RG
Roberto Giacomelli
•Anna se muda con su hijo Andres a un edificio en las afueras de Oslo. Ambos han sido víctimas de la furia de un marido y padre violento que intentó matar a Anders. Ahora Anna vive con el terror de que su exmarido los pueda encontrar y se ha vuelto hiperprotectora hacia su hijo, hasta el punto de no querer mandarlo al colegio y lo hace dormir en su cama para mantenerlo constantemente bajo control. Tras la insistencia de los asistentes sociales, la mujer decide inscribir a Anders en el colegio más cercano y le da una habitación propia, pero, por escrúpulo, compra un babycall para controlar al hijo durante la noche. Hasta que una noche Anna escucha gritos infantiles provenientes de su receptor. Al comprobar que no era Anders quien se quejaba, la mujer comienza a investigar en el edificio, convencida de que su babycall ha interceptado otro canal de transmisión. Pero los disturbios con quejas infantiles inquietantes continúan...
Muy lanzada en el mercado cinematográfico nórdico con la trilogía "Millennium" y recientemente adoptada con fuerza también por el americano con blockbusters como "Sherlock Holmes: Juego de sombras" y "Prometheus", Noomi Rapace es también la protagonista de este interesante thriller noruego que se centra en el tema de la paranoia y la violencia doméstica.
Visto en la edición 2011 del Festival de Cine de Roma, donde Rapace también ganó el premio a la mejor actriz, "Babycall" se presenta como un thriller psicológico con aspectos dramáticos, centrado en la relación entre Anna y su hijo, con un excelente trabajo de construcción psicológica de los personajes. El tema de fondo no es ciertamente nuevo y el uso del babycall "embrujado" como señuelo para contar otra cosa es un medio ya visto recientemente en los exitosos "Signs", "Insidious" y "La habitación del niño" (de la serie española "Películas para no dormir"). "Babycall" logra sin embargo hacerse un hueco propio en el género, no solo porque no insiste demasiado en los ruidos siniestros provenientes del walkie-talkie, usándolo solo como expediente para iniciar la historia, sino porque pone mucho énfasis en el tormento interior de la protagonista.
La ex Lisbeth Salander Noomi Rapace —magnífica como de costumbre— interpreta de manera muy intensa y creíble a una mujer con evidentes problemas de ansiedad y paranoia, que vive todo el día con el terror de una represalia, de una incursión por parte de un pasado que está tratando de dejar atrás. Realidad y ficción se confunden en su mente y ella es consciente de ello, transformando su experiencia de manera aún más dramática. El lago en el que ve ahogarse a un niño aparece, ante la presencia de otros, un parking anónimo, pero vuelve a ser un lago cuando ella está sola. ¿Podrían ser fruto de su imaginación también los gritos provenientes del babycall? ¿Y el hombre que vive en el edificio que ha cargado en su furgoneta lo que parece ser un cadáver? Son muchas las preguntas que la película escrita y dirigida por Pal Sletaune plantea en la primera parte del relato, que hacen de "Babycall" una obra apasionante e interesante a pesar de un ritmo no del todo trepidante. Luego, como suele ocurrir con las películas que tejen una trama tan compleja y rica en nudos, no todo queda resuelto sin que haya alguna incertidumbre y si el giro final es poco original pero servido con el justo sentido de la sorpresa, al final algo no cuadra y se tiene la impresión de que durante el camino ha habido algún agujero en el guión.
Como se decía, excelente es el trabajo realizado en la construcción de los personajes y en particular en Anna, que muestra una relación protectora, límite morbosa, hacia su hijo Anders, del cual teme la integridad en cada momento del día y de la noche, llegando incluso a buscar un contacto físico con él en los momentos nocturnos. Anders tiene 8 años, por lo que ya no es tan pequeño para requerir la presencia de un babycall y su extrema soledad nos es presentada como reflejo directo de este comportamiento excesivo por parte de la madre. Al mismo tiempo, también está el personaje de Helge, interpretado por Kristoffer Joner, el empleado de una tienda de electrodomésticos que Anna conoce en el autobús, un hombre que tiene una historia similar a la de Anders, con una madre hiperprotectora ahora anciana y en su lecho de muerte. Inevitablemente Helge irá a vincularse sentimentalmente con Anna, como en un continuum temporal pseudo incestuoso en el que los hijos tienden a buscar un amor lo más similar posible al materno y viceversa.
Pal Sletaune, que en 2005 dirigió otro thriller intimista titulado "Naboer" y aún inédito en Italia, dirige con gran atención a los ambientes (interiores y exteriores), ayudado sin duda por el excelente trabajo realizado por los intérpretes.
"Babycall" es ciertamente una película imperfecta, especialmente a nivel de trama, pero logra captar la atención y sabe entretener gracias a una buena atmósfera y una sabia construcción de los personajes.