RABIA

La familia Yates acaba de mudarse de Los Ángeles a un pequeño pueblo cerca de una antigua y abandonada central nuclear. Una noche, su perrita desaparece sin dejar rastro y cuando la encuentran semanas después está al borde de la muerte y ha dado a luz dos adorables cachorritos. A partir de ese momento, la feliz familia tendrá que enfrentarse al feroz padre de los cachorros, un perro radioactivo loco que vive en la antigua central y que quiere recuperar a sus cachorros a toda costa. "Atomic Dog" es una película estrenada a finales de los años noventa que intenta, en vano, infundir terror explotando el tema del perro asesino, transformando lo que es el mejor amigo del hombre en el mayor peligro a temer. Pero el resultado es el de una película mediocre que, debido a su naturaleza de producto para la televisión, ni siquiera nos regala una escena al menos violenta y no logra de ninguna manera crear ni un atisbo de tensión. La película, dirigida por el poco conocido Brian Trenchard-Smith, no parece querer ser un simple entretenimiento para el espectador, sino que parece querer transmitir también morales moralistas sobre el tema del amor familiar. De hecho, en la película se pueden distinguir fácilmente dos familias opuestas pero en algunos aspectos iguales: por un lado está la buena familia Yates, familia clásica e improbable feliz americana que vive en un mundo dominado por la paz y la armonía; mientras que por el otro lado está la familia canina, encabezada por un perro radioactivo feroz que parece una amenaza para los humanos, pero que en definitiva solo quiere crearse una familia propia y vivir en paz. El mayor error de la película puede encontrarse precisamente en el elemento principal: el perro. De hecho, el animal parece todo menos una amenaza, no hace casi nada para resultar peligroso (la cosa más malvada que hace es luchar con un cojín y una muñeca), no tiene nada de aterrador y de ninguna manera logra transmitir ansiedad en el ánimo del espectador, algo que en cambio lograban a la perfección el perro rabioso de "Cujo" o el perro cibernético aparecido en el fiasco total de Yuzna "Rottweiler". Otro aspecto negativo se encuentra en el segundo elemento principal de la película: la familia Yates. Los miembros de la familia caen todos en el estereotipo y resultan ser terriblemente antipáticos, empezando por la niña extremadamente irritante y fanfarrona que todos desearían ver muerta o destrozada por el perro después de solo cinco minutos y que en cambio hay que aguantar hasta el final de la película. Además, muchos personajes adoptan una actitud decididamente improbable que en la realidad no se habría producido para nada en el mundo (como la niña que decide tranquilamente irse de casa para seguir al "feroz" perro y irse a vivir con él en la peligrosa central nuclear abandonada). Además, la mayor decepción llega con el enfrentamiento final con el perro atómico que, en lugar de despertar al espectador del aburrimiento de toda la película, hunde terriblemente en el moralismo y se vuelve fastidiosamente empalagoso. En conclusión, "Atomic Dog" es un producto televisivo soso, aburrido, predecible, empalagoso y en varios aspectos irritante. No tiene nada de terror sino que parece ver un episodio de la serie televisiva "Lassie". Absolutamente para evitar.