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奪魄勾魂

2002 HK HMDB
junio 19, 2002

Directores

Billy Chung Siu-Hung

Reparto

Julian Cheung Chi-Lam, Maju Ozawa, Tse Kwan-Ho, Eddy Ko Hung, Sam Lee, Kristal Tin Yui-Nei, Yoyo Chen Chi-Yiu, Lam Suet, Conroy Chan Chi-Chung, Celina Fong Si-Lin
Horror

RESEÑAS (1)

ED

Enrico Dal Pino

De Hong-Kong llega la respuesta a "El Exorcista" de Friedkin. O mejor dicho, digamos de inmediato que la película de Chung retoma los temas de su ilustre predecesor y los mezcla de manera "barroca" con una historia de amor sufrida. De hecho, sin sombra de duda, es el fuego sagrado del amor el que se eleva como tema principal de la película. Parece admirar una luz suave, difusa, tanto es el estilo "neón" de la dirección de Chung (personaje con más de 40 películas en su haber!!!). ¿Y el miedo? Partamos de un presupuesto. La película de Chung destaca la fuerte dicotomía que puede crearse en ciertos casos entre "forma" y "sustancia", es decir: la dirección con aceleraciones y ralentis, virtuosismos, pausas, funciona muy bien, los colores casi metálicos en contraste con el rojo de la sangre y los "pasteles" de la ropa son acertados y el uso del efecto "voz-demoníaca" junto con algunos efectos especiales (artesanales, seguramente, y a veces casi hilarantes pero igualmente eficaces) garantizan algún escalofrío y una agradable visión, por el contrario estamos ante una historia bastante confusa, deudora en muchos puntos de la tradición "occidental" (tanto que incluso el sacerdote es ferviente católico) que parece despegar de un momento a otro pero termina por perderse en una extraña sensación de "déjà-vu" y sobre todo corre el riesgo de deslizarse al abismo de la confusión. Hay un sacerdote que se convirtió en tal tras la muerte en un accidente de tráfico de su esposa, hay casos de posesión, hay los dos amantes curiosos, presentadores de talk-show que investigan estos fenómenos paranormales, hay de todo, no hay nada. Un aplauso a las bellas músicas y a los actores que logran hacer creíble lo que ponen en escena. No es excelente, pero garantiza una agradable hora y media. Una escena merece la palma del momento "clímax" de la película: ojo a la explosión de sangre en el baño.