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Roberto Giacomelli
•Walter Sparrow es un hombre tranquilo y feliz: tiene un trabajo seguro como atrapa-perros, una hermosa esposa, un hijo adolescente y una casa cómoda. El día de su cumpleaños, sin embargo, un contratiempo con un perro un poco vivaz lo hace llegar tarde a su cita con su esposa y esta, mientras espera, encuentra y compra en una tienda de libros usados una novela titulada "The Number 23" y se la regala a su marido. Desde el momento en que Walter comienza a leer la novela, su vida sufrirá un cambio drástico porque lo que está escrito entre las páginas de "The Number 23" aparecerá al hombre como su propia vida novelada. Además, al igual que el protagonista de la novela, Walter comenzará a obsesionarse con el número 23, una cifra que parece reaparecer con fuerza en todo lo que lo rodea.
23 son los grados de inclinación del eje terrestre; 23 es el número de puñaladas que mataron a Julio César; el 23 es el día de nacimiento de Charles Manson; 2012 (20 + 1 + 2 = 23) es el año en que terminará el mundo según una profecía maya; 2:3 hace 0,666, es decir, el número del diablo.
Estas y muchas otras son las razones que llevan a Jim Carrey en la película y con él a muchos estudiosos de la numerología en la realidad a preguntarse si algo realmente inquietante se esconde detrás del número 23, número primo diabólico que se logra encontrar inexplicablemente en todas partes. El punto de partida de la película es realmente bueno, una de esas ideas que podrían hacer salivar a varios productores "inteligentes" y podrían interesar a gran parte de los fanáticos del género thriller, y de hecho la película, dirigida por el todo-haz Joel Schumacher, parece haber acertado en el blanco.
La paranoia, la obsesión, la locura, son los ingredientes principales que componen "Number 23", bien mezclados con una historia que se desarrolla entre el misterio y el noir, resultando extremadamente cautivadora a pesar de que el ritmo no sea de los más vivos. Sin embargo, hay que decir que la película funciona mejor en su primera parte, cuando el misterio toma forma y la transformación del protagonista, de tranquilo ciudadano todo trabajo y familia en paranoico y perturbado tendiente al uxoricidio, comienza apenas a hacerse presente; en la segunda parte, que comprende la búsqueda del autor de la novela y la resolución del misterio, aunque el giro inesperado y las sorpresas no sean nunca evidentes, la película tiende a uniformarse al thriller de nueva generación que gira en torno al tema de la culpa, perdiendo un poco de la originalidad de los planteamientos. A pesar de eso, "Number 23" funciona bastante bien, su mecanismo no chirría y seguramente no faltará de ser apreciado por quienes buscan historias raras y atmósferas malsanas.
Aunque Joel Schumacher nunca se ha distinguido por un particular estro cinematográfico, resultando uno de los factotum de Hollywood más inflados y activos (produciendo buenas películas pero más a menudo boberías injuzgables), con "Number 23" demuestra una buena capacidad, sobre todo con soluciones visuales muy sugerentes, como las bellas escenas que resumen la novela y el sugerente plano-secuencia digitalizado que muestra la infancia del protagonista. Aplausos, luego, para la fotografía de Matthew Libatique, capaz de rendir de la mejor manera la sensación de extrañamiento y rarefacción que impregnan durante toda la historia. Buena también la prueba de "bad guy" proporcionada por Jim Carrey que demuestra una vez más ser un actor a todo tondo, no solo capaz de hacer reír, sino perfectamente a gusto también en los roles "serios", incluso borderline, como en este caso.
Un thriller sólido, pues, y técnicamente validísimo, que tiene el único defecto en la resolución convencional de los eventos; un final más "loco" habría seguramente ganado puntos a la película.
Para ver.
Curiosidad. La película está sembrada de indicios ocultos que remiten al número 23, entre los más evidentes están: el número civil de la tienda de libros es 599: 5 + 9 + 9 = 23; el número civil de la tienda donde trabaja la esposa del protagonista es 689, cuya suma es 23; la habitación del manicomio es 318: 31 - 8 = 23; 23 es el número de letras que componen "Animal Control Departiment", la compañía para la que trabaja el protagonista; los números de la matrícula del coche de Walter (906 8HT) sumados dan el 23; mientras que en la matrícula del coche de Isaac, el amigo de la familia, aparece claramente la cifra 23.
En América la película fue distribuida el 23 de febrero, en Italia el 23 de abril.
Jim Carrey, fascinado por el número 23 también en la vida, llamó a su casa de producción "JC23".