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Roberto Giacomelli
•Salvaje Oeste. Elmer Winslow es un ex soldado que llega por casualidad a una ciudad donde acaba de ocurrir el primer caso de resurrección de un cadáver, resultado de una maldición que Geronimo lanzó sobre el hombre blanco antes de ser asesinado. Elmer se ve involucrado en una pelea junto con Luke, un vaquero de corazón roto; los dos son arrestados por el sheriff y puestos cerca de la celda donde está encerrado Kermit, un zombi que acaba de masacrar a su familia. Elmer y Luke logran escapar y huyen de la ciudad, perseguidos por el sheriff, su ayudante y un grupo de mercenarios que, mientras tanto, se han convertido en zombis debido al contagio iniciado por Kermit.
Cuando en 2004 Edgar Wright sorprendió a todos con esa joya que es "Shaun of the Dead" (no puedo llamarlo "El amanecer de los muertos dementes"), hizo mucho daño a la industria del horror cinematográfico porque, así como "Scream" en 1996 con los teen-slasher, generó una avalancha de comedias de terror que, desafortunadamente, no se acercan ni de lejos al prototipo. Como se sabe, tanto estiércol ayuda a hacer crecer las flores y así, entre tantos intentos fallidos que nos cuentan de hamburguesas vivientes ("The Mad") y zombis adolescentes a los que se les desprenden los testículos ("Maial Zombie"), llega este "Undead or Alive", que levanta un poco las fortunas de un género de otro modo indefendible.
La película, dirigida en 2007 por el debutante Glasgow Phillips, tiene el gran mérito de evitar cualquier vulgaridad y cualquier chiste de doble sentido, que es generalmente la manera más burda y fácil de hacer reír al público de estas películas, reduciendo además al mínimo el grado de demencia. Por lo tanto, ninguna parodia a los famosos films de zombis, ninguna escena de contenido escatológico, solamente mucha ironía colocada en el momento justo que no hace partir la risa estruendosa, pero mantiene una sonrisa en los labios del espectador desde el inicio hasta el final. Para recordar seguramente la gracia del escupitajo de macho y la divertida prueba de tiro al blanco de Luke. Además, "Undead or Alive" logra fusionar con funcionalidad tres géneros que rara vez se encuentran juntos y es el horror, la comedia y el western, este último verdadera rareza en uso tan explícito. Ya que fundamentalmente "Undead or Alive" es una película western, no solo por ambientación, sino también por temas abordados: encuentro-enfrentamiento con amistad viril consiguiente entre los dos protagonistas; el abuso de la ley; la discriminación racial hacia los nativos de América; los últimos focos de la guerra de Secesión. Naturalmente, todo ello sirve de condimento a la historia de zombis, retornantes a causa de una maldición que se presenta como un castigo al hombre blanco por los abusos hacia los nativos americanos. El tono desenfadado pero nunca grave ni demencial da también lugar a un buen desarrollo de los personajes. Si los "malos" parecen salidos de un cómic de "Cocco Bill" y representan grosso modo el estereotipo de los malos de western, el mejor trabajo ha sido hecho sobre los tres protagonistas positivos. Elmer (James Denton) es el clásico caballero solitario, aquel sin nombre y sin pasado que abre muchos westerns post Leone: llega resuelto y polvoriento sobre su corcel y como primera parada está el saloon, donde hace conocimiento con prostitutas y pendencieros. Jugando siempre con los estereotipos del género, Glasgow Phillips, también autor del guion, desarrolla sus personajes profundizando en lo que usualmente se deja de lado en las películas de inspiración; y así Elmer será, poco a poco, provisto de un pasado y de esqueletos en el armario y sus dos compañeros de aventura serán dotados de personalidades "originales". Luke (Chris Kattan) es el lado cómico, el vaquero de corazón tierno que juega a ser duro; Sue (Navi Rawat) es la nieta de Geronimo, una cazadora sexy que se revela sin embargo muy culta e inteligente. En resumen, se juega a negar las apariencias y el juego funciona bastante bien, sobre todo en función de un final original y bien construido.
Muy bueno el maquillaje de los zombis, cuidado por el equipo de Robert Kurtzman, y agradables algunos efectos splatter; lástima por el uso (afortunadamente no excesivo) de gráficos por computadora que aparecen decididamente toscos.
En resumen, el género al que pertenece "Undead or Alive" es uno de los más adecuados para la "broma" fácil, pero afortunadamente Phillips tiene más tacto que sus colegas y el resultado, si bien no se sustrae a tonterías e ingenuidades dispersas aquí y allá, parece satisfactorio y seguramente por encima de la media.
