in grado di scuotere le nostre certezze e di esaminare con piglio analitico aspetti della deviazione mentale e della paura.

Directores

Paolo Fazzini

Reparto

Gianluca Testa, Eleonora Bolla, Giovanni Maria Buzzatti, Andrea De Bruyn, Philippe Guastella, Rodolfo Medina, Paolo Sciamanna, Maurizio Vannicola
Horror Thriller

RESEÑAS (1)

RG

Roberto Giacomelli

Davide es un joven almacenista que vive solo en la casa de campo que le dejó su padre. Pero un día, Davide es repentinamente despedido y su mundo se derrumba. En dificultades económicas y sin éxito para encontrar otro trabajo, el joven decide secuestrar a la hija joven de un industrial para pedir un rescate. Pero las cosas se complican y la mente de Davide parece invadida por peligrosos demonios. Del dossier de prensa de "Mad in Italy" podemos leer: La economía global está afectada por la crisis económica estadounidense y cambios políticos importantes parecen alterar los gobiernos. [...] Inspirada en hechos reales, MAD IN ITALY nos sumerge en una realidad escalofriante y perturbadora. Y este puñado de frases puede resumir eficazmente el punto fuerte del largometraje de esordio de Paolo Fazzini, un thriller que encuentra su originalidad en la voluntad de infiltrarse en lo social, en una situación crítica que afecta a Italia (y no solo), especialmente en lo que respecta al precariado juvenil, que a menudo empuja a quienes lo sufren a acciones reprobables. Pero lo curioso es que "Mad in Italy" ha logrado predecir este fenómeno, anticiparlo, ya que se rodó cuando la palabra "crisis" aún no era de uso común y teniendo la suerte de estar listo para el público justo a "crisis en curso". Es interesante el uso de un tema arraigado en lo social como el desempleo juvenil para iniciar un thriller que no habría disgustado al público de ciertos noir italianos de los años 70, con constantes referencias a una "italietta" como la actual que obliga a las personas a cometer acciones terribles para "sobrevivir". Sin embargo, este aspecto social que marca la diferencia en una película que sigue siendo de género es quizás más relegado a las intenciones que a los hechos. "Mad in Italy" se inspira en estos eventos, que se declaran al inicio de la película como reales, y plantea varios "recuerdos" con los intentos – fallidos – de Davide de buscar trabajo en empresas que priorizan un título universitario (como si esto, en la realidad, fuera realmente suficiente...). Por lo demás, sin embargo, se tiene la impresión de que la película se divide de manera demasiado neta en dos almas que no logran coexistir con naturalidad: por un lado, tenemos este halo de compromiso social que parece casi sofocar todo y a todos, por otro, un espíritu de película de género que querría poner en escena la historia de un "loco" que secuestra a una chica. Las dos caras no parecen ser de la misma moneda y la película parece tener dificultad para arrancar, avanza continuamente a trompicones y finalmente se concluye casi como un no evento, en un sentido u otro. Ver al protagonista deambulando por entrevistas de trabajo, traficando drogas y cuidando a una chica amordazada y atada nos dice una cosa, que quizás es la verdadera razón de ser de la película. Pero encontrar luego al mismo personaje perseguido por visiones inquietantes que parecen surgir de una ghost story de Takashi Shimizu o jugar a ser un psicópata destripando y golpeando a desdichados, nos dice otra cosa y esta otra cosa, en el contexto de la película, es intrusa, disonante, haciendo que el componente de terror de "Mad in Italy" sea superfluo y gratuito. La puesta en escena, sin embargo, es decididamente meritoria, con una bella fotografía – cuidada por Mirco Sgarzi – que alterna cortes de luz realistas con otros que prefieren gelatinas de colores de memoria baviana. También la banda sonora sabe hacerse recordar, gracias a sonidos electro-pop que subrayan de manera original las imágenes. Bueno el trabajo de los actores, que gira principalmente en torno a los dos protagonistas Gianluca Testa, con una mirada suficientemente perturbada y alucinada para hacer creíble su personaje, y Eleonora Bolla que algún tiempo después será coprotagonista en "Come è bello far l'amore" de Fausto Brizzi, que ofrece una interpretación muy convincente para la chica secuestrada. En conclusión, "Mad in Italy" se muestra como una película con grandes potencialidades no del todo expresadas, quedándose más en el plano conceptual que en el factual. Quizás habría sido más sabio trabajar de sustracción en el guión dando una identidad mayor a una película que quiere ser de "peso" pero que declara continuamente su pertenencia al universo del terror, que quizás aquí no encajaba mucho.