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Roberto Giacomelli
•El detective Stan Aubray es llamado para investigar el caso de un asesino que siembra cadáveres decorando la escena del crimen como si se tratara de una pintura, además utilizando la técnica del anamorfismo. El FBI está seguro de que se trata de un copycat, ya que unos años antes otro asesino en serie, apodado por la prensa Tío Eddie, dejaba la misma firma en sus víctimas. Fue el propio Aubrey quien capturó a Tío Eddie, pero ahora el detective comienza a temer que Tío Eddie no estuviera muerto y que ahora esté reclamando su venganza.
El anamorfismo es un efecto de ilusión óptica en el que una figura proyectada sobre un plano de manera distorsionada solo se revela en su aspecto original si se mira desde un ángulo particular. Se trata de una técnica utilizada a menudo en pintura, especialmente para comunicar un mensaje no inmediatamente legible a los ojos del espectador, y uno de los ejemplos más famosos es "Los embajadores" de Hans Holbein, un cuadro que presenta una figura extraña a los pies de los dos sujetos retratados, que, vista de lado y en posición ligeramente inclinada, se revela ser un cráneo, presagio de muerte para los dos sujetos.
Dado que el cine ha "robado" la técnica del anamorfismo por razones puramente técnicas (las lentes anamórficas, que comprimen y descomprimen la imagen desde la toma hasta la proyección), no nos sorprende que haya utilizado este recurso originalmente pictórico también con fines narrativos. Así nace este "Anamorph", thriller urbano con caza de asesino en serie que hace de la técnica del título el modus operandi del asesino.
La idea de partida es realmente interesante, la idea del anamorfismo aplicado a las escenas del crimen es original y logra tener un macabro encanto que convierte a los cadáveres y el entorno que los rodea en singulares obras de arte. Sin embargo, el encanto de "Anamorph" se agota aquí. El director y guionista Henry Miller no hace más que aplicar esta buena idea al esquema típico del thriller moderno, sin ninguna imaginación visual ni narrativa, sino siguiendo la vía de la acumulación/sustracción de manera poco efectiva y a veces tediosa.
La película sufre de manera casi embarazosa el peso del ejemplo fincheriano de "Seven", verdadero pilar del género, ya que desde su aparición el thriller ya no ha sido el mismo.
Sin embargo, francamente, casi quince años después de la película con Brad Pitt, la misma repetición de mecánica y atmósferas comienza a oler a moho y "Anamorph" es solo uno de los ejemplos más recientes. Por lo tanto: pareja de policía joven y policía mayor, torres oscuras y fotografía preferiblemente desaturada, asesino en serie imaginativo que sigue su propia lógica y "decorar" las escenas del crimen comunicando así con la policía, pesimismo cósmico y demás… los mismos ingredientes de "Seven" regresan en "Anamorph". Sin embargo, a diferencia de su predecesor, la película de Miller presenta un desarrollo a veces poco envolvente, penalizado por un ritmo lento y mecánico y sobre todo por una serie de personajes poco interesantes. Si el detective mayor (un Willem Dafoe por debajo de su nivel) que tiene "una cuenta pendiente" con el asesino es el cliché más gastado que se pueda imaginar, aún peor son los personajes de apoyo representados por el joven colega (un Scott Speedman perdido) y la chica problemática a salvar (una Clea Duvall fuera de su papel), apenas esbozados e insertados en la historia exclusivamente para iniciar escenas individuales. Solo Peter Stormare – a quien Hollywood debería aprender a dar papeles de mayor
profundidad – se salva con un personaje carismático y ambiguo al que, sin embargo, solo se le confían unas pocas escenas.
Incluso el final no convence, demasiado apresurado y culpable de una irritante irresolución que no se entiende si surge de elecciones narrativas intencionales o de necesidades de duración en las que el resultado es dado por las tijeras del editor.
Si se conforman con el thriller habitual técnicamente bien hecho y con una idea de partida interesante, puntualmente no explotada hasta el final, siéntanse libres de verlo; pero si los clones de "Seven" los han cansado, entonces quizás es mejor mirar en otra parte, "Anamorph" ni siquiera es de particular entretenimiento.